La porci¨®n justa de Mitt Romney
Las democracias se basan en un esp¨ªritu de confianza y cooperaci¨®n en el pago de impuestos
Las declaraciones del impuesto sobre la renta de Mitt Romney se han convertido en un tema importante en la campa?a presidencial estadounidense. ?Es un tema de simple politiquer¨ªa o es un tema realmente importante? Lo cierto es que s¨ª, es un tema importante ¡ªy no solo para los estadounidenses¡ª.
Un tema principal subyacente al debate pol¨ªtico en Estados Unidos es el papel del Estado y la necesidad de acci¨®n colectiva. El sector privado, si bien es central en una econom¨ªa moderna, no puede garantizar por si solo su ¨¦xito. Por ejemplo, la crisis financiera que comenz¨® en el a?o 2008 demostr¨® la necesidad de una reglamentaci¨®n adecuada.
Adem¨¢s, m¨¢s all¨¢ de una reglamentaci¨®n efectiva (que incluya la garant¨ªa de igualdad de condiciones para la competencia), las econom¨ªas modernas se basan en la innovaci¨®n tecnol¨®gica, lo que supone a su vez investigaci¨®n b¨¢sica financiada por el Gobierno. Este es un ejemplo de un bien p¨²blico ¡ªlos bienes p¨²blicos son las cosas de las que todos nos beneficiamos, pero cuyo abastecimiento ser¨ªa insuficiente (o ser¨ªa absolutamente inexistente) si fu¨¦semos a depender del sector privado¡ª.
Los pol¨ªticos conservadores en Estados Unidos subestiman la importancia de la educaci¨®n, la tecnolog¨ªa y la infraestructura que provee el sector p¨²blico. Las econom¨ªas en las que el Estado provee estos bienes p¨²blicos se desempe?an mucho mejor que aquellas en las que no ocurre lo propio.
Los pol¨ªticos conservadores en Estados Unidos subestiman la importancia de la educaci¨®n, la tecnolog¨ªa y la infraestructura que provee el sector p¨²blico
Pero se debe pagar por los bienes p¨²blicos, y es imperativo que todas y cada una de las personas paguen la porci¨®n justa que les corresponde. Si bien puede haber desacuerdo acerca de lo que ello conlleva, quienes ocupan la parte superior de la pir¨¢mide de distribuci¨®n de ingresos y pagan el 15% de sus rentas declaradas (puede que no se informe a las autoridades estadounidenses sobre dineros que devengan intereses en para¨ªsos fiscales en las islas Caim¨¢n y en otros para¨ªsos fiscales) claramente no est¨¢n pagando su porci¨®n justa.
Hay un viejo adagio en el idioma ingl¨¦s que dice que lo primero que se pudre en el pescado es la cabeza. Si los presidentes y las personas que los rodean no pagan su porci¨®n justa de impuestos, ?c¨®mo podemos esperar que alguien m¨¢s lo haga? Y si nadie lo hace, ?c¨®mo podemos esperar que se financien los bienes p¨²blicos que necesitamos?
Las democracias se basan en un esp¨ªritu de confianza y cooperaci¨®n en el pago de impuestos. Si cada persona dedicara la misma cantidad de energ¨ªa y recursos que dedican los ricos a evitar su porci¨®n justa de impuestos, es posible que el sistema tributario colapse o que haya que reemplazarlo por un sistema mucho m¨¢s intrusivo y coercitivo. Ambas alternativas son inaceptables.
Romney podr¨ªa cambiar el curso de la historia al convertirse en un pol¨ªtico rico en el pin¨¢culo del poder que aboga a favor de que se paguen impuestos m¨¢s altos
En t¨¦rminos m¨¢s generales, una econom¨ªa de mercado no podr¨ªa funcionar si se tuviese que hacer cumplir cada contrato a trav¨¦s de una acci¨®n legal. Sin embargo, la confianza y la cooperaci¨®n solo pueden sobrevivir si existe la convicci¨®n de que el sistema es justo. Investigaciones recientes han demostrado que la convicci¨®n de que el sistema econ¨®mico es injusto menoscaba tanto la cooperaci¨®n como el esfuerzo. No obstante, entre los estadounidenses crece la convicci¨®n de que su sistema econ¨®mico es injusto; y el sistema tributario tiene un lugar emblem¨¢tico en dicha percepci¨®n de injusticia.
