El mon¨®logo

La figura m¨¢s emblem¨¢tica del nuevo Gobierno ruso ni siquiera es uno de sus miembros. Igor Sechin, un viejo aliado de Vlad¨ªmir Putin y un vicepresidente con muchos a?os de servicio, no ser¨¢ miembro del nuevo equipo reunido por Dmitri Medv¨¦dev, el predecesor y protegido del presidente ruso as¨ª como su primer ministro. Con una maniobra que demuestra que el presidente Putin no tiene intenci¨®n de deshacerse de sus viejos amigos del KGB, se ha colocado de nuevo a Sechin en la presidencia de Rosneft, la empresa petrolera rusa propiedad del Estado. Hace un a?o le obligaron a dimitir como presidente de la misma despu¨¦s de que Medv¨¦dev decidiera que los miembros del Gobierno no pod¨ªan ocupar puestos en las juntas directivas de las empresas de propiedad estatal. Seg¨²n la mayor¨ªa de la gente, Sechin sigui¨® siendo el hombre que dirig¨ªa Rosneft, y en todo caso mantuvo su condici¨®n de zar de la energ¨ªa rusa, supervisando los ministerios y las empresas del sector petrolero y gas¨ªstico.

Los especialistas en asuntos rusos se esfuerzan duramente para tratar de descifrar lo que el nuevo Gobierno de Putin, formado a principios de esta semana, significar¨¢ para el futuro de Rusia y sus reformas econ¨®micas. Est¨¢n contando el n¨²mero de ¡°liberales¡± o de ¡°tecn¨®cratas¡± frente a los ¡°conservadores¡± o exdirigentes del KGB que siempre han constituido el n¨²cleo del equipo de Putin. Al mirar el nuevo Gobierno, puede que algunos quieran tener la esperanza de que las cosas est¨¦n yendo por buen camino. A primera vista parece que los partidarios de la reforma tienen una ligera ventaja num¨¦rica sobre la vieja guardia. Por ejemplo, Igor Shuvalov, el ¨²nico vicepresidente ¡°primero¡± que queda, es un liberal que viste con elegancia y que habla ingl¨¦s, y que parece muy convincente cuando habla ante el p¨²blico internacional.

Pero olviden estos intentos en Kremlinolog¨ªa 2.0. Solo una cosa es segura: el Gobierno es lo que decide Putin que sea. Puede que Sechin est¨¦ en un sitio o en otro, pero su jefe siempre estar¨¢ dispuesto a escucharle. Los t¨ªtulos oficiales no significan tanto como la realidad de la proximidad al hombre que seguir¨¢ decidiendo y gobernando. Puede que Putin percibiera que ten¨ªa que ceder un poco, despu¨¦s de que la polic¨ªa y las tropas rusas aplastaran las manifestaciones que marcaron su investidura el 7 de mayo. Pero para los expertos extranjeros y los inversores occidentales, el rumbo de Rusia seguir¨¢ dependiendo de los caprichos y los antojos del hombre solitario en el Kremlin.