La necesidad de exportar
Ser¨ªa muy peligroso quedarse en el ajuste presupuestario, por muy urgente que sea
A finales de diciembre, el Gobierno adopt¨® una serie de medidas que, aunque probablemente necesarias, habr¨ªan requerido algo m¨¢s de discusi¨®n, pues no suele ser frecuente en los pa¨ªses avanzados que se aumente en nada menos que siete puntos la tarifa marginal del impuesto sobre la renta sin m¨¢s tr¨¢mite que una breve discusi¨®n parlamentaria a posteriori. Hay que a?adir, en descargo de la precipitaci¨®n, que el reconocimiento oficial de un d¨¦ficit p¨²blico bastante mayor que el esperado (8,2% del PIB en vez del 6%) hizo temer un fuerte aumento de la prima de riesgo de nuestra deuda p¨²blica con el consiguiente encarecimiento de su financiaci¨®n.
El objetivo de d¨¦ficit para este a?o comprometido con Bruselas consiste en alcanzar el 4,4% del PIB, por lo que ser¨¢ necesario reducirlo en casi cuatro puntos porcentuales, equivalentes a unos 40.000 millones de euros, lo que provocar¨¢, inevitablemente, un fuerte impacto contractivo sobre la demanda interior de la econom¨ªa. No es de extra?ar por ello que el Banco de Espa?a haya revisado a la baja las perspectivas de crecimiento para Espa?a, augurando una ca¨ªda del 1,5% del PIB para este a?o.
Es indudable que el nuevo Gobierno se enfrenta a un importante desaf¨ªo. Sin embargo, lo que ser¨ªa muy peligroso es quedarse en el ajuste presupuestario, por muy urgente que este sea. Para superar la crisis es necesario que vuelva el crecimiento econ¨®mico, y para alcanzar este objetivo es preciso conseguir un incremento importante de las exportaciones, como han hecho antes que nosotros los pa¨ªses asi¨¢ticos o, m¨¢s cerca de nuestras fronteras, los pa¨ªses del norte de Europa.
Para superar la crisis es necesario que vuelva el crecimiento econ¨®mico y, para ello, es preciso incrementar las exportaciones
La crisis actual de nuestra econom¨ªa es, fundamentalmente, de sobreendeudamiento, y para superarla lo primero que hay que hacer es comenzar a reducir la deuda, tanto p¨²blica como privada. A finales de 2010, Espa?a ten¨ªa una deuda neta frente al resto del mundo equivalente al 89% de su PIB, cifra bastante mayor que la italiana (24%) o la francesa (10%), por no hablar de la posici¨®n acreedora de Alemania. Es preciso comenzar a devolver el ahorro que nos han prestado, y para eso solo hay un camino compatible con el crecimiento: aumentar las exportaciones de bienes y servicios.
A lo largo de la primera d¨¦cada de este siglo, Espa?a conoci¨® una aut¨¦ntica explosi¨®n de endeudamiento privado, directamente relacionada con la burbuja de la construcci¨®n, que produjo fuertes d¨¦ficits en la balanza por cuenta corriente hasta superar el 10% del PIB en un solo a?o, cifra realmente escandalosa que, sin embargo, apenas mereci¨® comentario alguno por parte de las autoridades econ¨®micas. Se pensaba entonces que la moneda ¨²nica nos permitir¨ªa financiarnos indefinidamente sin problemas, sue?o del que hemos despertado bruscamente con la llegada de la crisis.
El problema actual consiste en c¨®mo reducir el endeudamiento da?ando lo menos posible al crecimiento
Hubo tambi¨¦n otras razones, entre las que se encuentran las inversiones llevadas a cabo por empresas espa?olas en el exterior. El problema con que se encontraron fue que el ahorro interno no era suficiente para financiar su expansi¨®n internacional, por lo que tuvieron que recurrir al ahorro exterior intermediado por un sistema financiero que hoy tambi¨¦n debe ajustar sus posiciones. No es f¨¢cil poner en marcha empresas multinacionales en pa¨ªses de talla media con importantes necesidades de inversi¨®n y con tasas de ahorro poco elevadas. Desde esta perspectiva, hay que reconocer que la internacionalizaci¨®n de nuestras empresas ha sido un ¨¦xito, pero que, inevitablemente, ha tenido un precio.
