Fuego, no agua
Para ayudar al crecimiento, el BCE deber¨ªa rebajar su tipo de inter¨¦s. El problema es que se podr¨ªa herir la sensibilidad alemana
Se vuelve a ver humo en la eurozona. La econom¨ªa se contrajo en el cuarto trimestre de 2011 y parece que lo est¨¢ volviendo a hacer en el primer trimestre de este a?o. Los rendimientos de los bonos soberanos se han incrementado otra vez. El Banco Central Europeo (BCE) apag¨® los fuegos con anterioridad al distribuir a los bancos un bill¨®n de euros. Pero sus balances, que ahora han aumentado enormemente, y una inflaci¨®n pertinaz son obst¨¢culos importantes para una respuesta pol¨ªtica cre¨ªble.
Los problemas de la eurozona empiezan con el crecimiento. La producci¨®n en la industria y en los servicios cay¨® todav¨ªa m¨¢s en el terreno de la contracci¨®n en marzo. El empleo disminuy¨® al ritmo m¨¢s elevado en un a?o. Eso hace que a los Gobiernos les resulte m¨¢s dif¨ªcil recortar los d¨¦ficits fiscales.
El mercado est¨¢ replante¨¢ndose otra vez su postura con respecto a Espa?a, cuya rentabilidad de los bonos a 10 a?os se ha disparado hasta el 5,5% (cerca de un punto porcentual por encima de sus m¨ªnimos de febrero). El a?o pasado, el objetivo del Gobierno era un d¨¦ficit del 6% del PIB. Alcanz¨® el 8,5%. El objetivo de este a?o es del 5,3%. Hay serias dudas respecto a la capacidad de Espa?a para alcanzar ese objetivo. La deuda del pa¨ªs aument¨® hasta el 68,5% del PIB en 2011. Las posibilidades de mantenerla dentro del objetivo actualmente previsto del 80% del PIB en 2014-2015 parecen escasas.
Los retos para los que deciden las pol¨ªticas a seguir en la eurozona son importantes. Para ayudar al crecimiento, el BCE deber¨ªa rebajar su tipo de inter¨¦s. El problema es que se podr¨ªa herir la sensibilidad alemana: la inflaci¨®n, que es del 2,7%, ya se encuentra por encima del objetivo. Pero una rebaja del tipo no contribuir¨ªa mucho a aliviar las tensiones de la deuda.
La inyecci¨®n de una mayor cantidad de dinero al sistema bancario ser¨ªa m¨¢s beneficiosa temporalmente, pero una decisi¨®n as¨ª es dif¨ªcil de justificar. El balance general del BCE como proporci¨®n del PIB es ahora mayor que el de la Reserva Federal estadounidense. Puede aumentar ¡ªcomo tiene sumo inter¨¦s en recalcar el presidente del BCE, Mario Draghi¡ª con unos activos en oro considerables que no figuran en los libros de contabilidad menos voluminosos de la Reserva o del Banco de Inglaterra. Pero la inyecci¨®n de liquidez frente a m¨¢s tensiones soberanas no es la respuesta que Alemania, y posiblemente otros pa¨ªses, quieren ver.
Tampoco ser¨ªa deseable. El BCE no puede proporcionar soluciones duraderas a los problemas fiscales y de deuda soberana b¨¢sicos. Habr¨¢ que luchar otra vez contra los fuegos europeos.?
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