Los salarios pagan esta ronda de ajustes
La reforma laboral propicia que los sueldos, de media, se congelen en 2012. La estrategia para ser m¨¢s competitivos pasa factura a las rentas familiares
Objetivo logrado. ¡°La contenci¨®n de los salarios¡± era una de las metas del Gobierno con su reforma laboral, como atestiguan los planes que envi¨® a Bruselas al poco de aprobarla. Tras otro golpe seco al empleo, con 850.000 puestos de trabajo perdidos en 2012, los ¨²ltimos datos dan fe de ese estancamiento salarial, de la p¨¦rdida de poder adquisitivo para la mayor¨ªa de los que trabajan. Y dejan pistas de que bajar el sueldo ha dejado de ser la excepci¨®n, y va camino de convertirse en regla.
?La ¨²ltima prueba la ofreci¨® esta semana la contabilidad nacional. Nunca antes el conjunto de remuneraciones salariales hab¨ªa ca¨ªdo tanto como en el cuarto trimestre de 2012, con un descenso del 8,5% anual. El contraste con el excedente de empresas y aut¨®nomos, que creci¨® un 1,4%, fue notable. Hasta el punto de que las rentas empresariales superaron por primera vez a las salariales en el reparto de la riqueza relaci¨®n con el PIB.
Pero si hay una estad¨ªstica que refleja fielmente el declive salarial es la evoluci¨®n de los costes laborales unitarios, un ¨ªndice que relaciona la remuneraci¨®n por asalariado con la productividad del trabajo: cuanto menor sea el avance de los salarios, cuanto mayor sea la productividad, m¨¢s bajos ser¨¢n. Es un atajo para ganar ventaja en el comercio internacional. Sin la opci¨®n de devaluar la moneda, se apuesta por la devaluaci¨®n interna: competir con los precios, lo que ahora equivale a salarios m¨¢s bajos.
El Gobierno hab¨ªa previsto para 2012 una rebaja de los costes laborales unitarios del 3,5% respecto al a?o anterior. Y casi lo clava: rond¨® el 3,4%. ¡°Hay signos de que en Espa?a los salarios se est¨¢n volviendo m¨¢s sensibles a la situaci¨®n econ¨®mica¡±. La Comisi¨®n Europea lo celebr¨® a su manera, enrevesada y nada sensible.
¡°La econom¨ªa espa?ola debe ser m¨¢s competitiva, recuperar productividad. Y en el corto plazo, cuando es dif¨ªcil cambiar la tecnolog¨ªa o aumentar la dotaci¨®n de capital, competir por precio es una estrategia v¨¢lida. Lo que hay que ver es como se reparte el esfuerzo y d¨®nde est¨¢ el l¨ªmite¡±, se?ala Miguel ?ngel Garc¨ªa, del gabinete econ¨®mico de CC OO.
Espa?a ten¨ªa tarea por delante: en los a?os del boom inmobiliario, el PIB creci¨® a base de incorporar empleo, con una productividad muy baja. Y la remuneraci¨®n por asalariado aument¨® tambi¨¦n a buen ritmo en paralelo a la inflaci¨®n. M¨¢s a¨²n, el margen empresarial. El resultado fue que perdi¨® comba en productividad con sus socios europeos, al tiempo que engordaban sus costes. Y, entonces, estall¨® la Gran Recesi¨®n.
El brutal aumento del paro corrige desde 2008 la desventaja en productividad por la simple v¨ªa de hacer algo menos con muchos menos. La triple R (reforma laboral, recesi¨®n y recortes) volvi¨® a acelerar la destrucci¨®n de empleo en 2012. Y la productividad del trabajo compensa ya el retraso de los a?os del boom. ¡°Es una productividad pasiva, hay que lograr ganancias activas con organizaci¨®n del trabajo, con m¨¢s uso de capital¡±, objeta Garc¨ªa.
Este aumento de productividad ha contribuido a que los costes laborales unitarios tambi¨¦n recuperen terreno en la comparaci¨®n. El descenso acumulado desde 2009 es mayor que el que logr¨® Alemania entre 2003 y 2007, el paradigma de la moderaci¨®n salarial. Y, de nuevo, la tendencia se aceler¨® en 2012, el a?o de la congelaci¨®n salarial.
La remuneraci¨®n por asalariado, la aproximaci¨®n de la contabilidad nacional a la evoluci¨®n de los sueldos, apenas creci¨® un 0,3% en 2012, despu¨¦s de que la supresi¨®n de la paga extra a los funcionarios llevara a una ca¨ªda del 3% en el cuarto trimestre. M¨¢s indicios: el coste salarial por trabajador ya dej¨® de crecer en el tercer trimestre, seg¨²n la encuesta laboral. Y la subida de sueldos pactada en los convenios firmados en enero no llega al 0,4%.
