Reformas a la italiana
El Gobierno tecn¨®crata de Mario Monti se la juega con los cambios en el mercado de trabajo
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Hace poco m¨¢s de un mes, los italianos se miraban al espejo y le preguntaban con miedo: ?a que no estamos peor que Grecia? Ahora, no hay m¨¢s que salir a la calle para constatar que la pregunta recurrente es otra: ?a que estamos mejor que Espa?a?
Aunque todav¨ªa con el miedo de la recesi¨®n en el cuerpo, Italia se enfrenta a una reforma laboral inminente ¡ªtendr¨¢ que ser aprobada antes de finales de marzo¡ª con un dato esperanzador. A pesar de la crisis europea, del desastre de la gesti¨®n de Silvio Berlusconi y de la gran desigualdad entre el norte y el sur, Italia a¨²n est¨¢ a a?os luz de Espa?a en cuanto a la destrucci¨®n de empleo.
Una buena parte del porqu¨¦ descansa en un mecanismo llamado ¡°caja de compensaci¨®n salarial¡± (CIG, por sus siglas en italiano). Si en el segundo trimestre de 2007, con la crisis a¨²n por explotar, la tasa de desempleo era del 5,7%, a finales de 2011 la tasa no superaba el 8,6%. Espa?a, huelga repetirlo, tiene el r¨¦cord de la zona euro, con el 23,3%.
Hasta ahora, el Ejecutivo ha aprobado recortes por 30.000 millones para el periodo 2012-2014
?Qu¨¦ es la caja de compensaci¨®n salarial? Para empezar, algo que ¡ªa pesar de sus ventajas¡ª el Gobierno tecn¨®crata de Mario Monti pretende recortar. Se trata de un mecanismo de regulaci¨®n del empleo, pero sobre todo de una filosof¨ªa: en una situaci¨®n de crisis, los empresarios italianos ¡ªla inmensa mayor¨ªa peque?os y medianos emprendedores¡ª prefieren reducir actividad y horarios en vez de reducir plantillas. Seg¨²n datos de las organizaciones sindicales, durante el a?o 2010, casi un mill¨®n y medio de trabajadores se acogieron a la caja de compensaci¨®n para evitar as¨ª, trabajando menos y tambi¨¦n cobrando menos, las listas del paro. El mecanismo se activa para salvar las dificultades temporales ¡ªintr¨ªnsecas o debidas al mercado¡ª de una empresa. Se revisa cada tres meses, con una duraci¨®n m¨¢xima de 12 o incluso de 24 meses, y contempla que el INPS (Instituto Nacional de Previsi¨®n Social) abone al trabajar hasta el 80% de las horas no trabajadas. Seg¨²n los sindicatos, la utilizaci¨®n de la ¡°caja de compensaci¨®n salarial¡± lleva aparejada una reducci¨®n del despido. Su uso se previ¨® en principio para situaciones de guerra¡ como la actual.
El Gobierno de Mario Monti ¡ªcolocado por el presidente de la Rep¨²blica, Giorgio Napolitano, para intentar achicar la desconfianza de Europa y los mercados hacia Berlusconi y sus trampas¡ª ha ejecutado en sus primeros 100 d¨ªas de Gobierno una serie de medidas ejemplarizantes, de fuerte impacto. Sus aliados indiscutibles han sido la sorpresa y la necesidad. Solo unos d¨ªas despu¨¦s de llegar al poder, y sin consultar con los sindicatos, Monti aprob¨® el plan ¡°Salva Italia¡±. El volumen del ajuste fue de 30.000 millones de euros a ejecutar entre 2012 y 2014 ¡ªse reducir¨¢n gastos por valor de 12.000 millones de euros y se aumentar¨¢ la recaudaci¨®n en 18.000 millones¡ª, aunque compensados por una reinversi¨®n de 10.000 millones para fomentar ¡°el crecimiento, el sistema productivo y el trabajo¡±. A la sombra de las grandes cifras y de las grandes promesas, Monti encarg¨® a su ministra de Trabajo, Elsa Fornero, una reforma de las pensiones que sac¨® adelante en su integridad y sin apenas contestaci¨®n social. Las l¨¢grimas de la ministra ¡ªsin duda espont¨¢neas y provocadas por el cansancio¡ª contribuyeron a subrayar la promesa realizada por Monti ante la naci¨®n: ¡°Hemos distribuido los sacrificios de forma equitativa¡±. Sin embargo, y a partir de entonces, Monti se ha visto obligado a pactar su forma de ser equitativo para evitar que la calle se incendiara y que los influyentes poderes fuertes bloquearan su gesti¨®n.
