Otro ¡®precipicio fiscal¡¯ amenaza a Espa?a
Un precipicio fiscal amenaza tambi¨¦n a Espa?a. El profesor y consejero catal¨¢n de Econom¨ªa Andreu Mas-Colell acaba de formular una sagaz comparaci¨®n entre el reci¨¦n salvado abismo fiscal de EE UU y el caso espa?ol (La Vanguardia, 6 de enero).
Su tesis es poco discutible: la contracci¨®n fiscal que producir¨ªa en Espa?a el cumplimiento del d¨¦ficit p¨²blico del 4,5% en 2013 ser¨ªa ¡°similar¡± a la recesi¨®n producida por los aumentos impositivos y los recortes de gastos por valor del 5% del PIB estadounidense, que Obama logr¨® evitar. Salvadas, claro est¨¢, las distancias del distinto impacto internacional.
Y salvado el hecho de que la Comisi¨®n ya se ha comprometido, aunque a¨²n no lo ha firmado, a relajar la senda de estabilizaci¨®n de las finanzas p¨²blicas. Por la v¨ªa de ampliar el calendario para llegar al 3%, a 2015, o a 2016.
Pero la comparaci¨®n es ¨²til. Si el calendario flexible capota, el objetivo del 4,5% ¡°solo puede agravar la recesi¨®n espa?ola¡±. Comulgan en ello del FMI para abajo, todos. Ahora bien, ?c¨®mo repartir la carga de este esfuerzo ¡ªel letal 4,5% o una cifra inferior¡ª entre las distintas Administraciones? El Gobierno catal¨¢n, y otros, sostienen que en vez del 0,7% impuesto a las autonom¨ªas en el Consejo de Pol¨ªtica Fiscal y Financiera de julio por Hacienda ¡ªque se reserv¨® para s¨ª un margen m¨¢s de cinco veces superior, el 3,8%¡ª, el reparto deber¨ªa situarse en el entorno del 1,5% para las autonom¨ªas y el 3% para el Gobierno. Se evitar¨ªa as¨ª el colapso financiero de sanidad, educaci¨®n y servicios sociales.
Catalu?a tiene la raz¨®n al reclamar un reparto justo en la carga del d¨¦ficit
La propuesta de Mas-Colell no es exagerada. Al rev¨¦s, puede considerarse modesta. ?Por qu¨¦? ?Qui¨¦n hace qu¨¦? El gasto auton¨®mico supone el 36,2% del total; la Seguridad Social, el 29%; el Gobierno central, un 22%; y los municipios, el 12,8%, seg¨²n datos de 2008. Pero la Seguridad Social se autofinancia en ¨¦poca de bonanza, y tambi¨¦n en recesi¨®n si el fondo de reserva es suficiente, que es el caso actual: aunque su uso compute como d¨¦ficit.
Por tanto, las autonom¨ªas (36,2%) y el Gobierno (38,8%, que suma su 22% y el de los municipios, por los que responde) se reparten casi por mitades el gasto. De forma que el techo del d¨¦ficit deber¨ªa repartirse tambi¨¦n casi por mitades. En realidad, algo m¨¢s en favor del Gobierno, porque pese a todo el d¨¦ficit del seguro computa y por cuanto encarna el nivel pol¨ªtico/administrativo responsable ante la UE. Algo que quiz¨¢ se compensar¨ªa, de considerarse el nivel de elasticidad del gasto, mucho menor el auton¨®mico (sanidad y educaci¨®n suponen en torno al 75% para las comunidades) y, por tanto, mucho m¨¢s dif¨ªcil de recortar.
El criterio del profesor, m¨¢s favorable al Gobierno que el anteriormente mencionado, pero tambi¨¦n plausible, es respetar la relaci¨®n aproximada de un tercio (36,2%) a dos tercios (63,8%) del gasto, incluyendo la Seguridad Social en el nivel central.
La herencia pr¨®xima es mala: para 2012, a las comunidades se les impuso un tope del 1,5%, mientras el Gobierno se guard¨® para s¨ª un margen del 4%, que casi lo triplicaba: un exceso. Para mayor inri, el Gobierno acapar¨® para s¨ª todo el aumento de la recaudaci¨®n procedente del incremento de dos grandes impuestos, IRPF e IVA, que de jure son compartidos.
De modo que la Generalitat tiene buenas razones en este asunto, que no se deber¨ªan mezclar con las pol¨¦micas pretensiones de su deriva secesionista. Salvo que se quiera incentivarlas, empujando a todos a otro tipo de precipicio, a¨²n m¨¢s profundo. Cuesti¨®n a?adida, y clave, es que nadie puede tirar la primera piedra a esta charca sin autoda?arse.
Porque CiU aval¨® sin reparos la Ley de Estabilidad, tan restrictiva y recelosa de las autonom¨ªas.
Porque el Gobierno de Artur Mas acaba de cometer una enorme chapuza ¡ªabocada a los tribunales¡ª en la privatizaci¨®n de Aig¨¹es del Ter-Llobregat, que le deb¨ªa agenciar 1.000 millones para rebajar sus n¨²meros rojos, y por ahora no causa m¨¢s que chanzas, asombro, e inseguridad a los licitantes, la ganadora Acciona y la francesa Agbar.
Porque el pago de los intereses de la deuda de la Generalitat deglute demasiados de sus ingresos. Pero de su monto total de 45.754 millones, 21.975 los han generado Gobiernos nacionalistas, la mitad en era de vacas gordas (Banco de Espa?a, Bolet¨ªn estad¨ªstico).
Aunque todo eso sea parte de la realidad, el Gobierno no debe usarlo para hacer de juez y parte y evitar lo justo: repartir la carga del sacrificio y revertir parte de la flexibilidad a las otras Administraciones. Sean fieles o herejes.
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