Las previsiones y el presupuesto
El sentido com¨²n apunta en la direcci¨®n de aplazar el objetivo de d¨¦ficit del 3% hasta m¨¢s all¨¢ de 2013
Con la publicaci¨®n de las previsiones de la Comisi¨®n Europea para este a?o y el que viene, el Gobierno parece haberse decidido a elaborar el Presupuesto para 2012, que lleva ya un retraso considerable. Un primer paso ha sido la publicaci¨®n del d¨¦ficit correspondiente a 2011. Es conveniente, desde luego, tomar en consideraci¨®n los datos de Bruselas, pero no hay que olvidar las otras previsiones que se han publicado desde comienzos de a?o y que coinciden en pronosticar una fuerte ca¨ªda del PIB en 2012.
?Las previsiones de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas), elaboradas siempre con profesionalidad bajo la direcci¨®n de ?ngel Laborda, apuntan a una ca¨ªda del PIB del 1,7% para este a?o y coinciden en esta cifra con las que hizo en enero el FMI. Por su parte, el Banco de Espa?a pronostica una ca¨ªda del 1,5%, mientras que la Comisi¨®n Europea reduce la ca¨ªda a un punto de PIB. Hay, pues, una coincidencia general en pronosticar una ca¨ªda, pero lo importante es analizar los supuestos en los que se basan las previsiones, lo que permite valorar mejor su incidencia sobre dos de los grandes desequilibrios de nuestra econom¨ªa: el d¨¦ficit de las Administraciones P¨²blicas y el d¨¦ficit exterior.
Las previsiones de Funcas y del Banco de Espa?a se basan, por lo que se refiere a la demanda interna de la econom¨ªa, en que el Gobierno llevar¨¢ a cabo un ajuste de 40.000 millones de euros para intentar alcanzar el objetivo de una reducci¨®n del d¨¦ficit p¨²blico hasta el 4,4% del PIB. Pero a partir de ah¨ª las consecuencias divergen, ya que el Banco de Espa?a considera que este objetivo se alcanzar¨¢, mientras que el servicio de estudios de las cajas de ahorros prev¨¦ que solo se conseguir¨¢ reducir el d¨¦ficit hasta el 5,8%. El argumento en que se basa esta previsi¨®n es convincente: la detracci¨®n de 40.000 millones de euros de la demanda interna de la econom¨ªa llevar¨¢ consigo una reducci¨®n adicional de los ingresos del Estado y un incremento autom¨¢tico de los gastos sociales, especialmente los que se refieren al desempleo. Si el Gobierno quiere alcanzar el 4,4% de d¨¦ficit p¨²blico este a?o, la detracci¨®n de la demanda interna tendr¨¢ que ser bastante mayor que los 40.000 millones, probablemente superior a 50.000 millones de euros.
Se trata de una cuesti¨®n importante que requerir¨¢ una explicaci¨®n clara a la hora de presentar los presupuestos para 2012. En la negociaci¨®n que, aparentemente, se ha abierto con Bruselas es bastante probable que las autoridades comunitarias quieran mantener el objetivo de alcanzar el 3% de d¨¦ficit p¨²blico en 2013. Esta es la cuesti¨®n realmente importante, ya que la cifra del 4,4%, acordada para 2012 por el anterior Gobierno, solo adquiere su sentido en esta perspectiva. De ser as¨ª, hay que tener en cuenta que cuanto menos se ajuste este a?o, m¨¢s habr¨¢ que ajustar el que viene. El nuevo punto de partida, es decir, el 8,5% de d¨¦ficit p¨²blico, no hace sino complicar a¨²n m¨¢s las cosas. Queda, de todas maneras, la posibilidad de aplazar el objetivo del 3% hasta m¨¢s all¨¢ de 2013: el sentido com¨²n apunta en esta direcci¨®n, dada la recesi¨®n prevista en la eurozona para este a?o.
