La econom¨ªa egipcia se desangra
Las luchas pol¨ªticas aparcan las necesarias reformas de la econom¨ªa
Tras las elecciones presidenciales del pasado mes de junio, que marcaron la ascensi¨®n al poder del islamismo en Egipto y el final de la tutela de la junta militar, muchos egipcios confiaron en el retorno de la estabilidad. La revoluci¨®n y una convulsa transici¨®n hab¨ªan provocado da?inas turbulencias para la econom¨ªa del pa¨ªs. Sin embargo, cuando ya se oteaba la recuperaci¨®n y el retorno de los turistas, varias controvertidas decisiones del presidente Morsi han vuelto a encender la escena pol¨ªtica egipcia. La b¨²squeda de la estabilidad parece un empe?o sis¨ªfico.
De acuerdo con los principales indicadores macroecon¨®micos, el cuadro que presenta el paciente es grave. El crecimiento econ¨®mico en el tercer trimestre se ha reducido a un 2,6%, y el paro oficial ¡ªmucho menor al real¡ª ha aumentado tres puntos durante el ¨²ltimo a?o. Ahora bien, lo m¨¢s preocupante es que el d¨¦ficit p¨²blico anual supera el 11% del PIB, y el pa¨ªs est¨¢ quemando sus reservas de divisas a marchas forzadas. De los 36.000 millones de d¨®lares que hab¨ªa en las arcas p¨²blicas antes de la revoluci¨®n, solo quedan unos 15.000.
As¨ª pues, no es de extra?ar que Egipto se haya colado en el top diez de un ranking de nefasta reputaci¨®n: el de los pa¨ªses con mayor riesgo de impago de la deuda. ¡°La situaci¨®n cr¨ªtica. Por la crisis fiscal, el Gobierno tiene problemas de liquidez graves y necesita una inyecci¨®n de capital¡±, sostiene Omneia Helmy, directora de la fundaci¨®n Egyptian Center for Economic Studies.
Desde hace meses, una de las soluciones de urgencia sobre la mesa para evitar el desastre es un pr¨¦stamo del Fondo Monetario Internacional (FMI). Tras una larga y ardua negociaci¨®n, el Ejecutivo lleg¨® en octubre a un acuerdo con el organismo. A cambio de un programa de reformas econ¨®micas, el FMI conceder¨ªa un cr¨¦dito por valor de 4.800 millones de d¨®lares a un tipo de inter¨¦s de cerca del 1,5%. La inyecci¨®n de capital deber¨ªa servir para hacer frente a pagos urgentes y evitar una fuerte y repentina devaluaci¨®n de la libra, con unos posibles efectos desastrosos.
El Gobierno ha suspendido un acuerdo con el FMI por 4.800 millones
¡°Egipto es el primer comprador mundial de harina. Un 40% de los alimentos que consume el pa¨ªs son importados, por lo que una devaluaci¨®n provocar¨ªa un encarecimiento y muchas tensiones sociales¡±, explica Amr Adly, un economista especializado en derechos sociales. No hay que olvidar que m¨¢s de un cuarto de la poblaci¨®n egipcia vive por debajo del umbral de la pobreza.
Estaba previsto que el FMI aprobara la concesi¨®n del pr¨¦stamo esta semana, pero fue el propio Gobierno egipcio el que solicit¨® un retraso de un mes en la votaci¨®n a causa de la inestabilidad pol¨ªtica. Ahora bien, seg¨²n una filtraci¨®n del diario Al Ahram, habr¨ªan sido las autoridades estadounidenses quienes habr¨ªan aconsejado el retraso de la votaci¨®n ante las dudas que despierta el compromiso del presidente Morsi con las reformas econ¨®micas. Sobre todo tras su espant¨¢ de las ¨²ltimas semanas.
M¨¢s tarde, el Ejecutivo anunci¨® un ambicioso paquete de medidas destinado a aumentar la recaudaci¨®n. Entre ellas, un aumento del tipo a las rentas altas en el impuesto sobre la renta, subidas importantes de las tasas sobre algunos productos concretos (tabaco, alcohol, cemento, acero...), as¨ª como tambi¨¦n del impuesto sobre el patrimonio. Adem¨¢s, anteriormente tambi¨¦n hab¨ªa anunciado una t¨ªmida liberalizaci¨®n del precio de la electricidad y la reducci¨®n de algunos subsidios a los combustibles, una partida que consume m¨¢s del 25% del presupuesto.
Como era de esperar, la noticia suscit¨® un fuerte rechazo en las redes sociales. Ese mismo d¨ªa, de madrugada, el presidente cancel¨® el plan a trav¨¦s de un comunicado. Su propio Ejecutivo reaccion¨® con estupefacci¨®n. Seg¨²n los expertos, el gesto estar¨ªa motivado por la cercan¨ªa del refer¨¦ndum constitucional y el temor a que el paquete disparara las opciones del ¡°no¡±. Una vez m¨¢s, las necesidades pol¨ªticas desplazaban a las econ¨®micas de la agenda de prioridades.
