Incentivar la econom¨ªa y el empleo
En este momento de la crisis, no hay informe econ¨®mico de instituciones nacionales o internacionales que no se refiera a la necesidad de compatibilizar la austeridad fiscal con los incentivos al crecimiento para salir de la situaci¨®n actual. El Fondo Monetario Internacional es uno de los m¨¢s beligerantes en esta necesidad frente a la Comisi¨®n Europea, que a pesar de sus declaraciones en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, da prioridad a la consolidaci¨®n fiscal dificultando cualquier pol¨ªtica de los Estados miembros que d¨¦ impulso al crecimiento y que signifique aplicar recursos del sector p¨²blico que puedan desviar a los pa¨ªses de lo que se considera el principal compromiso, es decir, alcanzar en los plazos acordados la estabilidad de las finanzas p¨²blicas.
En las discusiones actuales para el Presupuesto plurianual de la UE (2014-2020), la propuesta de la Comisi¨®n Europea es conseguir un Presupuesto para la integraci¨®n y el crecimiento. Las palabras suenan bien, pero cuando se discuten las cifras para las ayudas a los sectores productivos, se habla de recortes en la agricultura, la pesca y las dotaciones de fondos a las regiones menos favorecidas. Las discusiones continuar¨¢n hasta que se consiga un acuerdo en los intereses encontrados entre los pa¨ªses contribuyentes y los beneficiarios del presupuesto europeo.
Los ciudadanos espa?oles se impacientan y quisieran tener resultados en el corto plazo
Respecto a Espa?a, se habla mucho de la necesidad de cambiar el modelo productivo que funcion¨® en la fase expansiva y que tantos problemas ha provocado en la fase actual de crisis. El Gobierno ya no habla de pactos para el crecimiento y el empleo, sino que el programa, que necesariamente tiene que presentar en Bruselas, es un ¡°programa de estabilidad y competitividad¡± en el que refleja sus objetivos para cumplir con la estabilidad presupuestaria marcada por la UE y a la vez introducir las reformas estructurales necesarias para incrementar la competitividad y productividad. Todo ello enmarcado en unos resultados a medio plazo.
Pero los ciudadanos espa?oles, afectados en su gran mayor¨ªa por la larga e intensa crisis y por los recortes presupuestarios aplicados en pos de la estabilidad, se impacientan y quisieran tener resultados en el corto plazo. Las empresas medianas y peque?as se ven cada vez m¨¢s asfixiadas al no disponer de la financiaci¨®n necesaria para poder subsistir, acuciadas por los retrasos y la falta de pagos de sus clientes p¨²blicos y privados. Solo aquellas que han tenido capacidad y decisi¨®n en su internacionalizaci¨®n, generalmente de un tama?o mediano/grande, est¨¢n teniendo resultados aceptables, aunque muchas de ellas tambi¨¦n est¨¢n realizando recortes de personal para ajustar sus costes de producci¨®n y pocas de ellas generan empleo.
Con este panorama es dif¨ªcil incentivar la producci¨®n y conseguir un nuevo modelo productivo que, como ya coment¨¦ en otro art¨ªculo, disminuya necesariamente el peso de la construcci¨®n hasta niveles adecuados y aumente la importancia de sectores con un componente mayor de tecnolog¨ªa y valor a?adido. Comencemos con el sector de la agricultura, ganader¨ªa y pesca. Su peso en el PIB se ha visto muy reducido en la ¨²ltima d¨¦cada. Desde significar un 3,8% del PIB en el a?o 2000 se ha reducido hasta un 2,3% en los ¨²ltimos datos disponibles. Sin embargo, existe constancia de los avances conseguidos en la productividad y calidad de la producci¨®n de frutas y verduras, as¨ª como en los procesos manufactureros y comercializaci¨®n de productos alimenticios: aceite, vino, embutidos... Productos en los que la marca Espa?a comienza a ganar una buena reputaci¨®n en el exterior.
