Buf¨¦ libre de un bill¨®n de euros
La segunda subasta del BCE dar¨¢ tranquilidad al mercado y suavizar¨¢ el problema de la banca La econom¨ªa real no se beneficia: no hay cr¨¦dito
Europa tiene un viejo problema por resolver. Y nada menos que en sus bancos, el principal engranaje del sistema circulatorio de la econom¨ªa.
Cinco a?os despu¨¦s del inicio de una crisis de m¨²ltiples caras, la banca europea no ha sabido resolver el estropicio que tiene en sus tripas, pese a haber engullido miles de millones de euros en inyecciones de liquidez barata o directamente con salvavidas de los Estados y bancos centrales. El dinero p¨²blico siempre ha estado disponible, al rescate de los bancos. Y aun as¨ª en los balances hay todo tipo de basura: la antigua (activos t¨®xicos, empacho de ladrillo) y la nueva (la deuda p¨²blica, que antes era la inversi¨®n m¨¢s segura del mundo y ahora es un dolor de cabeza). Nadie sabe c¨®mo est¨¢n los bancos. Y solo el Banco Central Europeo (BCE) ha sido capaz de evitar un accidente a lo Lehman Brothers: primero con una lluvia incesante de dinero y con la t¨ªmida compra de bonos; ¨²ltimamente, con Mario Draghi en la presidencia, con un enfoque renovado capaz de torear la ortodoxia alemana: con una multimillonaria subasta de liquidez, una aut¨¦ntica barra libre (casi medio bill¨®n de euros) que ha evitado el caos en la banca y en la deuda p¨²blica y, como poco, ha servido para ganar tiempo. Mucho tiempo (tres a?os) y a buen precio para los bancos (apenas el 1% de inter¨¦s).
El mi¨¦rcoles llega la segunda edici¨®n de ese buf¨¦ libre. Lo m¨¢s probable es que la banca repita y se enchufe medio bill¨®n m¨¢s, aunque las cifras no est¨¢n claras: hay analistas que piensan que ser¨¢n solo 350.000 millones. Otros creen que se puede llegar al bill¨®n, porque el BCE ha puesto todo tipo de facilidades. De esos n¨²meros pueden extraerse todo tipo de consecuencias sobre la resistencia del sistema bancario y sobre el estado de salud de la econom¨ªa. Las fuentes consultadas coinciden en que de esa segunda subasta depende la tranquilidad de los pr¨®ximos meses, a la espera de que Bruselas d¨¦ un paso adelante definitivo para resolver este endiablado rompecabezas que supone una crisis que afecta a los mercados financieros y a la econom¨ªa real, a la deuda y al paro, a cualquier cosa que se analice en estos tiempos de enorme incertidumbre.
Draghi ha logrado torear la ortodoxia alemana al ofrecer liquidez a la banca
Las cifras marean: si al final son 500.000 millones m¨¢s, las dos subastas sumar¨¢n un bill¨®n de euros en total. Todo ese dinero habr¨¢ servido para calmar las aguas, al menos temporalmente, tanto en la banca como en los bonos soberanos. Pero cuidado: no ha conseguido desencallar el cr¨¦dito a los hogares y a las empresas. Si viene una recesi¨®n profunda y la banca no presta, ?para qu¨¦ sirven entonces las muletas que proporciona el BCE?
¡°Para evitar el caos¡±, asegura Nicolas Veron, investigador del Peterson Institute. Las subastas han dado la vuelta a uno de los c¨ªrculos viciosos en los que est¨¢ metida la econom¨ªa europea: la espiral que se retroalimenta entre la deuda p¨²blica y los bancos. ¡°La superbarra libre ha creado un oasis de tranquilidad (artificial) que ha permitido un cierto relajamiento de las primas de riesgo y un respiro al sector financiero. Objetivo cumplido¡±, apunta Ver¨®n.
