?Viva la inflaci¨®n!
Recuperar Europa no pasa por devaluar los sueldos de los pa¨ªses del sur, sino por subir los precios del norte
Nadie est¨¢ loco. No se trata de volver a los precios de la Rep¨²blica de Weimar o a la hiperinflaci¨®n latinoamericana de la d¨¦cada perdida. Tampoco consiste en crecimientos de los precios de dos d¨ªgitos. Es una modesta proposici¨®n de, por ejemplo, elevar del 2% al 4% la tasa de inflaci¨®n m¨¢xima considerada por el Banco Central Europeo (BCE) con el objeto de estimular la econom¨ªa de la eurozona, machacada por la ¡°austeridad obsesiva¡± (Artur Mas).
En febrero de 2010, el economista jefe del Fondo Monetario Internacional (FMI), Olivier Blanchard, firm¨® un documento, titulado Replanteamiento de la pol¨ªtica macroecon¨®mica, en el cual se defend¨ªa ese incremento de los precios objetivos. Era hace m¨¢s de dos a?os, cuando todav¨ªa la austeridad compulsiva no hab¨ªa machacado a tantos pa¨ªses y ciudadanos, y era el FMI, no precisamente un organismo izquierdista o heterodoxo, quien manifestaba esa necesidad. La respuesta de los cient¨ªficos sociales m¨¢s conservadores y de la prensa de derechas germana trat¨® de insultar a Blanchard calific¨¢ndole de ¡°neokeynesiano¡±. Este aseguraba que una inflaci¨®n del 4% no tendr¨ªa ninguno de los efectos nocivos que genera un incremento de los precios muy alto. Este porcentaje, por ejemplo, es el que us¨® como pol¨ªtica econ¨®mica Ronald Reagan en su segundo mandato.
Algunos parecen haber comenzado a darse cuenta ahora. En los ¨²ltimos d¨ªas, una carta enviada por el Bundesbank (el mayor guardi¨¢n de la ortodoxia de la estabilidad) al Parlamento alem¨¢n, y unas declaraciones de su economista jefe, avalan la bondad de tener una inflaci¨®n un poco superior en Alemania, para ayudar a mejorar la competitividad de los pa¨ªses de la periferia europea con tantos problemas de crecimiento como el nuestro. Por supuesto, siempre que las expectativas sobre los precios est¨¦n controladas.
Las cr¨ªticas dentro de un pa¨ªs obsesionado por la inflaci¨®n como Alemania han sustituido como blanco a Blanchard por la gente de su banco central y de su Gobierno de derechas
La otra voz sobre el mismo tema y en id¨¦ntico sentido es a¨²n m¨¢s sorprendente: el ministro de Econom¨ªa de la se?ora Merkel, el halc¨®n Wolfgang Scha¨¹bel. La superaci¨®n de la falta de competitividad de los pa¨ªses europeos en dificultades no pasa solo por la devaluaci¨®n v¨ªa sueldos, sino tambi¨¦n por una subida de precios (y los sueldos son un precio m¨¢s) en los pa¨ªses m¨¢s competitivos de la zona.
Las cr¨ªticas dentro de un pa¨ªs obsesionado por la inflaci¨®n como Alemania, debido a su historia en la d¨¦cada de los a?os veinte, han sustituido como blanco a Blanchard por la gente de su banco central y de su Gobierno de derechas. El asunto de la inflaci¨®n tiene que ver con ese giro a favor del crecimiento (relajar los objetivos de d¨¦ficit en el tiempo, nuevos ingresos a trav¨¦s de la tasa a las transacciones financieras, mayor capital en el Banco Europeo de Inversiones, eurodeuda para proyectos de infraestructuras generadoras de empleo, activaci¨®n de los fondos estructurales, un nuevo papel m¨¢s equilibrado para el BCE...) que tanto va a costar y que va a tener que ganarse trinchera a trinchera.
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