Tambi¨¦n el peso de la industria ha disminuido en los ¨²ltimos a?os, desde un peso del 18,8% del PIB en el a?o 2000 hasta un 14,8% en los ¨²ltimos datos. Uno de los motivos ha sido la crisis sufrida por todas las industrias auxiliares de la construcci¨®n y el autom¨®vil: acero, materiales de construcci¨®n y cer¨¢mica, muebles, sanitarios, aparatos el¨¦ctricos y electr¨®nicos... Sin embargo, parte de estas industrias se puede ver beneficiada por los indicios de recuperaci¨®n de la industria del autom¨®vil. Tanto los incentivos introducidos por el Gobierno con la aprobaci¨®n del Plan PIVE como los esfuerzos realizados por la propia industria automovil¨ªstica con el Plan 3 Millones, anunciado por ANFAC, van a conseguir una moderaci¨®n de la ca¨ªda de las ventas en el a?o 2012 y un impulso de la producci¨®n de veh¨ªculos, que ahora est¨¢ en torno a los dos millones, hacia el objetivo propuesto. Acuerdos como el conseguido en Renault confirman que en Espa?a es posible tener f¨¢bricas productivas y competitivas con el exterior con el consiguiente aumento de las exportaciones. Los efectos directos e inducidos en la producci¨®n y el empleo de las industrias auxiliares son una esperanza en un futuro inmediato.
No hay que inventar un nuevo sistema productivo, pero s¨ª hay que poner las bases para que las empresas puedan desarrollar su actividad
Dentro de la industria existen actividades de menor peso, pero que est¨¢n mostrando tambi¨¦n la capacidad de elaborar productos de alta tecnolog¨ªa y gran competitividad con el exterior. As¨ª, el liderazgo mundial en la producci¨®n de equipos en las energ¨ªas renovables, pero no solo la energ¨ªa e¨®lica, se demuestra con el volumen de concursos ganados por las empresas espa?olas en zonas geogr¨¢ficas fuera de la UE: ?frica, Latinoam¨¦rica, incluso en Estados Unidos. Es una pena que los avances conseguidos en I+D+I en el periodo expansivo se pierdan al reducir la financiaci¨®n p¨²blica de estas actividades con la consiguiente fuga de investigadores muy cualificados.
Durante el periodo expansivo, el crecimiento del sector de la construcci¨®n fue excesivo, alcanz¨® un m¨¢ximo en 2006 (12.6% del PIB) y se ha reducido, tras el pinchazo de la burbuja, por debajo del 10%. La disponibilidad de dinero barato junto al aumento de la demanda especulativa y el af¨¢n de los espa?oles por tener una o m¨¢s viviendas propias llev¨® a un crecimiento de la burbuja insoportable. Ahora es importante absorber los excedentes actuales y poder reconducir el sector de la construcci¨®n a niveles adecuados a las necesidades de la poblaci¨®n espa?ola y a la demanda tur¨ªstica potencial. Por eso extra?a la mala acogida que ha tenido la iniciativa del Gobierno para incentivar la demanda extranjera dando facilidades de residencia a los posibles inversores. B¨¢sicamente se trata de viviendas en las zonas costeras de muy dif¨ªcil venta en los momentos actuales, con ca¨ªdas de los precios considerables que suponen oportunidades de inversi¨®n. El aumento de la demanda extranjera aliviar¨ªa no solo a las instituciones financieras y empresas propietarias, sino tambi¨¦n a aquellas familias que necesitan desprenderse de una segunda vivienda que no pueden costear en los momentos actuales. La entrada de inversi¨®n extranjera favorecer¨ªa tambi¨¦n el equilibrio de la balanza de capital espa?ola.
Por ¨²ltimo, hay que tener en cuenta la gran importancia de los servicios en la producci¨®n espa?ola. Entre ellos el turismo, que considerado en su conjunto alcanz¨® un peso en 2010 del 10,2% del PIB. El Gobierno deber¨¢ cuidar que todos los sectores relacionados con ¨¦l no se vean perjudicados con trabas y normativas contra su actividad. Los servicios p¨²blicos de ense?anza y sanidad deber¨ªan ser cuidadosamente tratados por las normativas estatales por su incidencia en los ciudadanos y en el futuro de nuestra fuerza de trabajo. La transferencia realizada de los mismos a las Comunidades Aut¨®nomas permite diferencias a veces excesivas entre los ciudadanos de los diferentes territorios.
En conclusi¨®n, no hay que inventar un nuevo sistema productivo, pero s¨ª hay que poner las bases para que las empresas puedan desarrollar su actividad, facilitando los tr¨¢mites, evitando exigencias excesivas y consiguiendo que fluya la financiaci¨®n. Terminar con la restructuraci¨®n bancaria y avanzar en la reforma de las Administraciones P¨²blicas son condiciones necesarias, pero no suficientes. El Gobierno debe plantear soluciones imaginativas para poder impulsar el crecimiento y la creaci¨®n de empleo.
Carmen Alcaide es analista y expresidenta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
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