Las rentas empresariales superan por primera vez a las salariales en Espa?a

La globalizaci¨®n, que presiona a la baja sobre los salarios, el creciente n¨²mero de trabajadores que pasan a ser aut¨®nomos, el declive de la industria en favor de los servicios, y un sistema que privilegia el beneficio a corto plazo confluyen en la misma corriente de fondo: las rentas de los asalariados pierden peso en el reparto de la riqueza, al tiempo que los excedentes empresariales ganan protagonismo. El empuj¨®n final lo ha dado la enorme destrucci¨®n de empleo acumulada en los ¨²ltimos tres a?os. Por primera vez, las rentas empresariales superan a las salariales en el reparto del valor a?adido que genera la econom¨ªa espa?ola.

El detalle contable del PIB del cuarto trimestre, publicado ayer, da fe de la culminaci¨®n de una trayectoria de m¨¢s de treinta a?os, en Espa?a y en el resto de Europa. En el arranque de los ochenta, la remuneraci¨®n conjunta de todos los asalariados equival¨ªa al 53% del PIB espa?ol, mientras que el excedente bruto de explotaci¨®n (que incluye rentas empresariales y de profesionales aut¨®nomos) se quedaba en el 41%. Los impuestos a la producci¨®n eran el destino del 6% restante.

Las necesidades de un Estado del bienestar en construcci¨®n llevaron a elevar el peso de los impuestos hasta superar el 10% del valor a?adido a mediados de la d¨¦cada pasada. En paralelo, se aceler¨® el declive de las rentas salariales, que desemboca en un m¨ªnimo hist¨®rico en el tramo final del a?o pasado: la renta de los asalariados solo se llev¨® el 46% de la tarta del valor a?adido en el cuarto trimestre de 2011. Y en un cambio tambi¨¦n hist¨®rico: la porci¨®n de las rentas empresariales en el PIB fue por primera vez mayor, un 46,2%.

La remuneraci¨®n de los asalariados (1,1% en el ¨²ltimo a?o) crece mucho menos que las rentas empresariales (6,6%)

Para retener un 53% del valor a?adido que generaba la econom¨ªa espa?ola en los a?os ochenta bastaba con nueve millones de asalariados. Para mantener el 48% en 2007, se sumaba la renta de 18 millones de asalariados.

Cuando irrumpi¨® la Gran Recesi¨®n, y la mayor destrucci¨®n de empleo en d¨¦cadas, se dio un efecto parad¨®jico: en 2008 y 2009, las rentas salariales ganaron peso frente a las rentas empresariales. Por un lado, los asalariados aguantaron mejor el primer embate que el resto de ocupados (aut¨®nomos incluidos). Por otro, los salarios, pactados en convenios anteriores, siguieron creciendo mientras los beneficios bajaban.

Nada de eso ocurre ahora, con la econom¨ªa inmersa en otra recesi¨®n. La remuneraci¨®n de los asalariados (1,1% en el ¨²ltimo a?o) crece mucho menos que las rentas empresariales (6,6%). Y la p¨¦rdida de empleo golpea con fuerza a los asalariados, que apenas suman ya 15,7 millones de personas.