Adi¨®s a la industria
El sector ha perdido el 30% de la producci¨®n desde 2007 y m¨¢s de medio mill¨®n de empleos en cuatro a?os, pero su retroceso comenz¨® antes de la recesi¨®n
Una chimenea larguirucha de ladrillo visto, un enorme panel con 400 firmas sobre una lona que en su d¨ªa fue de color blanco y un camino de adoquines es lo ¨²nico que queda en pie de una de las ¨²ltimas f¨¢bricas de tubos de rayo cat¨®dico para televisores que hubo en Espa?a. La antigua Miniwatt de Barcelona, de Philips, hoy es un solar lleno de matojos, en su d¨ªa comprado por la promotora Reyal Urbis ¡ªen suspensi¨®n de pagos¡ª y ahora en manos de un banco. La valla con las r¨²bricas, que lleva por lema Momento de renovarnos, se instal¨® como homenaje a los trabajadores por alcanzar en 2000 el nivel m¨¢ximo de producci¨®n: cinco millones de tubos. Cinco a?os despu¨¦s, la factor¨ªa cerr¨®.
Joan Hern¨¢ndez busca su firma en el cartel una tarde lluviosa de este mes de marzo, y dibuja con el dedo la distribuci¨®n de las instalaciones. ¡°La planta era muy competitiva, pero el producto en s¨ª no ten¨ªa futuro y el valor del euro nos perjudicaba cada d¨ªa m¨¢s: en eso no hab¨ªa discusi¨®n. Por eso propusimos que fabricaran otros productos, pantallas LED, placas fotovoltaicas, etc¨¦tera¡ Pero lo rechazaron¡±, explica este antiguo trabajador y miembro del comit¨¦ de empresa. ¡°Aquel terreno, con aquella presi¨®n urban¨ªstica del momento, pudo m¨¢s que el respeto a los puestos de trabajo¡±, se queja.
La planta cerr¨® y sus terrenos en el paseo de la Zona Franca se destinaron a viviendas y otros equipamientos. Pero el plan pinch¨® con la crisis y hoy no hay ni f¨¢brica ni pisos, solo una vieja chimenea y un cartel con las firmas de antiguos empleados. Solvia, la inmobiliaria del Banco Sabadell que tiene la parcela, aguarda a que mejore el mercado.
Pero esta recuperaci¨®n no ha llegado al ladrillo. Tampoco hay noticias de ese nuevo modelo econ¨®mico que se invoca en los discursos p¨²blicos desde hace al menos una d¨¦cada. La producci¨®n industrial en Espa?a se encuentra en sus niveles m¨¢s bajos desde 2007, con una ca¨ªda acumulada del 30%, seg¨²n los n¨²meros del Banco de Espa?a. El ¨ªndice que mide su actividad baj¨® un 8,5% el a?o pasado, pese a la nueva marcha de las exportaciones. Lleva un lustro cayendo; solo en 2010 registr¨® un ligero repunte.
Suma y sigue: Roca, fabricante de sanitarios, notific¨® el viernes 476 despidos, una cuarta parte de su plantilla en Espa?a. Hay recortes en marcha en Alstom, Isofot¨®n, Ercros o Ence, entre otras muchas empresas. Cerrar¨¢ Danone en Sevilla, y en Martorelles, la hist¨®rica Derbi. Desde 2008 se han evaporado 659.000 empleos industriales, el 27% del total.
Suma y sigue: Roca, Alstom, Isofot¨®n, Ercros,? Ence...
Y, sin embargo, el repliegue industrial no es una historia de la crisis, o, al menos, no solo de ella. El de Miniwatt es uno de esos relatos que se perdieron entre las brillantes cifras macroecon¨®micas que brind¨® la ¨²ltima burbuja econ¨®mica de Espa?a, una imagen muy gr¨¢fica de c¨®mo el foco inversor y de crecimiento se centr¨® en el ladrillo a costa de otras fuentes, de c¨®mo algunos productos obsoletos de las plantas no dieron el relevo a otros de mayor valor a?adido.
El peso de la industria manufacturera en el producto interior bruto (PIB), que era del 17,4% en 2001, se qued¨® en el 13% en 2011, tres puntos por debajo de Italia y nueve por debajo de Alemania, aunque por encima de Francia (10%). Si se incluye la energ¨ªa, el peso porcentual supera el 16%, pero la brecha con la media europea (19%) es similar, seg¨²n Eurostat. Y el hundimiento de la construcci¨®n en la tarta se ha compensado sobre todo con el avance de los servicios.
El economista e historiador Jordi Nadal, una autoridad en el estudio de la industrializaci¨®n en Espa?a, habla de una econom¨ªa v¨ªctima de s¨ª misma: ¡°La industria necesita mucho talento, educaci¨®n de alto nivel, es dif¨ªcil, mientras que construir casas requiere muy poca preparaci¨®n y en cambio generaba muchas plusval¨ªas, as¨ª que se invert¨ªa en eso y los bancos lo financiaban¡±.
La burbuja crediticia amortigu¨® el efecto de muchos procesos de deslocalizaci¨®n industrial a pa¨ªses con costes m¨¢s bajos, y el brillante crecimiento del PIB desvi¨® la atenci¨®n de algo peligroso: la productividad solo mejoraba un 0,5% anual, frente al 1,3% que lo hac¨ªa en el conjunto de la Uni¨®n Europea.
