Islandia rechaza en refer¨¦ndum pagar por los errores de sus bancos
El 'no' vence en la consulta celebrada ayer para aprobar la indemnizaci¨®n de 4.000 millones de euros que exigen Reino Unido y Holanda por la quiebra de una entidad
?Qu¨¦ har¨ªa usted si uno de los grandes bancos espa?oles hubiera quebrado en Reino Unido y el Gobierno brit¨¢nico exigiera a Espa?a un pago de 50.000 euros por familia para saldar esa deuda? Islandia, que ya se hab¨ªa negado en una ocasi¨®n a pagar esa factura, se enfrent¨® ayer a un segundo refer¨¦ndum sobre si aprueba -o no- devolver a Reino Unido y Holanda 4.000 millones de euros por la bancarrota de una de sus entidades financieras. Y han vuelto a decir no: seg¨²n los resultados a¨²n parciales, con el 70% de las papeletas escrutadas, el 57,7% de los votantes han rechazado hacerlo, frente al 42,3% que lo han aprobado.
El resultado puede interpretarse como un triunfo de la denominada revoluci¨®n de las cacerolas:s¨ª habr¨ªa empa?ado el ejemplo island¨¦s, al que se agarra cada vez m¨¢s gente en la periferia de Europa, por la irritaci¨®n que provoca el empe?o de Bruselas y el BCE en defender a los bancos aun a costa de una oleada de austeridad y recortes draconianos.
"Es una decisi¨®n dif¨ªcil. Probablemente lo mejor sea votar no, pero eso va a acarrear enormes problemas a corto y medio plazo". Interrogado por el refer¨¦ndum, el economista Magnus Skulasson no ten¨ªa a¨²n nada claro, a media tarde de ayer, el sentido de su voto. Las encuestas tampoco dan un ganador con seguridad: el s¨ª -es decir, pagar por los desmanes de la banca- parec¨ªa claro ganador hace dos meses, pero los sondeos se han dado la vuelta en los ¨²ltimos d¨ªas.
El refer¨¦ndum fue convocado hace dos meses por el presidente island¨¦s, Ol¨¢fur Ragnar Gr¨ªmsson, que se neg¨® a firmar una ley del Parlamento que estipulaba las condiciones del acuerdo: un pago con intereses del 3% a 37 a?os. Gr¨ªmsson es reincidente: en diciembre de 2009 ya forz¨® una consulta similar, cuando contra todo pron¨®stico se neg¨® a firmar una ley que obligaba a pagar con intereses del 5,5% en 15 a?os. El no gan¨® entonces de forma arrolladora. "Las antiguas condiciones de pago eran muy injustas: las nuevas son mejores, pero si los islandeses van a tener que cargar con una deuda de sus bancos deben tener derecho a decidir. Islandia es una democracia, no un sistema financiero", declar¨® Gr¨ªmsson a este diario hace unos d¨ªas.
La disputa viene de lejos. A mediados de la pasada d¨¦cada, uno de los grandes bancos islandeses, Landsbanki, abri¨® una filial por Internet en Reino Unido, Holanda y Alemania que tuvo un ¨¦xito fulgurante por los altos intereses que pagaba en una cuenta llamada Icesave. A principios de octubre de 2008, apenas 15 d¨ªas despu¨¦s de la quiebra de Lehman Brothers, el Reino Unido detect¨® que los bancos islandeses estaban traspasando dinero de las cuentas brit¨¢nicas a Reikiavik y les aplic¨® la ley antiterrorista: congel¨® todos sus fondos. Los bancos estaban sobreendeudados (sus activos supon¨ªan 12 veces el PIB), y esa decisi¨®n, junto a la crisis internacional, les llev¨® a la bancarrota. El Estado no los rescat¨®. Los dej¨® caer, y posteriormente los nacionaliz¨® e inyect¨® dinero para que siguieran operando, pero solo en Islandia. Londres y ?msterdam pagaron a los depositantes de Icesave (unas 300.000 personas) el 100% de los dep¨®sitos y desde entonces reclaman ese dinero. Eso suma 4.000 millones: tal vez no parezca una cifra desorbitada, pero es un tercio del PIB island¨¦s.
El Gobierno, en cambio, defend¨ªa el s¨ª en el refer¨¦ndum aduciendo que los activos del banco quebrado, cuando se liquiden, permitir¨¢n pagar la mayor¨ªa de la deuda. Los partidarios del no argumentaban que la gente no deber¨ªa pagar por las locuras de sus bancos, y aducen que la legislaci¨®n internacional -llena de sombras- no obliga a ning¨²n pa¨ªs a asumir deudas astron¨®micas que sobrepasan con mucho el importe acumulado en los fondos de garant¨ªa.
Fr¨¢gil recuperaci¨®n
Islandia sigue sumida en una profunda crisis, tras los acontecimientos que acabaron en la quiebra del sistema bancario y que obligaron al pa¨ªs a acudir al FMI. Entonces la Bolsa se desplom¨®, la corona islandesa perdi¨® el 80% de su valor y la ca¨ªda del PIB ha sido del 15%. El paro ha pasado del 1% al 8%, hay controles de capital -corralito-, ha habido fuertes subidas de impuestos y recortes del gasto p¨²blico. La incipiente recuperaci¨®n es a¨²n muy fr¨¢gil. Y esa fragilidad puede aumentar en caso de que el no salga vencedor: el Ejecutivo avis¨® a la poblaci¨®n de que el rechazo llevar¨ªa el caso a los tribunales, donde la factura puede llegar a ser mucho mayor. Adem¨¢s, si los activos del banco quebrado son menores de lo esperado y la corona vuelve a caer, las cifras se disparar¨ªan.
La consulta tendr¨¢ tambi¨¦n efectos colaterales en el ¨¢mbito pol¨ªtico. La negativa deja en una dif¨ªcil posici¨®n al Gobierno de coalici¨®n entre socialdem¨®cratas y rojiverdes, y complicar¨ªa el acceso de Islandia a la UE y los cr¨¦ditos con el FMI y otros pa¨ªses n¨®rdicos. Los islandeses saben todo eso, y aun as¨ª ha ganado el no. "Tenemos la opci¨®n de acabar con este desafortunado asunto con dignidad, o embarcarnos de nueva en un periodo de incertidumbre", avis¨® ayer el ministro de Finanzas, Steingrimur Sigfusson. "De acuerdo: pero la crisis ya est¨¢ siendo lo suficientemente dura. No quiero pagar m¨¢s", terci¨® el director de cine Arni Sveinsson.
Decepci¨®n brit¨¢nica
La reacci¨®n de Reino Unido no se ha hecho esperar. El secretario jefe del Tesoro brit¨¢nico, Danny Alexander, ha expresado hoy su decepci¨®n ante la negativa de los islandeses a pagar por el colapso de
los bancos:"Est¨¢ claro que el rechazo declarado por el pueblo island¨¦s a lo que era un acuerdo negociado ha sido obviamente decepcionante", declar¨® Alexander. "Por supuesto que respetamos su decisi¨®n, pero ahora vamos a hablar con nuestros socios internacionales, y parece que este proceso terminar¨¢ en los tribunales", a?adi¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.