Ante las autoridades de Bruselas, las decisiones y las reformas emprendidas por el nuevo Gobierno son argumentos que justifican la voluntad de llevar a cabo seriamente el ajuste de la econom¨ªa. A lo cual hay que a?adir la elevada cifra de paro. Los 40.000 millones (44.000 despu¨¦s del anuncio del 8,5% de d¨¦ficit) representan cuatro puntos de PIB; ir m¨¢s all¨¢ en un solo a?o ser¨ªa peligroso para la estabilidad de la econom¨ªa a medio plazo, pues el tejido econ¨®mico se destruye con bastante m¨¢s facilidad que se crea.
La segunda cuesti¨®n se refiere al desequilibrio exterior. Los supuestos de crecimiento de la econom¨ªa mundial en las previsiones del Banco de Espa?a son ligeramente m¨¢s optimistas que los del FMI, como tambi¨¦n lo son las m¨¢s recientes previsiones de la Uni¨®n Europea para la eurozona, que pronostican una ca¨ªda del 0,3% para este a?o en vez del medio punto previsto por el FMI. Lo m¨¢s probable es que el crecimiento de nuestros mercados a la exportaci¨®n sea apenas positivo, por lo que las exportaciones de bienes y servicios, aun contando con que sigamos ganando cuotas de mercado, ser¨¢ dif¨ªcil que superen el 3% de aumento. Sin embargo, la ca¨ªda de la demanda interna (un m¨ªnimo de cuatro puntos) provocar¨¢ una nueva reducci¨®n de las importaciones, por lo que existe la posibilidad de que la balanza de bienes y servicios registre un excedente por primera vez en muchos a?os. No quiere decir ello que vayamos a conseguir el equilibrio de la balanza por cuenta corriente, pues el excedente en bienes y servicios ser¨¢ inferior al d¨¦ficit conjunto de transferencias y rentas, estas ¨²ltimas consecuencia del fuerte endeudamiento exterior de nuestra econom¨ªa. Estamos, desde este punto de vista, en el buen camino, pero a¨²n queda mucho por recorrer.
Las consecuencias para el empleo ser¨¢n dram¨¢ticas, ya que este a?o el aumento del n¨²mero de parados podr¨ªa situarse en el entorno del medio mill¨®n de personas. La reforma laboral ayudar¨¢ a que la situaci¨®n del empleo mejore en cuanto se aclaren las perspectivas econ¨®micas y vuelva el crecimiento, aunque este sea al principio muy modesto. Es razonable pensar que el efecto principal de la reforma ser¨¢ el de rebajar el dintel de crecimiento necesario para crear empleo. Por el momento, con perspectivas de ca¨ªda hasta la primera parte del pr¨®ximo a?o, lo m¨¢s que puede esperarse es que se frene su destrucci¨®n, al facilitar la reforma la viabilidad de muchas empresas que hasta ahora se han visto abocadas al cierre y que en adelante tendr¨¢n al menos la oportunidad de ajustar mejor la producci¨®n y las plantillas a la demanda de sus productos.
Estos son, b¨¢sicamente, los problemas que plantean las ¨²ltimas previsiones sobre la evoluci¨®n de nuestra econom¨ªa a corto plazo. M¨¢s all¨¢ de este horizonte, es razonable pensar que el esfuerzo que se est¨¢ llevando a cabo permitir¨¢ el saneamiento de nuestras cuentas p¨²blicas y privadas y la superaci¨®n de las consecuencias del estallido de la burbuja inmobiliaria de mediados de la pasada d¨¦cada. Es posible que la crisis financiera haya oscurecido el debate sobre las causas de aquella burbuja, sobre las decisiones que en su d¨ªa se adoptaron y sobre sus consecuencias. Las reformas emprendidas por el Gobierno se entender¨¢n mejor si sus responsables las colocan en la perspectiva, m¨¢s general, de la evoluci¨®n econ¨®mica a medio plazo.
Este art¨ªculo fue escrito antes de la modificaci¨®n del objetivo del d¨¦ficit presupuestario para 2012 anunciada el viernes por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy.
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