Llevarnos al huerto en el tema del empleo
Los republicanos apuntan que la mera elecci¨®n de Romney cambiar¨¢ el escenario econ¨®mico
Mitt Romney habla mucho de puestos de trabajo. ?Pero tiene alg¨²n plan para crear alguno?
Se puede defender el historial del presidente Obama en relaci¨®n con el empleo; la recuperaci¨®n de una crisis financiera grave siempre es dif¨ªcil, y sobre todo cuando el partido de la oposici¨®n hace todo lo que est¨¢ en su mano para bloquear cualquier iniciativa pol¨ªtica que se propone. Y no hay duda de que las cosas han mejorado durante el a?o pasado. Aun as¨ª, la tasa de paro sigue siendo alta despu¨¦s de todos estos a?os y habr¨ªa razones de peso para elegir a un candidato con un plan de verdad para que las cosas fueran mejor.
Pero resulta que Romney no tiene un plan; simplemente finge tenerlo. Cuando digo esto, no me refiero a que est¨¦ en desacuerdo con su filosof¨ªa econ¨®mica; lo estoy, pero ese es otro tema. Lo que quiero decir m¨¢s bien es que la campa?a de Romney est¨¢ mintiendo: afirma que sus cifras cuadran cuando no es as¨ª, y afirma que los estudios independientes respaldan su postura cuando dichos estudios no hacen tal cosa.
Sin embargo, antes de entrar en eso, perm¨ªtanme dedicar un minuto a hablar sobre la pretensi¨®n de Romney de que ¨¦l sabe c¨®mo arreglar la econom¨ªa porque ha sido un empresario de ¨¦xito. Esa ser¨ªa una aseveraci¨®n cuestionable aun en el caso de que estuviese describiendo su trayectoria empresarial de una forma honesta, porque las aptitudes necesarias para dirigir una empresa y las necesarias para gestionar la pol¨ªtica econ¨®mica son muy diferentes. Pero, en cualquier caso, la descripci¨®n que hace de su experiencia es tan capciosa que lo deja a uno sin aliento.
Estamos presenciando un intento de negar descaradamente lo evidente con afirmaciones falsas
Porque Romney, que empez¨® siendo asesor empresarial y luego se pas¨® al vertiginoso mundo del capital de riesgo, insiste en retratarse a s¨ª mismo como un valiente peque?o empresario.
No me lo estoy inventando. En el debate del martes declaraba: ¡°Yo vengo de la peque?a empresa. Entiendo lo dif¨ªcil que es crear una empresa peque?a¡±. En su discurso en la convenci¨®n republicana declaraba: ¡°Cuando ten¨ªa 37 a?os, ayud¨¦ a crear una peque?a empresa¡±.
?Ejem! Es cierto que cuando Bain Capital empez¨® a funcionar solo ten¨ªa unos cuantos empleados. Pero pose¨ªa unos fondos de 37 millones de d¨®lares, obtenidos de fuentes entre las que se encontraban algunos europeos adinerados que invert¨ªan a trav¨¦s de empresas fantasma paname?as y oligarcas centroamericanos que viv¨ªan en Miami mientras unos escuadrones de la muerte vinculados a sus familias saqueaban sus pa¨ªses de origen. A ver, ?acaso no tienen acceso a esa clase de financiaci¨®n todas las valientes peque?as empresas de reciente creaci¨®n?
Pero volvamos al plan de empleo de Romney. Como muchos han se?alado, el plan tiene cinco puntos, pero no contiene nada concreto. Sin embargo, hablando en t¨¦rminos generales, lo que pide es una vuelta a la busheconom¨ªa: bajadas de impuestos para los ricos y una protecci¨®n medioambiental menos estricta. Y Romney dice que el plan generar¨¢ 12 millones de puestos de trabajo durante los pr¨®ximos cuatro a?os.
El candidato republicano est¨¢ mintiendo: afirma que sus cifras cuadran cuando no es as¨ª
?De d¨®nde sale esa cifra? Cuando se les ha presionado, los responsables de la campa?a han citado tres estudios que aseguran que respaldan sus afirmaciones. Sin embargo, el hecho es que esos estudios no hacen nada por el estilo.
Solo para que conste, uno de los estudios llegaba a la conclusi¨®n de que Estados Unidos podr¨ªa generar dos millones de puestos de trabajo si China dejase de infringir los derechos de patentes de EE UU y otras propiedades intelectuales; esto estar¨ªa bien, pero Romney no ha propuesto nada que pueda surtir ese efecto. Otro estudio indica que el crecimiento del sector de la energ¨ªa podr¨ªa crear tres millones de puestos de trabajo en los pr¨®ximos a?os; pero este aumento previsto tiene en cuenta las pol¨ªticas actuales, es decir, se producir¨ªa independientemente de qui¨¦n gane las elecciones, no como consecuencia del plan de Romney.
Finalmente, un tercer estudio analizaba los efectos del plan tributario de Romney y sosten¨ªa (de manera inveros¨ªmil, pero ese es otro asunto) que dar¨ªa pie a un gran aumento del n¨²mero de estadounidenses que quieren trabajar. Pero ?de qu¨¦ modo ayuda eso a resolver una situaci¨®n en la que ya hay muchos millones m¨¢s de estadounidenses buscando trabajo que puestos disponibles? Carece de importancia para las afirmaciones de Romney.
Por eso, cuando la campa?a asegura que estos tres estudios respaldan sus afirmaciones acerca del empleo, est¨¢, por usar el t¨¦rmino t¨¦cnico, mintiendo, al igual que cuando dice que hay seis estudios independientes que respaldan sus afirmaciones sobre los impuestos (no es as¨ª).
?Qu¨¦ creen en realidad los asesores econ¨®micos de Romney? Por lo que yo alcanzo a ver, est¨¢n depositando su fe en el hada de la confianza, en la creencia de que la victoria de su candidato provocar¨ªa un repunte del empleo sin necesidad de ning¨²n cambio pol¨ªtico real. De hecho, cuando hizo aquellos infames comentarios sobre ¡°el 47%¡± en Boca Rat¨®n, el propio Romney asegur¨® que ¨¦l dar¨ªa un gran empuj¨®n a la econom¨ªa por el mero hecho de ser elegido, ¡°sin hacer nada realmente¡±. ?Y qu¨¦ hay de las pruebas aplastantes respecto a que la debilidad de nuestra econom¨ªa no tiene que ver con la confianza, sino con la resaca de una terrible crisis financiera? Da igual.
En resumen, por tanto, el verdadero plan de Romney consiste en generar una expansi¨®n econ¨®mica por medio del imponente poder que tiene su grandiosidad personal. Pero la campa?a no se atreve a decirlo, por miedo a que los votantes lo puedan considerar (y con raz¨®n) rid¨ªculo. De modo que, en vez de eso, lo que estamos presenciando es un intento de negar descaradamente lo evidente con afirmaciones falsas. No hay ning¨²n plan de empleo; solo un plan para llevar al huerto a los ciudadanos estadounidenses.
Paul Krugman, premio Nobel de 2008, es profesor de Econom¨ªa en Princeton.
? New York Times Service 2012.
Traducci¨®n de News Clips.
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