Italia, entre el alivio y el temor al contagio

Hace tiempo que Italia ve con preocupaci¨®n la situaci¨®n de Espa?a por miedo al contagio. De hecho, fue precisamente Mario Monti el primero que puso el dedo en la llaga, en unas declaraciones realizadas el 24 de marzo que sentaron como un tiro a Mariano Rajoy. Dijo entonces el jefe del Gobierno italiano: ¡°Espa?a est¨¢ dando a toda Europa motivos de preocupaci¨®n. No hace falta mucho para recrear fen¨®menos que, a trav¨¦s del contagio, nos pueden afectar a nosotros¡±. El primer ministro tecn¨®crata, de natural diplom¨¢tico, se disculp¨® ante su colega espa?ol, pero el 10 de abril volvi¨® a la carga. Una filtraci¨®n period¨ªstica coloc¨® en su boca las siguientes palabras de enojo: ¡°La subida de la prima de riesgo italiana¡­ es culpa de Espa?a¡±. Ahora, aunque sin decirlo oficialmente, el jefe del Gobierno italiano se muestra de acuerdo con que Espa?a pueda recapitalizar sus bancos, aunque con un m¨ªnimo de condiciones, acudiendo el fondo de rescate europeo.

Dos meses despu¨¦s de aquellos desencuentros con Rajoy, Monti est¨¢ mucho m¨¢s tranquilo. Aunque la situaci¨®n en Italia no es para tirar cohetes ¨Cayer mismo se supo que la producci¨®n industrial ha ca¨ªdo un 9,2% y hasta el Gobierno reconoce que 28 millones de personas pasan por apuros--, s¨ª parece haber escapado del foco de la desconfianza de los mercados. De hecho, a mediados de mayo, el Fondo Monetario Internacional (FMI), apoy¨® expresamente la gesti¨®n de Mario Monti y le anim¨® a perseverar. Por si fuera poco, sus medidas de ajuste, aunque impopulares, no le han alejado demasiado de los ciudadanos. Las encuestas lo siguen considerando el l¨ªder pol¨ªtico m¨¢s valorado, si bien es verdad que el resto ¨Cdesde la derecha a la izquierda¡ªarrastra un descr¨¦dito de d¨¦cadas.

Durante a?os, los italianos han mirado con sorpresa, y cierta envidia, el aparente sorpasso espa?o

Desde el punto de vista social, basta bajar a la calle para que la primera pregunta que recibe un espa?ol sea: ?Qu¨¦ tal est¨¢n las cosas en Espa?a? Cuando la contestaci¨®n, como es obvio, es que mal tirando a desesperada, la repregunta es siempre la misma: ?pero peor que aqu¨ª? Durante a?os, los italianos han mirado con sorpresa, y cierta envidia, el aparente sorpasso espa?ol. Ahora miran con verdadera curiosidad la ca¨ªda de un imperio construido sobre una burbuja.

Sirva de ejemplo un muy duro comentario editorial publicado hoy en el diario econ¨®mico Il Sole 24 ore: ¡°Espa?a se presenta como favorita a los Europeos de f¨²tbol en Polonia y Ucrania. Ha ganado la ¨²ltima edici¨®n del torneo continental y despu¨¦s el Mundial de Sud¨¢frica en 2010. Sin embargo, la Espa?a que se enfrentar¨¢ a Italia el domingo por la tarde es otro pa¨ªs, un pa¨ªs de rodillas, hundido bajo el peso de la crisis financiera internacional y de la burbuja inmobiliaria. Los bancos ya no tienen nada que prestar. Ni siquiera al f¨²tbol, como siempre hab¨ªan hecho: ha sido precisamente Bankia, el banco espa?ol que acusa la mayor crisis, el banco salvado por el gobierno con un plan de rescate de m¨¢s de 20.000 millones, la entidad que ha garantizado al Real Madrid (del constructor Florentino P¨¦rez) las financiaciones para comprar jugadores como Cristiano Ronaldo, Kak¨¢ y dem¨¢s gal¨¢cticos. A despecho del fair play financiero de la UEFA de Michel Platini. A despecho tambi¨¦n de la decencia en un pa¨ªs en el cual los bancos han reducido el cr¨¦dito a las empresas y a las familias. Es posible que tambi¨¦n el gran f¨²tbol pueda renunciar a alg¨²n campe¨®n para combatir la recesi¨®n. Sin esperar a que sean los Bancos los que bloqueen los cr¨¦ditos¡±.

En el mismo peri¨®dico, el expresidente de la Comisi¨®n Europea contesta as¨ª a la pregunta de si hay que ayudar a los bancos espa?oles: ¡°Creo que una ayuda a los bancos espa?oles no desequilibrar¨ªa de un modo radical la pol¨ªtica deudora de Madrid, aunque la situaci¨®n se ha agravado mucho en los ¨²ltimos tiempos; no hay que olvidar que Espa?a parti¨® de bases muy bajas¡±. A?ade el dirigente del centro izquierda italiano: ¡°Somos todos griegos. O nos salvamos o nos condenamos todos juntos¡±. Aunque, visto lo visto, unos m¨¢s griegos que otros.