La eurozona pugna por encontrar el encaje del sector privado en el rescate de Grecia
Alemania se mantiene enrocada en condicionar el segundo rescate a Atenas a la inclusi¨®n de la banca.- Espa?a, Francia y el Banco Central Europeo abogan por la participaci¨®n voluntaria
Los 17 ministros de Econom¨ªa de la zona euro se reunieron ayer de forma extraordinaria en Bruselas sin alcanzar ning¨²n acuerdo. Lo hicieron -y lo volver¨¢n a hacer en una reuni¨®n el pr¨®ximo domingo, seg¨²n anunci¨® ayer el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders- acuciados por la presi¨®n de la crisis griega. Buscan una soluci¨®n de socorro a Atenas con participaci¨®n del sector privado que no sea considerada por los mercados como una quiebra t¨¦cnica disfrazada.
C¨®mo evitar lo que desencadenar¨ªa un tsunami financiero era el tema de debate, si bien a la entrada las posiciones de los partidarios de implicar por la fuerza en el rescate heleno al sector privado (capitaneados por Alemania, cuyas tesis dan p¨¢bulo a la insolvencia griega y con ella al cuestionamiento de la eurozona por los mercados) y quienes abogaban por la gradualidad de la participaci¨®n voluntaria (Banco Central Europeo, Francia, B¨¦lgica y Espa?a, entre otros) estaban firmemente delineadas. La vicepresidente espa?ola, Elena Salgado, apunt¨®, sin detallar, que hay soluciones intermedias.
La reuni¨®n deriva de la certidumbre de que los 110.000 millones comprometidos el a?o pasado por la UE y por el FMI para sacar a Grecia del agujero son claramente insuficientes y que har¨¢n falta m¨¢s millones, se habla de otros 105.000, y alargar durante a?os el tiempo de estancia en la UVI financiera de Atenas antes de que el paciente puede recuperarse, como todos dicen desear.
El italiano Mario Draghi, presidente del Banco de Italia y pr¨®ximo presidente del Banco Central Europeo (BCE), que ayer compareci¨® ante la Euroc¨¢mara para pasar su primer examen, record¨® c¨®mo a principios de los a?os 90 su pa¨ªs padeci¨® una crisis m¨¢s grave a¨²n que la de hoy Grecia y c¨®mo se salv¨® gracias a reformas estructurales que necesitaron su tiempo para hacer efecto. Italia no es un ejemplo tranquilizador, pero ante la presente situaci¨®n todo vale. Como el propio Draghi apunt¨®: "Debemos creer" en que el plan de salvaci¨®n de Grecia acabar¨¢ con bien.
El alem¨¢n Wolfgang Sch?uble lleg¨® a la reuni¨®n con sus colegas sin ceder un mil¨ªmetro en sus posiciones. Y as¨ª sali¨®. El encuentro, dijo al t¨¦rmino del mismo, se cerr¨® "sin progresos". "No hay resultados", remach¨®. Si los hay al final, pueden llevar tiempo. El ministro luxemburgu¨¦s Luc Frieden asegur¨® incluso que las discusiones pueden llegar a julio. Berl¨ªn ayudar¨¢ a Atenas, naturalmente, "pero est¨¢ claro que la participaci¨®n del sector privado es un elemento de un programa adicional". Es decir, que el sector privado (banca, aseguradores y fondos de inversi¨®n y de pensiones) debe soportar ineludiblemente parte del esfuerzo.
La idea del socorro privado, que naci¨® como una posibilidad hace meses, est¨¢ ya consolidada y el debate se centra en si hacer obligatoria esa intervenci¨®n privada (escuela alemana) o permitirla de forma voluntaria (BCE y la mayor¨ªa de los socios). Entre ambas posturas se busca el punto de equilibrio. "La mayor¨ªa de los pa¨ªses han indicado que es crucial alg¨²n tipo de participaci¨®n del sector privado", declar¨® al llegar a la reuni¨®n el ministro finland¨¦s, miembro de un Gobierno duro con Grecia y alineado con Berl¨ªn hasta que ayer mostr¨® flexibilidad. "Quiero subrayar que hay que evitar a toda costa una nueva crisis financiera", dijo. Y a?adi¨®: "El equilibrio es muy dif¨ªcil".
Ese dif¨ªcil equilibrio es el que busca el BCE. Jean-Claude Trichet asisti¨® a la reuni¨®n para recordar que todo lo que no sea permitir la participaci¨®n voluntaria es poner al euro al borde del despe?adero. Draghi, continuador de los principios establecidos por Trichet, dej¨® claro en la Euroc¨¢mara que cambiar las obligaciones p¨²blicas en manos del sector privado por otras cuyo periodo de maduraci¨®n se alargar¨¢ hasta siete a?os, como quiere Alemania, abre demasiados interrogantes.
"No he comprendido si este cambio ser¨ªa voluntario o no", dijo sibilinamente, antes de aplicar la daga: "Los costes de una suspensi¨®n superar¨ªan a los beneficios y no ir¨ªan a la ra¨ªz de la crisis de la deuda". Si a eso se a?ade que la zona euro "no sabe c¨®mo gestionar una quiebra de deuda soberana" y que tal quiebra tendr¨ªa efecto domin¨®, la UE se encontrar¨ªa frente a "unos mercados encantados de explotar una situaci¨®n mal gestionada".
Draghi valor¨® como alternativa a las ambiciones alemanas la llamada Iniciativa de Viena, que toma su nombre del apoyo de la banca austriaca a sus filiales en los pa¨ªses de la Ampliaci¨®n, su ¨¢rea natural de expansi¨®n, durante la crisis financiera. Este enfoque pasa por comprometerse en la compra de nuevos bonos griegos conforme se vayan cumpliendo los plazos de los existente. "Aqu¨ª hay b¨¢sicamente dos iniciativas en discusi¨®n", dijo Draghi. "Una es la Iniciativa de Viena, que a m¨ª me parece totalmente voluntaria". Francia y Espa?a est¨¢n a favor de esa salida. Salgado se refiri¨® expl¨ªcitamente a ella.
Un analista apuntaba que alguien tendr¨¢ que ceder para evitar una crisis financiera a gran escala y Salgado declar¨® que en la mesa "hay dos opciones, entre otras", aunque "todo tiene ventajas e inconvenientes". La reuni¨®n de ayer buscaba tantear soluciones porque nadie quiere llegar con el conflicto abierto al Consejo Europeo de los d¨ªas 23 y 24.
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