El multimillonario inversor Warren Buffett afirma que ¨¦l paga ¨²nicamente los impuestos a los que est¨¢ obligado, pero que existe algo fundamentalmente err¨®neo en un sistema que grava sus rentas con una tasa m¨¢s baja que la que se aplica a su secretaria. Buffett est¨¢ en lo cierto. A Romney se le podr¨ªa perdonar que adoptase una posici¨®n similar. De hecho, puede que estemos ante un momento similar al que Nixon vivi¨® en China: Romney podr¨ªa cambiar el curso de la historia al convertirse en un pol¨ªtico rico en el pin¨¢culo del poder que aboga a favor de que se paguen impuestos m¨¢s altos.
Pero Romney no ha optado por hacer esto. Evidentemente, ¨¦l no reconoce que un sistema que impone tasas impositivas m¨¢s bajas a la especulaci¨®n financiera de las que impone al trabajo duro distorsiona la econom¨ªa. De hecho, gran parte del dinero que acumulan aquellos que se encuentran en la parte superior de la pir¨¢mide de ingresos est¨¢ conformado por lo que los economistas llaman rentas, que no provienen de un aumento del tama?o del pastel econ¨®mico, sino que surgen de tomar una tajada m¨¢s grande del pastel ya existente.
La desigualdad econ¨®mica se traduce en desigualdad pol¨ªtica, la cual a su vez refuerza la primera
Entre quienes est¨¢n en dicha parte superior podemos encontrar a un n¨²mero desproporcionado de monopolistas, que aumentan sus ingresos mediante la restricci¨®n de la producci¨®n y su participaci¨®n activa en las pr¨¢cticas anticompetitivas; tambi¨¦n se encuentran all¨ª los presidentes de las empresas que explotan las deficiencias de las leyes sobre gobernanza corporativa y obtienen una porci¨®n mayor de los ingresos de las empresas para ellos mismos (dejando menos beneficios para los trabajadores), como tambi¨¦n est¨¢n en este grupo los banqueros involucrados en pr¨¦stamos depredadores y pr¨¢cticas financieras en el ¨¢mbito de tarjetas de cr¨¦dito que son abusivas (a menudo dirigidas a los hogares pobres y de clase media). Quiz¨¢ no sea casualidad que la b¨²squeda de rentas y la desigualdad hayan aumentado al mismo tiempo que ca¨ªan las tasas impositivas m¨¢s altas, ni que se hayan desvirtuado las reglamentaciones y se haya debilitado la aplicaci¨®n de las normas existentes: en resumen, han aumentado tanto las oportunidades para recibir rentas como las ganancias provenientes de la b¨²squeda de las mismas.
Hoy en d¨ªa una deficiencia de demanda agregada afecta a casi todos los pa¨ªses avanzados, lo que conduce a tasas altas de desempleo, a salarios m¨¢s bajos, a una mayor desigualdad y ¡ªpara cerrar el c¨ªrculo vicioso¡ª a un consumo restringido. En la actualidad se generaliza cada vez m¨¢s el reconocimiento del v¨ªnculo entre la desigualdad y la inestabilidad y debilidad econ¨®mica.
Existe otro c¨ªrculo vicioso: la desigualdad econ¨®mica se traduce en desigualdad pol¨ªtica, la cual a su vez refuerza la primera, inclusive a trav¨¦s de un sistema fiscal que permite que personas como Romney ¡ªquien insiste en que ¨¦l ha estado sujeto a una tasa de impuesto sobre la renta de ¡°al menos el 13%¡± durante los ¨²ltimos diez a?os¡ª no paguen su porci¨®n justa. La desigualdad econ¨®mica resultante ¡ªque es un resultado tanto de las fuerzas pol¨ªticas como de las fuerzas del mercado¡ª contribuye a la debilidad econ¨®mica generalizada de hoy en d¨ªa.
Puede que Romney no sea un evasor de impuestos; solo una investigaci¨®n profunda de la Hacienda estadounidense podr¨ªa llegar a esa conclusi¨®n. Pero teniendo en cuenta que la tasa marginal del impuesto sobre la renta en Estados Unidos es del 35%, es sin duda un enorme inhibidor fiscal. Y, por supuesto, el problema no es solo Romney; el hecho m¨¢s notable e importante es que ese nivel de evasi¨®n fiscal hace que sea dif¨ªcil financiar bienes p¨²blicos, sin los cuales una econom¨ªa moderna no puede florecer.
Sin embargo, es a¨²n m¨¢s importante puntualizar que la evasi¨®n fiscal en la escala de Romney menoscaba la fe en la ecuanimidad fundamental del sistema, y por tanto, debilita los v¨ªnculos que mantienen unida a la sociedad.
Joseph E. Stiglitz es premio Nobel de Econom¨ªa y profesor de la Universidad de Columbia. (c) Project Syndicate, 2012.
Traducci¨®n de Roc¨ªo L. Barrientos
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