Combatir la dualidad: ?misi¨®n imposible?
La reforma pretende regular las indemnizaciones por despido entre temporales e indefinidos Otro objetivo consiste en facilitar el uso de la flexibilidad interna en las empresas
La nueva reforma laboral reproduce dos tipos de medidas que, a priori, podr¨ªan reducir nuestra tasa de temporalidad: se reduce la brecha de indemnizaciones por despido entre los contratos temporales e indefinidos y se pretende facilitar el uso de la flexibilidad interna en las empresas. Veremos c¨®mo se llevan ambas a la pr¨¢ctica, pero no dejan de seguir el mismo camino emprendido en reformas anteriores. La contrataci¨®n temporal y la no renovaci¨®n seguir¨¢n siendo la opci¨®n m¨¢s barata de ajuste para las empresas. Por ello parece razonable esperar que estas medidas no sean de nuevo suficientes.
Nuestro mercado de trabajo requiere de cambios a medida para combatir la cultura de la dualidad instaurada desde hace d¨¦cadas en nuestro pa¨ªs y que nos ha costado tanto perjuicio social y econ¨®mico. Para atacar de frente este problema, no quedan muchas m¨¢s opciones que cambiar radicalmente el sistema contractual actual para que no existan contratos con distintas duraciones y diferentes indemnizaciones por despido. La soluci¨®n pasa por un sistema mucho m¨¢s simple, con un ¨²nico contrato para todas las nuevas contrataciones (con la excepci¨®n de los contratos de interinidad), en el que la protecci¨®n del trabajador dependa de su antig¨¹edad, de forma progresiva, sin aumentos demasiado bruscos por cada a?o de servicio adicional en la empresa.
El mercado de trabajo requiere de cambios para combatir la cultura de la dualidad
Por otra parte, al igual que la reforma de 2010, queda pendiente el desarrollo de un fondo de capitalizaci¨®n a la austriaca. Complementar el contrato ¨²nico con este fondo no tiene por qu¨¦ suponer en la pr¨¢ctica una soluci¨®n m¨¢s costosa para las empresas si se dise?a adecuadamente, y reportar¨ªa, por el contrario, importantes beneficios para los trabajadores aumentando significativamente la duraci¨®n de los periodos de empleo a lo largo de su vida laboral. Adicionalmente, un sistema de bonus-malus en las cotizaciones a la Seguridad Social, que penalice o recompense a las empresas en funci¨®n de sus tasas de rotaci¨®n laboral, evitar¨ªa los actuales abusos del seguro de desempleo.
Sobre el papel estas soluciones son factibles. Para evitar la posible inconstitucionalidad del contrato ¨²nico, bastar¨ªa con instaurar dos escalas de indemnizaci¨®n, una para despidos procedentes y otra para improcedentes. Otra cosa es que sean posibles en la pr¨¢ctica por razones de econom¨ªa pol¨ªtica. La regulaci¨®n contractual ha generado elevadas rentas para nuestros agentes sociales y para otros miles de intermediarios, un sector de la econom¨ªa que vive del gran negocio de la temporalidad.
Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz (Universidad Complutense de Madrid), Florentino Felgueroso (Universidad de Oviedo) y Jos¨¦ Ignacio Garc¨ªa-P¨¦rez (Universidad Pablo de Olavide). Los tres son investigadores de Fedea.
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