De la subasta del mi¨¦rcoles depende la tranquilidad de los pr¨®ximos meses
Pero no del todo. ¡°Esperamos que el cr¨¦dito acabe llegando a la econom¨ªa real¡±, dijo Draghi al anunciar la medida. Eso no ha sucedido. Un segundo c¨ªrculo vicioso relaciona el mal estado de los bancos y la econom¨ªa real: la banca no da cr¨¦dito, y eso agudiza la recesi¨®n. A su vez, la crisis impide que haya demanda solvente de cr¨¦dito, el principal negocio de los bancos. A finales del a?o pasado, los pr¨¦stamos ca¨ªan en casi la mitad de los pa¨ªses de la UE, y con fuerza en Espa?a (3% de retroceso) o Reino Unido (7,2%), por ejemplo. ¡°El BCE ha conseguido impedir que el sistema quebrara, que todo se fuera al garete. Ha salvado a la banca europea y al euro. Pero eso no deja de ser una especie de bypass: todas las econom¨ªas siguen sobreendeudadas; toda esa grasa no se elimina de un d¨ªa para otro. El cr¨¦dito acabar¨¢ llegando si la salud del sistema sigue mejorando; es decir, muy poco a poco. Hist¨®ricamente, de estas crisis se sale en 10 a?os: no pidamos trucos de magia al BCE¡±, advierte Vicente Cu?at, de la London School of Economics.
La primera subasta data de mediados de diciembre. Desde entonces, las primas de riesgo han bajado, en especial en Italia y Espa?a: los bancos se llevaban ese dinero al 1% y lo invert¨ªan en bonos emitidos b¨¢sicamente por Madrid y Roma a tipos mucho m¨¢s altos, un negocio redondo para las entidades (dinero f¨¢cil) y para los Estados (cuyos intereses se han ido relajando paulatinamente con esa demanda). Hay tambi¨¦n una incipiente reapertura en otros mercados: los bancos y algunas empresas han podido salir a emitir dinero, los tipos de inter¨¦s se han moderado, la volatilidad se ha reducido.
La primera subasta ha permitido bajar las primas de riesgo de Italia y Espa?a
Es poco probable que la segunda subasta tenga un efecto tan positivo. Hay quien opina que sea la que sea la cifra final que piden los bancos, las consecuencias ser¨¢n negativas: ¡°Si piden menos, los mercados creer¨¢n que van a volver las tensiones en la deuda porque los bancos ya no van a comprar tanto; si la cifra es enorme, empezar¨¢n las dudas con los riesgos que toma el BCE y sobre la salud de la banca¡±, apunta Simon Smith, economista jefe de FXPro.
Lo inquietante es que todo ese dinero se considera solo una cura de primeros auxilios, la ¨²ltima versi¨®n de la patada delante a la que Europa nos ha acostumbrado. La econom¨ªa y las finanzas de la UE siguen plagadas de minas, de bombas de tiempo que deber¨ªan ser desactivadas. Y el activismo de Draghi tiene riesgos: Jens Wiedman, presidente del Bundesbank, ya ha advertido de que el BCE est¨¢ siendo ¡°demasiado generoso¡± en su pol¨ªtica de liquidez: est¨¢ convencido de que se han creado incentivos perversos para la banca, que pueden derivar en una fuerte presi¨®n inflacionista.
Los efectos de esta segunda cita no ser¨¢n tan positivos, seg¨²n los expertos
Lo curioso es que los expertos ponen el ¨¦nfasis en el lado contrario: a Draghi no le ha costado gastar lo que haga falta en la banca, y sin embargo solo compraba deuda a cuentagotas con el cuento de los incentivos perversos: para que los Estados no se convirtieran en adictos a esas medidas y aprobaran los recortes. ¡°Draghi ha sido inteligente y ha sorteado la ferviente ortodoxia de Berl¨ªn, pero en este momento debe enfrentarse al hecho de que media Europa odia a Alemania y Alemania odia las soluciones que est¨¢ adoptando Europa¡±, avisa Charles Wyplosz, del Graduate Institute. ¡°Los buf¨¦s libres pueden ser indigestos¡±, cierra.
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