Rubio y los zombis
El discurso sobre el estado de la Uni¨®n no ha sido, siento decirlo, muy interesante. Es cierto que el presidente ha dado muchas buenas ideas. Pero ya sabemos que casi ninguna de ellas saldr¨¢ adelante tras pasar por una C¨¢mara de Representantes hostil.
Por otro lado, la respuesta del Partido Republicano, que ha expuesto el senador por Florida Marco Rubio, ha sido interesante y reveladora a la vez. Y lo digo en el peor de los sentidos. Porque Rubio es una estrella en ascenso, hasta el punto de que ha salido en la portada de la revista Time, que lo ha llamado ¡°el salvador republicano¡±. Lo que supimos el martes, sin embargo, es que las ideas econ¨®micas zombis han devorado su cerebro.
En caso de que se lo est¨¦n preguntando, una idea zombi es una proposici¨®n que ha sido completamente refutada por los an¨¢lisis y las pruebas, y deber¨ªa estar muerta, pero no muere porque tiene un prop¨®sito pol¨ªtico, apela a prejuicios, o ambas cosas. La idea zombi t¨ªpica del discurso pol¨ªtico estadounidense es la noci¨®n de que las bajadas de impuestos a los ricos se pagan por s¨ª solas, pero hay muchas m¨¢s. Y, como he dicho, en lo tocante a la econom¨ªa, parece que la mente de Rubio est¨¢ infestada por las ideas zombis.
Empecemos por la gran pregunta: ?c¨®mo nos metimos en el embrollo en que estamos?
La crisis financiera de 2008 y sus dolorosas consecuencias, que todav¨ªa estamos sufriendo, fueron un tremendo bofet¨®n para los fundamentalistas del libre mercado. Hacia 2005, los sospechosos habituales ¡ªpublicaciones conservadoras, analistas de fundaciones de derechas como el Instituto de Empresa Estadounidense y el Instituto Cato y dem¨¢s¡ª insist¨ªan en que los mercados financieros liberalizados lo estaban haciendo muy bien y desechaban las advertencias sobre una burbuja inmobiliaria por considerarlas lloriqueos liberales. Luego, la burbuja inexistente estall¨® y result¨® que el sistema financiero era peligrosamente fr¨¢gil; solo unos enormes rescates gubernamentales evitaron una cat¨¢strofe total. Sin embargo, en vez de aprender de esta experiencia, muchos en la derecha han optado por reescribir la historia. En aquel entonces pensaban que todo era maravilloso y su ¨²nica queja era que el Gobierno se estaba interponiendo en el camino de la concesi¨®n de todav¨ªa m¨¢s pr¨¦stamos hipotecarios; ahora afirman que las pol¨ªticas gubernamentales, dictadas de alg¨²n modo por los liberales aun cuando el Partido Republicano controlaba tanto el Congreso como la Casa Blanca, fomentaban el endeudamiento excesivo y fueron las causantes de todos los problemas.
Como era de prever, los tipos de inter¨¦s, lejos de dispararse, est¨¢n en m¨ªnimos hist¨®ricos
Cada elemento de esta historia revisionista ha sido refutado al detalle. No, el Gobierno no oblig¨® a los bancos a prestar dinero a esas personas; no, Fannie Mae y Freddie Mac no causaron la burbuja inmobiliaria (concedieron relativamente pocos pr¨¦stamos durante los a?os en los que m¨¢s creci¨® la burbuja); no, las entidades crediticias respaldadas por el Gobierno no fueron las responsables de que se disparasen las hipotecas de riesgo (los emisores privados de hipotecas concedieron la inmensa mayor¨ªa de los pr¨¦stamos con m¨¢s riesgo).
Pero el zombi sigue adelante arrastrando los pies, y esto es lo que dec¨ªa Rubio el martes por la noche: ¡°Esta idea [la de que nuestros problemas los caus¨® un Gobierno demasiado reducido] es simplemente falsa. De hecho, una de las principales causas de nuestra reciente recesi¨®n econ¨®mica fue una crisis inmobiliaria provocada por pol¨ªticas gubernamentales irresponsables¡±. S¨ª, es el zombi en su momento ¨¢lgido.
?Y qu¨¦ hay de la respuesta a la crisis? Hace cuatro a?os, los analistas econ¨®micos de derechas insist¨ªan en que el gasto deficitario destruir¨ªa empleo porque el endeudamiento del Gobierno desviar¨ªa unos fondos que, de otro modo, se habr¨ªan destinado a la inversi¨®n empresarial, y tambi¨¦n insist¨ªan en que este endeudamiento disparar¨ªa los tipos de inter¨¦s. Lo acertado, afirmaban, era equilibrar el presupuesto, aun cuando la econom¨ªa estuviese deprimida.
Ahora bien, este argumento era evidentemente falaz desde el principio. Como personas como yo intent¨¢bamos se?alar, la verdadera raz¨®n por la que nuestra econom¨ªa estaba deprimida era que las empresas no estaban dispuestas a invertir tanto como los consumidores estaban intentando ahorrar. De modo que el endeudamiento gubernamental no har¨ªa subir, en la pr¨¢ctica, los tipos de inter¨¦s (y tratar de equilibrar el presupuesto solo servir¨ªa para agravar la depresi¨®n).
Como era de prever, los tipos de inter¨¦s, lejos de dispararse, est¨¢n en m¨ªnimos hist¨®ricos (y los pa¨ªses que recortaron dr¨¢sticamente el gasto tambi¨¦n han sufrido grandes p¨¦rdidas de puestos de trabajo). Rara vez se obtiene un resultado tan claro poniendo a prueba ideas econ¨®micas contrapuestas, y las ideas de la derecha han fracasado.
Pero el zombi sigue adelante arrastrando los pies. Y esto es lo que dice Rubio: ¡°Cada d¨®lar que nuestro Gobierno toma prestado es dinero que no se est¨¢ invirtiendo en crear empleo. Y la incertidumbre generada por la deuda es uno de los motivos por los que muchas empresas no contratan personal¡±. Zombis, 2; realidad, 0.
Para ser justos con Rubio, lo que dice no es en absoluto diferente de lo que afirman todos en su partido. Pero, l¨®gicamente, eso es lo que da tanto miedo.
Porque aqu¨ª nos tienen, todav¨ªa sumidos despu¨¦s de m¨¢s de cinco a?os en la peor crisis econ¨®mica que ha habido desde la Gran Depresi¨®n, y uno de nuestros dos grandes partidos pol¨ªticos ha visto c¨®mo su doctrina econ¨®mica se estrellaba y ard¨ªa dos veces: la primera, durante el periodo previo a la crisis, y luego, otra vez en el posterior. Pero ese partido no ha aprendido nada; por lo visto, cree que todo ir¨¢ bien si se limita a seguir repitiendo las viejas consignas, solo que m¨¢s alto.
Es un panorama inquietante y que no augura nada bueno para el futuro de nuestro pa¨ªs.
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa de Princeton y premio Nobel de 2008.
? New York Times Service 2013.
Traducci¨®n de News Clips.
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