Hollande promete ante los l¨ªderes de la econom¨ªa mundial m¨¢s competitividad
El presidente imita a Merkel y se re¨²ne con el FMI, el Banco Mundial, la OMC y la OCDE y la OIT El Gobierno rechaza rebajar los costes salariales como piden los grandes empresarios
Lunes de fren¨¦tica actividad econ¨®mica y pol¨ªtica en Par¨ªs. Imitando la iniciativa que la canciller Angela Merkel impuls¨® hace tres a?os, el presidente franc¨¦s, Fran?ois Hollande, se ha reunido esta ma?ana con los l¨ªderes de las cinco instituciones econ¨®micas internacionales para celebrar ¡°una tormenta de ideas¡± de dos direcciones. Hollande ha explicado a los mandarines de las finanzas sus planes, ideas y reformas, y a la vez ha pedido consejo y consenso a los encargados de vigilar y corregir la direcci¨®n y el impacto de sus pol¨ªticas.
A la reuni¨®n han asistido ?ngel Gurr¨ªa, secretario general de la Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el desarrollo Econ¨®micos (OCDE); Christine Lagarde, directora general del Fondo Monetario Internacional (FMI): Guy Rider, de la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT); Jim Yong Kim, del Banco Mundial, y el socialista Pascal Lamy, director de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio (OMC). Ma?ana, los cinco viajar¨¢n a Berl¨ªn para encontrarse con Merkel.
El jefe del Estado galo ha defendido en la reuni¨®n, celebrada en la sede de la OCDE, la credibilidad de las cuentas p¨²blicas galas ¡ªobjetivos: d¨¦ficit del 5% este a?o y del 3% el siguiente¡ª, y ha prometido que el mes que viene presentar¨¢ un plan ¡°multiforme¡± para mejorar la competitividad, que son justamente los dos elementos que Alemania exige a Francia para considerarle un socio fiable.
La hora de trabajo en Francia cuesta 35,3 euros, frente a los 32 euros de Alemania
Hollande tiene un largo invierno por delante, y lo encara muy presionado por las encuestas y por el in¨¦dito movimiento de los grandes empresarios del pa¨ªs, que ayer lanzaron un controvertido manifiesto que exige al Gobierno socialista recortes por valor de 60.000 millones en cinco a?os y una rebaja de 30.000 millones en los costes salariales para los pr¨®ximos 24 meses.
Tras la reuni¨®n, que ha durado toda la ma?ana, Hollande ha afirmado en conferencia de prensa que el reto de la competitividad ser¨¢ afrontado ¡°en todas sus dimensiones¡±, ya que a su juicio se trata de un problema ¡°que comienza por la educaci¨®n y pasa por la vivienda, los servicios p¨²blicos, la innovaci¨®n, la investigaci¨®n y el coste del trabajo¡±.
El presidente franc¨¦s ha propuesto adem¨¢s mantener un encuentro anual con los dirigentes de las cinco organizaciones, como hace Merkel: ¡°As¨ª podremos pasar revista a la econom¨ªa mundial, saber en d¨®nde estamos en Europa y tambi¨¦n sacar conclusiones sobre lo que tenemos que hacer en nuestra pol¨ªtica econ¨®mica¡±, ha dicho.
El gran debate del momento es la competitividad. Los datos de Eurostat y la OCDE indican que la hora de trabajo en Francia, tomando en cuenta todos los sectores, cuesta 35,3 euros, frente a los 32 euros de Alemania, en el segundo trimestre de 2012. Parece poca diferencia, pero es un 10% m¨¢s. Y solo B¨¦lgica soporta unos costes laborales mayores que Francia. En Espa?a, la hora de trabajo cuesta 20,8 euros.
Hollande quiere afrontar el problema con pies de plomo, y ha encargado sendos informes a Louis Gallois, el m¨¢ximo ejecutivo de EADS, y a los expertos de la OCDE. Cuando tenga los resultados sobre la mesa, el 5 de noviembre, ¡°cada uno sabr¨¢ lo que puede aportar, especialmente sobre una rebaja de las cotizaciones, y tomaremos la decisi¨®n que marcar¨¢ el quinquenio¡±, ha se?alado Hollande, subrayando que el objetivo es ¡°implicar a todos los agentes sociales¡±.
El presidente tiene claro que no se puede acometer una rebaja brutal e inmediata de los costes salariales, y prefiere aplicar medidas graduales que vayan transfiriendo poco a poco las cotizaciones sociales desde las empresas hacia la fiscalidad general.
Moscovici dice 'no' a los empresarios
Mientras tanto, el ministro de Econom¨ªa, Pierre Moscovici, ha rechazado de plano las exigencias de los 98 ejecutivos de las grandes empresas, al afirmar en la emisora de radio Europe 1 que es imposible rebajar los costes salariales de forma radical, porque eso ¡°golpear¨ªa el poder adquisitivo de los hogares en un momento de consumo d¨¦bil en el que se pide a todos un esfuerzo para equilibrar las cuentas¡±. A esa misma hora, una delegaci¨®n de los 98 acud¨ªa al palacio de Matignon, sede del primer ministro, para comunicar sus exigencias a Jean-Marc Ayrault.
En medio de la tempestad, Francia ha logrado mantener su credibilidad en los mercados financieros a pesar de que Moody¡¯s rebaj¨® la Triple A de su calificaci¨®n de deuda en enero pasado. El escepticismo sobre la capacidad de Par¨ªs para dinamizar la econom¨ªa y hacer reformas estructurales es creciente, especialmente en Alemania. Los paladines del pensamiento ¨²nico neoliberal creen que las tasas excepcionalmente bajas a las que Francia financia su deuda pueden empezar a subir muy pronto si Par¨ªs no mantiene la credibilidad presupuestaria y no reforma a fondo su elefanti¨¢sico sector p¨²blico y su sistema productivo. Desde el a?o 2000, Francia ha perdido un 42% de cuota de mercado en el comercio mundial y un 25% en la cuota de las exportaciones europeas. En 2011, su saldo de comercio exterior fue negativo en 70.000 millones.
Fuentes del Gobierno que prefieren guardar el anonimato admiten que si las dudas sobre un posible exceso de d¨¦ficit o rigidez empiezan a cuajar en Bruselas, la posici¨®n de Par¨ªs como contrapeso de Alemania en la Uni¨®n Europea ¡°se debilitar¨ªa¡±.
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