Obama ha desaparecido
?Qu¨¦ han hecho con el presidente Barack Obama? ?Qu¨¦ ha pasado con la figura inspiradora que sus seguidores pensaban que hab¨ªan elegido? ?Qui¨¦n es este tipo t¨ªmido y anodino que no parece representar nada en particular?
Soy consciente de que, con una C¨¢mara controlada por republicanos hostiles, no hay mucho que Obama pueda hacer en lo que se refiere a pol¨ªticas concretas. Se podr¨ªa decir que todo lo que le queda es la tribuna de oradores. Pero ni siquiera la est¨¢ usando (o, mejor dicho, la est¨¢ usando para reforzar los argumentos de sus enemigos).
Sus comentarios despu¨¦s del pacto presupuestario de la semana pasada son un ejemplo que viene al caso. Puede que ese terrible pacto, en el que los republicanos terminaron obteniendo m¨¢s de lo que inicialmente pretend¨ªan, fuese lo mejor que pod¨ªa conseguir, aunque da la impresi¨®n de que la idea del presidente sobre el modo de negociar consiste en empezar por regatear consigo mismo, haciendo concesiones preventivas, y luego emprender una segunda ronda de negociaciones con el Partido Republicano, la cual acaba en m¨¢s concesiones.
Y tengan en cuenta que esta solo ha sido la primera de varias oportunidades que tendr¨¢n los republicanos de usar el presupuesto como reh¨¦n y amenazar con paralizar el Gobierno; al ceder tanto en la primera ronda, Obama ha sentado las bases para concesiones todav¨ªa mayores a lo largo de los pr¨®ximos meses.
Pero d¨¦mosle al presidente el beneficio de la duda y supongamos que esos 38.000 millones de d¨®lares en recortes del gasto - y un recorte mucho mayor respecto a sus propias propuestas presupuestarias - era el mejor trato posible. Aun as¨ª, ?era necesario que Obama celebrase su derrota? ?Ten¨ªa que elogiar al Congreso por aprobar "el mayor recorte del gasto anual de nuestra historia", como si unos recortes presupuestarios cortos de miras en un momento de paro elevado - recortes que ralentizar¨¢n el crecimiento y har¨¢n que suba el desempleo - fuesen realmente una buena idea?
Entre otras cosas, el ¨²ltimo pacto presupuestario elimina con creces cualquier efecto econ¨®mico positivo del gran premio que Obama supuestamente gan¨® con el acuerdo de diciembre, una ampliaci¨®n temporal de sus bajadas de impuestos de 2009 para los estadounidenses con trabajo. Y el precio de ese acuerdo, record¨¦moslo, fue una ampliaci¨®n de dos a?os de las bajadas de impuestos de Bush, con un coste inmediato de 363.000 millones de d¨®lares, y un coste posible que es mucho mayor (porque ahora parece cada vez m¨¢s probable que esas irresponsables reducciones fiscales se hagan permanentes).
En t¨¦rminos m¨¢s generales, Obama est¨¢ fracasando lastimosamente en lo que se refiere a plantear alg¨²n tipo de desaf¨ªo a la filosof¨ªa que ahora impera en los debates de Washington; una filosof¨ªa que afirma que los pobres tienen que aceptar grandes recortes en Medicaid [seguro m¨¦dico para personas con pocos ingresos] y los cupones de alimentos; que la clase media tiene que aceptar grandes recortes en Medicare [seguro m¨¦dico para personas mayores de 65 a?os] que en realidad suponen el desmantelamiento de todo el programa; y que las corporaciones y los ricos tienen que aceptar grandes bajadas en los impuestos que tienen que pagar. ?Sacrificio compartido!
No estoy exagerando. La propuesta presupuestaria de la C¨¢mara que se dio a conocer la semana pasada - y que fue calificada de "audaz" y "seria" por toda la Gente Muy Seria de Washington? incluye recortes salvajes en Medicaid y otros programas que ayudan a los m¨¢s necesitados, lo que entre otras cosas privar¨ªa a 34 millones de estadounidenses de seguro m¨¦dico. Incluye un plan para privatizar y dejar sin fondos a Medicare que har¨ªa que muchos, si no la mayor¨ªa, de los mayores no pudiesen permitirse la asistencia sanitaria. Y tambi¨¦n incluye un plan para reducir dr¨¢sticamente los impuestos que pagan las grandes empresas y bajar el tipo aplicado a las rentas m¨¢s altas hasta su nivel m¨¢s bajo desde 1931.
El Centro de Pol¨ªtica Tributaria, un organismo no afiliado a ning¨²n partido, calcula la p¨¦rdida de ingresos debida a estas bajadas de impuestos en 2,9 billones de d¨®lares a lo largo de la pr¨®xima d¨¦cada. Los republicanos de la C¨¢mara afirman que los recortes de impuestos pueden "tener un efecto neutro sobre los ingresos" si se "ensancha la base impositiva" (es decir, si se eliminan las lagunas fiscales y se termina con las exenciones). Pero habr¨ªa que eliminar muchas lagunas para tapar un agujero de tres billones de d¨®lares; por ejemplo, aunque se suprimiera por completo una de las mayores exenciones, la deducci¨®n por cr¨¦dito hipotecario, ni siquiera nos acercar¨ªamos. Y, por supuesto, los dirigentes del Partido Republicano no han pedido nada as¨ª de dr¨¢stico. No les he visto nombrar ninguna exenci¨®n importante a la que pondr¨ªan fin.
Se podr¨ªa haber esperado que el equipo del presidente no solo rechazase esta propuesta, sino que la viese como un enorme blanco pol¨ªtico. Pero aunque la propuesta del Partido Republicano se ha ganado los ataques de varios dem¨®cratas (entre ellos una dura condena del senador Max Baucus, un centrista que a menudo ha trabajado con republicanos), la respuesta de la Casa Blanca ha sido una declaraci¨®n del secretario de prensa expresando una leve desaprobaci¨®n.
?Qu¨¦ est¨¢ pasando aqu¨ª? A pesar de la feroz oposici¨®n a la que se ha enfrentado desde el d¨ªa en que asumi¨® el cargo, est¨¢ claro que Obama sigue aferr¨¢ndose a su visi¨®n de s¨ª mismo como una figura capaz de superar las diferencias partidistas de Estados Unidos. Y sus estrategas pol¨ªticos parecen creer que puede conseguir la reelecci¨®n adoptando una postura conciliadora y razonable, mostr¨¢ndose siempre dispuesto a transigir.
Pero si me piden mi opini¨®n, yo dir¨ªa que el pa¨ªs quiere - y lo que es m¨¢s importante, el pa¨ªs necesita - un presidente que crea en algo y que est¨¦ dispuesto a adoptar una postura. Y no es eso lo que estamos viendo.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa de la Universidad de Princeton y premio Nobel de Econom¨ªa 2008
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