La realidad de los hechos se?ala que es m¨¢s sencillo dar un tajo a los bolsillos de los pensionistas que a los privilegios de las castas que, desde tiempo inmemorial, vienen vertebrando el funcionamiento de Italia. Aunque el primer ministro anunci¨® a bombo y platillo que abogados, notarios, farmac¨¦uticos, taxistas, bancos o propietarios de gasolineras tendr¨ªan que someterse a reglas de funcionamiento m¨¢s justas y solidarias, lo cierto es que las llamadas liberalizaciones han salido adelante muy descafeinadas.
Ning¨²n gobierno se ha atrevido a acabar con el art¨ªculo sobre la readmisi¨®n obligatoria de trabajadores despedidos
Entre los que, tras el susto, lograron escapar casi indemnes est¨¢n los taxistas, abogados, notarios y farmac¨¦uticos. Los ¨²nicos que salieron al ruedo de las quejas fueron los banqueros, obligados por el Gobierno Monti a facilitar cuentas gratuitas a los pensionistas con ingresos inferiores a los 1.500 euros al mes. Por el contrario, el gremio cuyas arcas m¨¢s sufrir¨¢n y que, a pesar de todo, parece haber aceptado el recorte con resignaci¨®n cristiana, es el de los sacerdotes. A partir de ahora, la Iglesia italiana ¡ªla mayor casera de la Rep¨²blica¡ª tendr¨¢ que pagar el impuesto de bienes inmuebles por aquellos en los que desarrolle alg¨²n tipo de actividad comercial ¡ªtienda de recuerdos, hospedajes, restaurantes¡ª. Hasta ahora estaba exenta. Tambi¨¦n los militares han visto c¨®mo el presupuesto de Defensa ha sido recortado, incluyendo una reducci¨®n a corto plazo del 30% de la plantilla y la cancelaci¨®n de la compra de 41 cazas F-35 de los 131 que estaban previstos.
El gran problema, sin embargo, llega ahora. Antes de finales de marzo, el Gobierno de los profesores tendr¨¢ que aprobar la reforma laboral. Y, si nada m¨¢s llegar, Monti encarg¨® a la ministra Fornero que sacara adelante sin pactar con nadie la reforma de pensiones ¡ªEuropa y los mercados estaban entonces muy atentos a las primeras acciones de su pupilo¡ª, ahora el encargo es radicalmente distinto. La ministra, con la ayuda del l¨ªder de la izquierda, Pier Luigi Bersani, est¨¢ intentando poner de acuerdo a sindicatos y empresarios para sacar adelante la reforma. El principal escollo, el archiconocido en Italia ¡°art¨ªculo 18¡±, que contempla la readmisi¨®n obligatoria de los trabajadores despedidos junto a una fuerte indemnizaci¨®n por los perjuicios (no existe la posibilidad de que, pagando, la empresa se libre del trabajador no deseado). El ¡°art¨ªculo 18¡± es una frontera que ning¨²n Gobierno italiano ha so?ado nunca en traspasar. Monti est¨¢ dispuesto. Los sindicatos, no. Ser¨¢ una batalla que tal vez determine el resultado de la guerra. Tambi¨¦n para saber si Monti sigue dispuesto a cambiar el pa¨ªs de arriba abajo o se conforma con reparar los desperfectos.
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