Preocupa m¨¢s el impacto pol¨ªtico para la regi¨®n que el econ¨®mico
La gran mayor¨ªa de economistas egipcios est¨¢ a favor del acuerdo con el Fondo. ¡°El tipo de inter¨¦s es mucho menor que el de mercado. Adem¨¢s, la deuda de Egipto es, sobre todo, interna, por lo que es positivo diversificarla y recurrir al exterior¡±, afirma Helmy. Actualmente, el Gobierno egipcio paga un tipo de inter¨¦s del 13%, pero en verano lleg¨® al 16%. Es decir, el doble del valor alcanzado por la prima de riesgo espa?ola en sus momentos m¨¢s cr¨ªticos.
No obstante, una buena parte de la poblaci¨®n se muestra esc¨¦ptica respecto a la bondad del pr¨¦stamo, pues no olvida las dolorosas consecuencias de las recetas del FMI en el pasado. ¡°Como es habitual, su programa de ajuste se basa en la austeridad, y en el aumento de los ingresos a trav¨¦s de los impuestos indirectos, es decir, financiado sobre todo por los pobres¡±, afirma Adly, que recuerda que las tasas sobre las rentas de capital son muy bajas. Su soluci¨®n pasa por reestructurar a fondo el presupuesto de forma que los subsidios solo beneficien a los m¨¢s necesitados, y no a las clases medias y altas.
A pesar de que el Gobierno concede una enorme importancia al cr¨¦dito, es consciente de que por s¨ª solo no va a satisfacer las necesidades de capital del pa¨ªs. Seg¨²n sus propias previsiones, el d¨¦ficit p¨²blico alcanzar¨¢ este a?o los 25.000 millones de d¨®lares. El pr¨¦stamo supone m¨¢s bien una se?al de confianza a los inversores respecto al compromiso del pa¨ªs con un programa de reformas, lo que deber¨ªa suavizar las condiciones draconianas que encuentra Egipto en los mercados de capital.
El pa¨ªs paga tipos del 13% por financiarse, frente al 1,5% que ofrece el Fondo
Tanto el presidente, Mohamed Morsi, como el primer ministro, Hisham Kandil, han recurrido a algunos aliados tradicionales en busca de ayudas. De momento, han encontrado suculentas promesas por parte de EE UU, la UE, Arabia Saud¨ª y Catar. Entre ayudas directas y pr¨¦stamos blandos, durante los pr¨®ximos dos a?os el pa¨ªs podr¨ªa recibir cerca de 10.000 millones de d¨®lares.
La solidaridad de todos estos pa¨ªses se debe a la importancia geoestrat¨¦gica de Egipto. M¨¢s que las repercusiones econ¨®micas para la regi¨®n que provocar¨ªan su colapso, preocupan las pol¨ªticas. El pa¨ªs se encuentra en un delicado proceso de transici¨®n, y el hundimiento de la econom¨ªa generar¨ªa unas tensiones sociales y pol¨ªticas que podr¨ªan contagiarse en una regi¨®n que se encuentra ya en ebullici¨®n.
M¨¢s all¨¢ de las ayudas p¨²blicas, el Ejecutivo se ha volcado en atraer nuevas inversiones privadas. Durante las ¨²ltimas semanas, han acudido a El Cairo nutridas delegaciones de empresarios estadounidenses y turcos interesados en apostar por el gigante ¨¢rabe, un mercado con 85 millones de personas y una mano de obra barata. Adem¨¢s de estabilidad pol¨ªtica, los empresarios han solicitado mayor seguridad jur¨ªdica y menos tr¨¢mites burocr¨¢ticos.
¡°De corte neoliberal, el programa econ¨®mico de los Hermanos Musulmanes no se aparta mucho del de Mubarak. La principal diferencia es que pretenden que haya m¨¢s transparencia y menos corrupci¨®n¡±, asegura Adly. Las reformas necesarias son tan profundas, con recortes de gasto p¨²blico incluidos, que dif¨ªcilmente se podr¨¢n aprobar sin un pacto amplio entre Gobierno, oposici¨®n y actores sociales. Egipto necesita urgentemente su versi¨®n de los Pactos de la Moncloa
Sin embargo, la lucha por el poder y por definir la identidad del pa¨ªs han impedido cualquier atisbo de acuerdo econ¨®mico. De hecho, ni tan siquiera est¨¢ presente en la agenda pol¨ªtica. Mientras islamistas y laicos se enzarzan en batallas callejeras, la econom¨ªa se desangra en la sala de espera.
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