La delgada l¨ªnea roja del BCE
El acuerdo sobre el Anglo Irish cuestiona los l¨ªmites de la pol¨ªtica monetaria europea
El Gobierno de Irlanda sorprendi¨® al mercado al anunciar la liquidaci¨®n de la Corporaci¨®n Irlandesa de Resoluci¨®n Bancaria, entidad que agrupaba al Anglo Irish Bank y al Irish Nationwide Building Society, como parte de un acuerdo para reducir el coste del rescate financiero de 2010. El plan afecta a un tipo de pagar¨¦s que se cre¨® para proporcionar financiaci¨®n al Anglo Irish Bank y ha hecho saltar algunas alarmas por la posibilidad de que el Banco Central Europeo (BCE) haya ido m¨¢s all¨¢ del mandato que le otorgan los Tratados.
La historia se remonta a la crisis bancaria de 2007 y 2010, cuando el Estado irland¨¦s tuvo que acudir al rescate del sistema financiero por el equivalente al 40% de su PIB. Solo el agujero que la burbuja inmobiliaria dej¨® en las cuentas del Anglo Irish Bank (AIB) era de tal magnitud que absorbi¨® la mitad de esas ayudas. Cuando AIB se qued¨® sin capacidad de acudir al BCE para obtener financiaci¨®n, porque el colateral a entregar en el BCE no ten¨ªa suficiente calidad, el Gobierno irland¨¦s decidi¨® crear un tipo de pagar¨¦ o bono para recapitalizar la entidad, pero sin desembolsar dinero efectivo real ¡ªlas denominadas promissory notes¡ª. La medida se tom¨® con el benepl¨¢cito del BCE y serv¨ªa como colateral para obtener fondos del mecanismo de asistencia de liquidez excepcional (ELA, por sus siglas en ingl¨¦s) puesto en marcha por el banco central de Irlanda.
¡°Es entonces cuando el BCE cruza una l¨ªnea roja porque el problema del Anglo Irish no es un problema de liquidez sino de solvencia en un proceso de resoluci¨®n bancario¡±, explica Antonio Garc¨ªa Pascual, economista jefe para los pa¨ªses perif¨¦ricos de Europa de Barclays en Londres. Lo excepcional de esa decisi¨®n tiene una explicaci¨®n. Irlanda quer¨ªa hacer una quita a los acreedores del banco y a los depositantes que excedieran el l¨ªmite de 100.000 euros que garantizaba el fondo de garant¨ªa irland¨¦s y tanto el BCE como la Reserva Federal consideraron entonces que la medida podr¨ªa da?ar tanto al sector financiero europeo como al de Estados Unidos, en un momento en el que los bancos todav¨ªa estaban sumergidos en plena crisis.
Los tratados proh¨ªben que los bancos centrales compren deuda p¨²blica
Esos pagar¨¦s ascend¨ªan a un monto inicial de 31.000 millones, a un coste anual del 8,5%, lo que obligaba al Gobierno de Dubl¨ªn a provisionar cada a?o 3.100 millones de euros para pagar los vencimientos, el equivalente ¡ªdec¨ªa el Gobierno irland¨¦s¡ª a las medidas de ajuste impulsadas por el Ejecutivo en los presupuestos. El equipo que preside Enda Kenny hab¨ªa hecho de este acuerdo una de sus prioridades en las elecciones que le dieron la victoria en 2011.
El acuerdo anunciado el pasado 6 de febrero sustituye lo que resta de los antiguos pagar¨¦s, 25.000 millones de euros, por unos nuevos bonos del Gobierno con un vencimiento medio de 16 a?os, frente a los ocho a?os de los pagar¨¦s. Seg¨²n los c¨¢lculos de Goldman Sachs, el canje reducir¨¢ la necesidad de financiaci¨®n del pa¨ªs en 20.000 millones en los pr¨®ximos 10 a?os, lo que representa aproximadamente el 12% del PIB. De acuerdo con el Gobierno irland¨¦s, el impacto del acuerdo sobre el d¨¦ficit de 2013 ser¨¢ peque?o, dados los costes derivados de la liquidaci¨®n de la Corporaci¨®n de Resoluci¨®n Bancaria, pero en 2014 y 2015 el d¨¦ficit ser¨¢ unas seis d¨¦cimas inferior a lo previsto, si no surge ninguna otra complicaci¨®n.
El pasado viernes, la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, elogiaba el acuerdo. ¡°Los recientes pasos para sustituir los pagar¨¦s son bienvenidos, ya que reducen significativamente las necesidades de financiaci¨®n de Irlanda en la pr¨®xima d¨¦cada¡±, dec¨ªa en Dubl¨ªn.
Sin embargo, en Fr¨¢ncfort la conclusi¨®n no est¨¢ tan clara. ¡°El banco central de Irlanda ser¨¢ el que, en ¨²ltima instancia, pague los intereses de los nuevos bonos al resto del Eurosistema [al que pertenecen todos los bancos centrales de los pa¨ªses del euro] al tipo de inter¨¦s fijado, mientras que el pago de los intereses por parte del Gobierno irland¨¦s ser¨¢n recaudados como ingreso por el banco central irland¨¦s y podr¨ªan ser usados para financiar posteriormente al Gobierno. Esta aproximaci¨®n demuestra los crecientes y problem¨¢ticos v¨ªnculos entre la pol¨ªtica monetaria y la fiscal en el seno de la Uni¨®n Monetaria¡±, denunciaba el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann. Una elegante manera de mostrar su discrepancia, dado a lo que nos tiene habituados el Bundesbank.
El acuerdo bordea la frontera de la financiaci¨®n monetaria
¡°Creo que el acuerdo sobre los pagar¨¦s es un caso de financiaci¨®n monetaria¡±, sentencia sin dudarlo Thibault Mercier, analista de BNP Paribas en Par¨ªs. ¡°El tratado proh¨ªbe la compra directa de deuda p¨²blica por parte de los bancos centrales del Eurosistema. Aqu¨ª el banco central de Irlanda ha terminado con 25.000 millones en bonos del Gobierno. Se ha hecho de forma indirecta, es cierto. Pero el resultado es el mismo¡±, subraya.
Marco Valli, analista de Unicredit, admite que el acuerdo ¡°bordea la frontera¡± de la financiaci¨®n monetaria aunque insiste en que todos los acuerdos se ajustan a la legalidad. ¡°El problema es que la financiaci¨®n de emergencia que se canjea con este acuerdo deb¨ªa ser temporal y ahora los nuevos bonos can a terminar de pagarse dentro de cuarenta a?os¡±, explica por correo electr¨®nico.
El Gobierno irland¨¦s niega que el acuerdo viole ninguno de los art¨ªculos del tratado y, seg¨²n declar¨® su ministro de Finanzas en el Parlamento, ¡°los nuevos bonos pasar¨¢n a formar parte de la cartera del banco central de Irlanda y ser¨¢n vendidos tan pronto como sea posible, en funci¨®n de las condiciones de estabilidad financiera. Esta estrategia cumplir¨¢ con la prohibici¨®n del Tratado sobre financiaci¨®n monetaria¡±.
Lo que s¨ª demuestra el acuerdo son lo delgadas que son las l¨ªneas rojas del BCE y los profundos cambios que esta crisis est¨¢ propiciando en las instituciones europeas.
El mercado y el cuento de la lechera
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