Viena, santuario de una larga tradici¨®n de m¨²sica cl¨¢sica
Viena no es solo la capital con mayor calidad de vida en el mundo sino que se autoproclama como la "ciudad de la m¨²sica" por antonomasia, un t¨ªtulo que sustenta con orgullo y que atrae a millones de visitantes cada a?o.
La ciudad tiene en su cartelera funciones diarias en tres teatros de ¨®peras, diversas orquestas de excelencia, como los filarm¨®nicas o sinf¨®nicas, el c¨¦lebre Concierto de A?o Nuevo, numerosos museos y fundaciones musicales para los visitantes.
Adem¨¢s, cientos de estudiantes de todo el mundo se trasladan a?o tras a?o a la capital austr¨ªaca para aprender y perfeccionarse en sus exigentes universidades y academias musicales.
Los or¨ªgenes de esta centenaria tradici¨®n musical radican en la Casa Real austr¨ªaca de los Habsburgo, que en b¨²squeda de atraer a los compositores m¨¢s c¨¦lebres del continente, consolidaron su capital imperial como centro cultural de referencia.
Hasta su ca¨ªda en 1918, esta familia real domin¨® durante siglos el centro y sureste de Europa, y en ciertas ¨¦pocas tambi¨¦n otras regiones europas como la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica y Flandes.
Ante tal dominio durante tantos a?os no asombra pues que se consideraran los "portadores del arte europeo", y el instrumento utilizado para exhibir su gloria y opulencia fuera la m¨²sica.
"Solo los poderosos pod¨ªan ocupar el patio de butacas durante las funciones teatrales y las ¨®peras palaciegas. Era en actos musicales donde el escenario reflejaba la divisi¨®n de clases y la jerarqu¨ªa social", explica la historiadora Elisabeth Fritz-Hilscher.
Los Habsburgo se dedicaron a promover la m¨²sica desde temprano porque "eran una dinast¨ªa muy arraigada a la vida musical", agrega.
Algunos de sus emperadores incluso eran compositores apasionados o int¨¦rpretes musicales, como Fernando III, Leopoldo I o Jos¨¦ I, recuerda la historiadora, integrante de la Comisi¨®n de Investigaci¨®n Musical de la Academia de las Ciencias de Austria.
La emperatriz Mar¨ªa Teresa I (1717-1780) en ocasiones actuaba en la corte como cantante, y su sucesor, Jos¨¦ II (1741-1790), fue un activo m¨²sico de c¨¢mara, adem¨¢s de un gran aficionado a la ¨®pera.
La m¨²sica no se desarroll¨® tanto en territorios hisp¨¢nicos como en los centroeuropeos, pues "por aquellas zonas, el oficio de la m¨²sica no se profesionaliz¨®", explica Fritz-Hischer.
A partir del siglo XVIII los Habsburgo lograron atraer a la corte de Viena a los m¨¢s ilustres compositores de todos los tiempos, como Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig van Beethoven o Joseph Haydn.
Y fueron precisamente Haydn y Mozart quienes catapultaron definitivamente a esta capital como foco de la m¨²sica europea.
Les siguieron otros genios universales, como Franz Schubert, Gustav Mahler, Johannes Brahms, los integrantes de familia Strauss, o el italiano Antonio Lucio Vivaldi, entre otros.
En esa ¨¦poca se consolidaron los denominados "viajes art¨ªsticos" que se emprend¨ªan desde todos los puntos de Europa hacia Viena para poder acercarse a los compositores famosos.
"Ese peregrinaje era una manera de hacer realidad el mito, de poder aproximarse a los grandes genios y estrecharles la mano o hablar con ellos", asegura la historiadora.
Pero luego lleg¨® un momento en que la corte se vio obligada a reducir costes y as¨ª comenz¨® a retirarse paulatinamente de la primera l¨ªnea musical.
"La burgues¨ªa europea tom¨® el relevo y alter¨® las formas de representaci¨®n, llegando a apreciar la m¨²sica como algo meramente placentero, m¨¢s all¨¢ de su antigua concepci¨®n de instrumento de poder", apostilla Fritz-Hilscher.
Tambi¨¦n entre los instrumentos Viena ha dejado un impacto duradero, con algunos instrumentos de viento que cuentan hasta hoy con una variante espec¨ªficamente austr¨ªaca, que los distinguen de sus hermanos en otras partes del mundo.
As¨ª sucede con el corno vien¨¦s ("Wiener Horn"), una trompa de aut¨¦ntica rareza, utilizada solo por las orquestas de la capital austr¨ªaca y conocida por su colorido abanico de sonidos, adem¨¢s del fagot y el clarinete.
La m¨²sica es hoy un importante factor econ¨®mico para Viena, con m¨¢s de 12 millones de pernoctas tur¨ªsticas el a?o pasado, muchas de ellas atra¨ªdas por la oferta musical y cultural.
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