La supervisi¨®n financiera pone en riesgo la independencia
Los emisores se enfrentan a responsabilidades a veces encontradas
La crisis puede poner bajo cuesti¨®n otro de los paradigmas de los bancos centrales, que parec¨ªa casi sacrosanto: su independencia. La caja de Pandora la abri¨® el nuevo primer ministro de Jap¨®n, Shinzo Abe, al presionar a la autoridad monetaria para elevar el objetivo de inflaci¨®n de la entidad ¡ªdel 1% al 2%¡ª tras a?os de fracaso en su lucha contra la deflaci¨®n, lo que ha provocado la dimisi¨®n adelantada del gobernador. El movimiento fue denunciado, una vez m¨¢s, por el gobernador del Bundesbank, Jens Weidmann, por creer que el objetivo ¨²ltimo del mismo era propiciar un yen m¨¢s d¨¦bil, lo que amenazar¨ªa la independencia del banco central de Jap¨®n.
Lo cierto es que existen distintos modelos de bancos centrales y no todos comparten mandato. En Reino Unido, Australia, Nueva Zelanda y, ahora, Jap¨®n es el Gobierno el que fija el objetivo de precios y el banco central el que decide c¨®mo conseguirlo, sin que ello necesariamente cuestione la independencia de la autoridad monetaria. Tambi¨¦n existe el precedente establecido por Hungr¨ªa, a quien el Fondo Monetario Internacional (FMI) suspendi¨® un programa de asistencia por entender que determinados cambios legales mermaban la independencia del banco central.
Pero la verdadera amenaza a la independencia no parece venir por ah¨ª, sino m¨¢s bien de las nuevas competencias asumidas por las autoridades monetarias. Aunque la estabilidad financiera formaba parte del mandato, antes de la crisis quedaba relegado a un segundo plano en favor de la estabilidad de precios. En un papel de trabajo publicado por el Fondo Monetario Internacional (FMI) en enero, el organismo denunciaba que ¡°la reciente crisis ha demostrado que la estabilidad de precios no garantiza la estabilidad macroecon¨®mica¡± y que para ello, la pol¨ªtica debe incluir la estabilidad financiera como un objetivo adicional de los bancos centrales.
Los bancos se hacen responsables de la estabilidad financiera y de precios
Algunos pa¨ªses, como Reino Unido, hab¨ªan desgajado las labores de supervisi¨®n financiera del banco central, con los resultados de sobra conocidos, y ahora la tendencia predominante es volver al modelo de un supervisor ¨²nico. ¡°Antes de la crisis financiera, la divisi¨®n entre pol¨ªtica monetaria y prudencial estaba clara. La pol¨ªtica monetaria defend¨ªa la estabilidad de precios, mientras que el sistema de supervisi¨®n aseguraba que las instituciones financieras estuvieran bien gestionadas y fueran financieramente s¨®lidas¡±, subraya Christian Weistroffer, de Deutsche Bank Research, en un reciente informe. ¡°Lo que faltaba en ese r¨¦gimen precrisis era una visi¨®n global del sistema financiero, con el prop¨®sito y el mandato de garantizar el sistema en su conjunto¡±, apunta.
Eso es lo que se pretende atajar con la llamada supervisi¨®n macroprudencial, una aproximaci¨®n a la supervisi¨®n financiera que pretende, por un lado, prevenir el riesgo sist¨¦mico mediante reglas sobre el cr¨¦dito y los precios de los activos y, por otro, aumentar la resistencia del sector financiero a los choques sist¨¦micos. Algo relativamente f¨¢cil de defender sobre el papel, pero dif¨ªcil de aplicar en la pr¨¢ctica.
Para empezar, las herramientas de las que se puede servir este tipo de supervisi¨®n no est¨¢n nada claras. ¡°Todo lo macroprudencial tiene mucho que decir de cara al futuro y puede ayudar mucho en el an¨¢lisis de riesgos y en regular mejor al sector¡±, admite Antonio Garc¨ªa Pascual, economista jefe para pa¨ªses perif¨¦ricos europeos de Barclays Research en Londres. ¡°El problema es que no se sabe bien cu¨¢les son las herramientas financieras que constituyen la supervisi¨®n macroprudencial y no hay ning¨²n banco central que haya marcado una hoja de ruta a seguir¡±, sostiene. El informe de Deutsche Bank apuesta por no limitar el debate sobre estas herramientas a fijar unos requisitos de liquidez y capital de los bancos que se consideren prudentes sino a indagar qu¨¦ pol¨ªticas pueden ser las m¨¢s efectivas.
El FMI reconoce que la experiencia y el conocimiento en la efectividad de las pol¨ªticas macroprudenciales ¡°son todav¨ªa limitados¡±, pero cree que permitir¨¢n mejorar la coordinaci¨®n pol¨ªtica al unir las dos competencias en una sola instituci¨®n. ¡°Pero concentrar m¨²ltiples, y a veces enfrentados, objetivos en una instituci¨®n puede enfangar su mandato, complicar la contabilidad y reducir la credibilidad¡± de la misma. Y para un banco central la credibilidad es su principal activo.
¡°Es f¨¢cil garantizar la independencia de la pol¨ªtica monetaria, pero es m¨¢s dif¨ªcil defenderla para la supervisi¨®n prudencial, si se piensa que detr¨¢s de un fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos hay una garant¨ªa p¨²blica detr¨¢s de los bancos. Yo estoy en contra de utilizar para ello el dinero de los contribuyentes¡±, sostiene Santiago Fern¨¢ndez de Lis, economista jefe de sistemas financieros y regulaci¨®n de BBVA Research.
Los cortafuegos son imprescindibles para preservar su credibilidad
De hecho, uno de los temores es que la tarea de supervisi¨®n financiera pueda llegar a contaminar la pol¨ªtica monetaria y que los bancos centrales puedan fijar los tipos de inter¨¦s en funci¨®n de las necesidades del sistema financiero, descuidando la estabilidad de precios. Es m¨¢s, hoy ¡°todos los bancos centrales ya son sensibles al objetivo de estabilidad financiera. Seguramente, si no fuera as¨ª no tendr¨ªamos los tipos de inter¨¦s tan bajos como est¨¢n ahora¡±, apunta Fern¨¢ndez de Lis.
El riesgo reputacional en estas circunstancias es evidente. ¡°Hay que establecer salvaguardas muy estrictas entre los consejos que deciden sobre la pol¨ªtica monetaria y los que deciden sobre la supervisi¨®n. Lo que se plantea en uno no se discute en el otro, para que la pol¨ªtica monetaria no se vea condicionada por el sistema financiero¡±, asegura Jos¨¦ Manuel Gonz¨¢lez P¨¢ramo, exconsejero del BCE y profesor de Econom¨ªa del IESE.
Christian Weistroffer, de Deutsche Bank Research, admite que las pol¨ªticas macroprudenciales pueden exigir en ocasiones medidas pol¨ªticamente controvertidas, en especial en lo que se refiere a la supervisi¨®n de bancos concretos, participantes de mercado y otros grupos de inter¨¦s. ¡°Por ejemplo, animar al sistema a ejecutar determinadas reservas en una situaci¨®n de crisis puede resultar m¨¢s dif¨ªcil de lo previsto en la actualidad¡±, apunta. Tampoco resulta descabellado imaginar las presiones que deber¨¢ soportar un banco central el d¨ªa que decida intervenir una entidad o, directamente, liquidarla. ¡°La injerencia pol¨ªtica se volver¨¢ m¨¢s aguda, pero es un problema que ya existe¡±, recalca Garc¨ªa Pascual.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.