El G-20 se re¨²ne en Francia con el objetivo de reducir los desequilibrios

Comienza la cumbre del G-20 en Francia con la divisi¨®n de opiniones entre los responsables econ¨®micos de los pa¨ªses integrantes acerca de los pasos que hay que dar para reducir los desequilibrios globales. El objetivo es establecer los indicadores que deben usarse para analizar unos desequilibrios que, para muchos economistas, son en gran parte la causa de la crisis financiera.

A pesar de las diferentes recetas y conflictos de intereses que est¨¢n sobre la mesa, la ministra francesa de Econom¨ªa, Christine Lagarde, ha dicho que espera que se llegue a acuerdos en este sentido. Lagarde ser¨¢ la anfitriona entre sus hom¨®logos de otros estados y los responsables de los bancos centrales de los 25 pa¨ªses que participan en el encuentro, entre ellos, Espa?a.

Otros son m¨¢s pesimistas -o m¨¢s realistas, a juzgar por los escasos avances que se han producido sobre este asunto en las ¨²ltimas cumbres- y no esperan que se llegue mucho m¨¢s all¨¢ de lo conseguido en citas anteriores: m¨¢s que pactar, analizar y proponer. El secretario general de la Organizaci¨®n para el Comercio y el Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), ?ngel Gurr¨ªa, dijo ayer en Bloomberg Televisi¨®n que no cree que el foro vaya a dar en esta cumbre un gran paso adelante. "El G-20 se ir¨¢ coordinando de una forma progresiva. Ahora puede hacer diagn¨®sticos, comparar datos y a partir de ah¨ª proponer pol¨ªticas p¨²blicas", dijo Gurr¨ªa.

La crisis mundial motiv¨® el surgimiento del G-20 como el foro que podr¨ªa dar una respuesta coordinada a los problemas globales. Pero a medida que la crisis va remitiendo, disminuyen los esfuerzos que los l¨ªderes internacionales hacen para superar sus diferencias y acordar pol¨ªticas conjuntas. Se espera, por ejemplo, que China insista de nuevo en contener la apreciaci¨®n de su moneda, algo que perjudica las exportaciones del resto de pa¨ªses.

La anterior cumbre, celebrada en noviembre en Corea del Sur, estuvo marcada por las discusiones sobre si eran las pol¨ªticas chinas o las norteamericanas las que ten¨ªan m¨¢s culpa de los desequilibrios en el comercio mundial. Los l¨ªderes del G-20 acordaron entonces establecer las directrices sobre qu¨¦ indicadores deben identificar los grandes desequilibrios y buscar las acciones necesarias para revertirlos.

"Tenemos a China que ahorra y exporta, a Europa que consume y crece con lentitud y a Estados Unidos que consume y pide dinero prestado. Tenemos que plantearnos si podemos seguir as¨ª", dijo ayer Lagarde.

El comercio y los balances por cuenta corriente, as¨ª como las diferencias de crecimiento y la acumulaci¨®n de reservas en divisas de otros pa¨ªses, est¨¢n entre los indicadores que Francia ha propuesto para abordar la reducci¨®n de desequilibrios, seg¨²n explic¨® la ministra francesa.

La mec¨¢nica del pasado reciente se ha basado en que desde Estados Unidos se ped¨ªa dinero a los mercados internacionales para financiar sus compras, contribuyendo al boom de la exportaci¨®n en Asia. Mientras que China y otras naciones asi¨¢ticas acumulaban super¨¢vit, compraban deuda p¨²blica norteamericana y deprim¨ªan los rendimientos globales. El cr¨¦dito barato para Estados Unidos provoc¨® un endeudamiento excesivo que se convirti¨® en morosidad cuando estallaron las burbujas financieras.

As¨ª fue que en 2010 China, el mayor exportador de bienes del mundo, tuvo un super¨¢vit comercial de 183.000 millones de d¨®lares. En 2008, antes de la crisis, hab¨ªa registrado la cifra r¨¦cord de 295.000 millones de d¨®lares.

El secretario del Tesoro, Timothy Geithner, dijo en octubre que el 4% del Producto Interior Bruto (PIB) podr¨ªa ser la cota de referencia para los pa¨ªses del G-20 en cuanto a su d¨¦ficit o super¨¢vit. Pero China y Alemania, los mayores exportadores del mundo, rechazan que se establezca como objetivo que los desequilibrios por cuenta corriente se limiten a un determinado porcentaje del PIB.

Los ministros har¨¢n grupos de trabajo para abordar tambi¨¦n el excesivo aumento de los precios de los alimentos. El objetivo es encontrar caminos para reducir la inflaci¨®n de los pa¨ªses emergentes, sin limitar los flujos de capital. Una de las soluciones que se barajan en este sentido es fortalecer los mercados de bonos en monedas locales, seg¨²n dec¨ªa ayer uno de los asesores alemanes.