Lo (poco) que vale la tierra
La ca¨ªda de la inversi¨®n y del dinero negro en el campo hunden los precios
La tierra vale menos cada a?o y si es para usos agrarios, menos todav¨ªa. Sencillamente, no hay mercado. Lo que todos en el mundo rural saben, lo ha recogido la Encuesta sobre los precios de la tierra en 2011 elaborada por el Ministerio de Agricultura en coordinaci¨®n con las comunidades aut¨®nomas. Es el fin de la fiesta de los a?os noventa, caracterizada por alegres (y continuas) subidas de precios de los terrenos, hinchados con la levadura del dinero negro urbanita. Al derrumbe ha contribuido la desaparici¨®n apresurada de personas y sociedades, ajenas al mundo agrario, que invert¨ªan en fincas y terrenos agr¨ªcolas.
N¨²meros cantan. En los ¨²ltimos cuatro a?os, los precios de la tierra mantienen una l¨ªnea descendente hasta situarse en 2011 en una media de 10.003 euros por hect¨¢rea. Es un descenso del 1,6% sobre el a?o anterior. De la fiebre por la compra de tierras de hace una d¨¦cada, no queda nada, el mercado est¨¢ congelado. Quienes poseen la tierra, explica el responsable de los servicios t¨¦cnicos de UPA, Javier Alejandre, se agarran a la misma como un valor seguro en tiempos de crisis y no venden. Es una raz¨®n. Otra es que quienes podr¨ªan optar a comprar terrenos, especialmente los agricultores j¨®venes, no lo hacen debido al valor de las tierras en relaci¨®n con su rentabilidad media. No compensa y adem¨¢s, comprar conlleva la obligaci¨®n de llevar a cabo elevadas inversiones para disponer de una explotaci¨®n viable y competitiva. ¡°A un precio de unos 6.000 euros por hect¨¢rea, ning¨²n joven nos podemos convertir en agricultores con tierra propia¡±, se?ala Jes¨²s Aus¨ªn en Mazuela, una zona cerealista de secano en la provincia de Burgos.
En el a?o 2011, el descenso fue del 1,6% respecto al ejercicio anterior
¡°Casas donde vivieres y tierras las que pudieres¡±, dec¨ªa un viejo refr¨¢n castellano en el mundo rural. Hoy no es el caso y el viejo dicho, coincidiendo tambi¨¦n con el boom inmobiliario se transform¨® en aquello de ¡°casas las que pudieres y tierra solo para enterrarte¡±.
En un campo envejecido y con miles de agricultores que se jubilan cada a?o, el arrendamiento, en sus diferentes posibilidades, y no la compra, se ha convertido en la salida m¨¢s habitual. Y, el precio de las tierras para uso agrario, apenas si se mueve y cuando lo hace, es a la baja.
Seg¨²n los datos contenidos en la encuesta oficial de Agricultura, 2011 no fue un buen a?o para la evoluci¨®n de los precios de la tierra. Se puede decir que, con la excepci¨®n de las tierras de labor en secano, dedicadas principalmente al cultivo de cereales o girasol y de los prados de secano, por unas u otras razones, bajaron los precios de todas las superficies restantes.
El papel de las ayudas europeas
Hist¨®ricamente, en la evoluci¨®n de los precios de la tierra han jugado un papel decisivo las reformas de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (la llamada PAC) y, especialmente, la aprobada en los noventa por la que se asignaron pagos directos por superficie. Ello supuso aumentar los ingresos por hect¨¢rea, lo que a su vez supuso incrementos de precios de hasta un 16% anual. La tierra val¨ªa m¨¢s y se pod¨ªa pagar m¨¢s cara porque reportaba m¨¢s ingresos. En algunos casos, para obtener beneficios bastaba invertir en tierras y no cultivar. Sin riesgos.
El coste medio por hect¨¢rea m¨¢s alto se da en Canarias, con 61.814 euros
En el comportamiento de los precios de la tierra para usos agr¨ªcolas tambi¨¦n han influido otras razones como la existencia o no de superficie disponible en una determinada zona para el desarrollo de un cultivo y, en ocasiones, la posibilidad de que unas tierras r¨²sticas se pudieran convertir en parcelas urbanizables. As¨ª ha sucedido en las provincias de la costa mediterr¨¢nea, en toda la cornisa donde los prados se han llegado a pagar como terrenos urbanos, o en Baleares y Canarias. En estos casos, los niveles de los precios que han alcanzado las tierras para uso agr¨ªcola, aunque se siguen calificando oficialmente como tales, ya no est¨¢n al alcance de los agricultores para tareas agr¨ªcolas, sino para otros fines.
En 2011, la bajada generalizada de los precios de las superficies de tierras para uso agr¨ªcola ¡ªen una media del 0,4% en la de secanos y del 5,1% para los regad¨ªos¡ª fue consecuencia, en casi todos los casos, de la evoluci¨®n negativa de los mercados.
Por comunidades, el precio medio de la tierra m¨¢s elevado corresponde a Canarias con 61.814 euros por las altas cotizaciones de las explotaciones de plataneras o vi?edo. La media es de casi 23.000 euros en la Comunidad Valenciana por el peso de los c¨ªtricos y de 19.316 euros en Andaluc¨ªa por invernaderos y c¨ªtricos. En conjunto los precios medios m¨¢s elevados corresponden a comunidades donde dominan superficies caras como vi?edos en regad¨ªo, frutales, invernaderos, frutas y hortalizas u olivar en regad¨ªo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.