Los trabajadores de Fiat aceptan un recorte en sus derechos para la que la planta siga en Italia
El acuerdo prev¨¦ nuevos turnos, con m¨¢s horarios nocturnos y extraordinarios, y normas sobre los permisos de enfermedad, huelga y pausas
Los casi 5.600 trabajadores de carrocer¨ªas de la planta de Fiat en Mirafiori (Tur¨ªn), inaugurada en 1939 y s¨ªmbolo de la pujanza econ¨®mica italiana de la posguerra mundial, aprobaron ayer en refer¨¦ndum con un 54% de votos favorables el nuevo convenio ofrecido por la empresa bajo la amenaza de cerrar la f¨¢brica.
Sergio Marchionne, el consejero delegado de Fiat-Chrysler, obtuvo un respaldo ajustada a su plan gracias a los votos de los empleados de cuello blanco, ya que entre los obreros el s¨ª gano s¨®lo por nueve votos de diferencia. En la consulta particip¨® el 95% de la plantilla.
El resultado, que en opini¨®n de diversos analistas, de Marchionne, del Gobierno y de la patronal Confindustria, supondr¨¢ "una revoluci¨®n" en las relaciones laborales del pa¨ªs, demuestra que el estilo autoritario del gestor ¨ªtalo-canadiense de la Fiat ha partido en dos mitades a los trabajadores y los sindicatos, y refleja a la vez que la central mayoritaria, la excomunista CGIL, que tiene 350.000 afiliados y cuya divisi¨®n metalmec¨¢nica, la FIOM, rechaz¨® el acuerdo, ya no tiene la fuerza que ten¨ªa.
El refer¨¦ndum situaba a los trabajadores ante varias novedades hist¨®ricas. A cambio de invertir 1.000 millones de euros para construir coches Jeep y Alfa Romeo desde 2012, Marchionne ofreci¨® una propuesta de tomar o dejar -seg¨²n la Fiom, "un chantaje"-. El nuevo convenio colectivo deb¨ªa ser firmado con la empresa en vez de seguir, como es tradici¨®n, el pacto nacional; y los trabajadores deb¨ªan renunciar a algunos derechos adquiridos, entre ellos el de huelga y representaci¨®n sindical y algunas bajas por enfermedad, adem¨¢s de recortar las pausas y la comida y de reordenar los turnos.
Para animar a lograr esos objetivos que buscan reducir la brecha de productividad frente a otros pa¨ªses, aumentar la competitividad y reducir el absentismo hasta un 3%, Fiat puso sobre la mesa una peque?a subida de sueldo lineal, derivada de la ampliaci¨®n de los turnos de noche. Seg¨²n observadores como Pietro Ichino, Mario Deaglio o Tito Boeri, el "cicl¨®n Marchionne" deroga de facto varios art¨ªculos del Estatuto de los Trabajadores, atenta contra el pluralismo sindical y marca el final de las relaciones industriales creadas en Italia tras la II Guerra Mundial.
Tras semanas de tensi¨®n en las que el primer ministro, Silvio Berlusconi, dijo comprender que, si ganaba el no, Fiat se marchara de Italia, ayer los protagonistas parecieron acercar posturas. Marchionne elogi¨® a los trabajadores y se?al¨® que se han rebelado contra el declive y el extremismo. "Los que han votado a favor han sabido mirar lejos y hacen bien a un pa¨ªs que siempre ha sido inmovilista".
La CGIL, a trav¨¦s de su secretaria general, Susanna Camusso, llam¨® a reabrir la negociaci¨®n y afirm¨® que el refer¨¦ndum demuestra que las f¨¢bricas no son cuarteles. "No se puede gobernar Mirafiori sin consenso. La patronal y Marchionne deben saber que hace falta definir las reglas de representaci¨®n y democracia y dejar de lesionar derechos". El sindicato ha llamado a la huelga general el d¨ªa 28.
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