La econom¨ªa espa?ola reaccion¨® a la Gran Recesi¨®n con despidos masivos de trabajadores temporales. Con la reforma laboral, el Gobierno pretend¨ªa forzar a los trabajadores con contratos indefinidos a aceptar rebajas salariales ense?ando la puerta de salida (un despido m¨¢s barato) y facilitando el incumplimiento de los convenios. Pero, con otra recesi¨®n encima, las empresas optan por usar todo el arsenal legal puesto a su disposici¨®n: hay rebajas salariales, pero tambi¨¦n muchos despidos de trabajadores indefinidos.
¡°Salarios y empleo ponen todo el sacrificio. Hay que parar¡± mantiene el analista de CC OO y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos. ¡°El excedente de las empresas no se ha destinado a aumentar la inversi¨®n, a aportar productividad. Se dedican a repartir beneficios y a reducir deuda¡±.
Los m¨¢rgenes empresariales tambi¨¦n han contribuido, junto a las subidas de impuestos, a mantener la inflaci¨®n alta, pese al desplome de las rentas salariales, lo que se traduce en una intensa p¨¦rdida de poder adquisitivo. ¡°Entiendo las quejas sindicales, por eso deb¨ªan ser los primeros en pedir que se liberalice la econom¨ªa, para hacer bajar esos m¨¢rgenes¡±, tercia Ignacio Conde-Ruiz, subdirector de la fundaci¨®n Fedea.
Conde-Ruiz concede que la reforma laboral ¡°acelera¡± el ajuste salarial, pero defiende que ¡°a corto plazo, es la ¨²nica v¨ªa¡± para evitar m¨¢s destrucci¨®n de empleo. ¡°Se ha dado m¨¢s poder a las empresas para bajar salarios y mantener empleo si es posible¡±, dice el profesor de la Complutense.
¡°Vender m¨¢s fuera es una necesidad, y eso es mucho m¨¢s f¨¢cil si tus salarios por unidad de productos son m¨¢s competitivos¡±, insiste. Las exportaciones han aumentado un 23% desde 2009 y equivalen a un tercio del PIB. Es un aval a la estrategia, aunque an¨¢lisis recientes, como el del servicio de estudios del BBVA, relativizan el papel de los precios en el avance.
Solo el tiempo dir¨¢ hasta qu¨¦ punto las ganancias de esta estrategia compensan la erosi¨®n del consumo (el 60% del PIB), lastrado por rentas salariales a la baja, por un paro que no cesa. ¡°Cambiamos el modelo, pero se nos qued¨® peque?o, deja fuera al 25% de la poblaci¨®n activa¡±, recalca el economista de CC OO. ¡°Para un inversor, el factor trabajo ya es barato¡±, apunta el subdirector de Fedea, ¡°pero las barreras de entrada y las dudas sobre si habr¨¢ nuevos impuestos alejan a la inversi¨®n extranjera. Y, aqu¨ª, la reestructuraci¨®n de la banca ahoga el cr¨¦dito¡±.
Lo que es una quimera es repetir el milagro alem¨¢n, pese a alguna ocurrencia reciente ¡ª¡°Espa?a es la pr¨®xima Alemania¡±, solt¨® Morgan Stanley¡ª. Y no solo porque la estructura productiva sea muy distinta. Cuando Alemania ensay¨® la moderaci¨®n salarial, el resto de Europa, con Espa?a a la cabeza, se endeudaba a costes bajos para cebar la demanda. No hab¨ªa crisis bancaria ni recortes presupuestarios generalizados. Lo contrario de lo que ocurre ahora.
¡°El cuento de los dos ajustes¡±, como lo ha titulado el premio Nobel de Econom¨ªa, Paul Krugman, tiene moraleja para Espa?a: ¡°Un desempleo incre¨ªble¡±. En el ajuste alem¨¢n, hace menos de una d¨¦cada, la tasa de paro subi¨® del 8% al 11%; en el ajuste espa?ol, el nivel de partida era similar, y ahora est¨¢ en el 26%. En su blog, Krugman no deja pasar la ocasi¨®n de cargar contra el Ejecutivo de Angela Merkel por privilegiar el control del d¨¦ficit y la inflaci¨®n, por no incentivar demanda y salarios: ¡°Alemania rechaza hacer por Espa?a lo que Espa?a hizo por Alemania¡±.
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