El problema actual consiste en c¨®mo reducir el endeudamiento sin da?ar, o da?ando lo menos posible, al crecimiento. Seg¨²n los c¨¢lculos del FMI, para estabilizar el nivel de nuestra deuda exterior se requiere que el d¨¦ficit de la balanza por cuenta corriente se sit¨²e en el entorno del 2% del PIB. Para reducir el endeudamiento es preciso alcanzar el equilibrio o, eventualmente, un excedente en nuestras cuentas con el exterior, lo que no ser¨¢ una tarea f¨¢cil. Hay que tener en cuenta que el pasado a?o, a pesar de la ca¨ªda de la demanda interna, el d¨¦ficit por cuenta corriente se situ¨®, probablemente, alrededor del 3% del PIB. Por otra parte, las previsiones econ¨®micas m¨¢s recientes vaticinan el estancamiento de la zona del euro, hacia la que a¨²n se dirigen m¨¢s de la mitad de nuestras exportaciones, y un crecimiento moderado del resto de nuestros mercados, lo que hace m¨¢s dif¨ªcil la tarea de alcanzar el equilibrio.
A lo largo de la pasada d¨¦cada, las exportaciones de bienes y servicios espa?olas han conseguido mantener su cuota de mercado en los intercambios mundiales
Pero no todo son problemas. A lo largo de la pasada d¨¦cada, las exportaciones de bienes y servicios espa?olas han conseguido mantener, en l¨ªneas generales, su cuota de mercado en los intercambios mundiales: hemos perdido un poco en mercanc¨ªas y hemos ganado en servicios. Se trata, en cualquier caso, de un resultado m¨¢s que honorable si nos comparamos con Francia o Italia, que han perdido una parte sustancial de sus cuotas de mercado. Asimismo, hemos reducido nuestra dependencia de la zona del euro: de 1999 a 2010, las exportaciones de mercanc¨ªas hacia esa zona pasaron del 62% al 56% del total, y en los 11 primeros meses de 2011 el porcentaje se redujo hasta el 53,1%.
Avanzamos en la buena direcci¨®n, pero hay que acelerar la marcha para que el sector exterior pueda compensar las consecuencias del ajuste sobre la demanda interna. La pol¨ªtica econ¨®mica del nuevo Gobierno ganar¨ªa bastante en claridad si se estructuraran las acciones que es necesario emprender en torno a este eje fundamental, ya que mejorar las exportaciones requiere un plan coordinado desde el principio hasta el final, desde la mejora del aprendizaje y la formaci¨®n profesional hasta la agilizaci¨®n de los mecanismos de transmisi¨®n de los resultados de la investigaci¨®n a las empresas o la movilizaci¨®n del servicio exterior en apoyo de la exportaci¨®n, como hacen, desde hace mucho tiempo, los pa¨ªses con los que competimos. Se han anunciado algunas decisiones que van en este sentido, pero falta un dise?o general y una explicaci¨®n que sea coherente con los fines perseguidos y que adem¨¢s pueda ser percibida por todos como una tarea nacional que nos permita superar la crisis.
El camino por recorrer es largo y complejo. La debilidad de la demanda interna ha impulsado a las empresas a buscar nuevos mercados fuera de nuestro pa¨ªs, pero para consolidar y desarrollar las posiciones alcanzadas es preciso revisar todo el proceso productivo. El objetivo de transformarnos en un gran pa¨ªs exportador es una de las pocas ideas estructuradoras que pueden compensar, desde el punto de vista econ¨®mico, los rigores del inevitable ajuste presupuestario. Ojal¨¢ estemos en el inicio de un nuevo tiempo para nuestra econom¨ªa.
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