El autor de El fracaso de la primera revoluci¨®n industrial en Espa?a reprocha el poco entusiasmo que la industria despert¨® en la pol¨ªtica econ¨®mica: ¡°Hace 10 o 12 a?os la industria estaba desprestigiada y se consideraba que era mucho mejor crecer en servicios. El Gobierno de Aznar cambi¨® incluso el nombre del Ministerio de Industria para llamarlo Ciencia y Tecnolog¨ªa. Ahora lo han recuperado. Sin industria no hay servicios, porque estos trabajan para la industria¡±, apunta el historiador.
Jorge Lasheras, expresidente de Yamaha en Espa?a ¡ªla planta de la firma japonesa cerr¨® hace dos a?os¡ª, comparte la sensaci¨®n: ¡°No se prest¨® la suficiente atenci¨®n a los cierres. En un momento de euforia hemos escuchado que el modelo industrial actual estaba periclitado, que deb¨ªamos ir a la biotecnolog¨ªa y la nanotecnolog¨ªa¡ Y esto es cierto, hay que apostar por ello, pero se hizo sin pensar si hab¨ªa base suficiente para entregarse a esa nueva industria y dejar morir a la otra¡±, apunta. Adem¨¢s, lamenta Lasheras, el cambio ¡°se hizo con clich¨¦s de libro, porque la industria tradicional para crecer y ganar competitividad necesariamente debe invertir en innovaci¨®n¡±. La industria genera el 45% de la inversi¨®n en Investigaci¨®n y Desarrollo (I+D) en Espa?a.
Josep Piqu¨¦, que fue ministro tanto de Industria como de Ciencia y Tecnolog¨ªa, explica que ¡°esa percepci¨®n de que sufrimos una p¨¦rdida de competitividad responde a la importancia que cobr¨® la construcci¨®n y la relevancia del llamado turismo de sol y playa, pero la cuota de exportaciones se ha comportado bien durante la crisis y pese a los efectos de la globalizaci¨®n. Hay muchas empresas que innovan y exportan, pero hay poco cr¨¦dito, y eso me preocupa mucho¡±, sostiene el ahora presidente de Vueling.
La preocupaci¨®n por la p¨¦rdida de la industria inquieta en toda Europa. Francia ha llamado a su ministerio "de Recuperaci¨®n Industrial¡±.
La industria espa?ola, bastante diversificada, ha mostrado un buen nivel de competitividad exterior a la vista de sus exportaciones, pero no ha evitado el repliegue.
La preocupaci¨®n por la p¨¦rdida de la industria inquieta en toda Europa. Es sintom¨¢tico que Francia haya llamado a su ministerio del ramo ¡°Ministerio de Recuperaci¨®n Industrial¡±. La llamada terciarizaci¨®n constituye un fen¨®meno com¨²n en las econom¨ªas m¨¢s desarrolladas por la pujanza de las emergentes, pero Espa?a se distingue de sus socios europeos en que el punto de partida ya era m¨¢s bajo y en que una parte del auge industrial durante la bonanza ven¨ªa precisamente de la construcci¨®n. La industria auxiliar del ladrillo explica una tercera parte de los 30 puntos porcentuales en que ha ca¨ªdo la producci¨®n desde 2007, seg¨²n c¨¢lculos del Banco de Espa?a.
La obra nueva ha ca¨ªdo alrededor de un 90% desde 2007 y menos casas significa menos cemento, menos muebles y menos cuartos de cuartos de ba?os. Roca vio hundirse la cartera de pedidos del mercado nacional. El grupo, que ya anuncio m¨¢s de 700 despidos en 2009, ha decidido ahora cerrar dos de sus 11 factor¨ªas en Espa?a: una en Alcal¨¢ de Henares y otra en Alcal¨¢ de Guadaira, que producen porcelana sanitaria, lo que se lleva por delante casi 500 empleos.
¡°Entre 2008 y 2012, las p¨¦rdidas de las operaciones en Espa?a han podido ser financiadas gracias a la actividad del resto de sociedades del grupo Roca en el mundo¡±, justifican fuentes de la compa?¨ªa, pero las cuentas provisionales de 2012 arrojan p¨¦rdidas de 30 millones. ¡°Agotados todos los recursos, la compa?¨ªa ha optado por una estrategia de concentraci¨®n de la producci¨®n en los centros espa?oles que, por razones objetivas bien analizadas, tienen mayores posibilidades de recuperar la rentabilidad a medio plazo¡±, se?ala la empresa.
Los trabajadores, que el viernes recibieron la notificaci¨®n de los despidos, llevan unos 70 d¨ªas acampados frente a la factor¨ªa madrile?a, ubicada desde los a?os sesenta frente al Palacio Arzobispal, cerca del parque de O¡¯Donnell. Juan ?ngel Lucas, del comit¨¦ de empresa, confiesa sus malos pron¨®sticos junto a la fogata que tienen encendida en el campamento: ¡°Esta es una f¨¢brica con vistas, muchas f¨¢bricas de la zona han cerrado para dejar el sitio a viviendas. El Ayuntamiento ha aprobado una moci¨®n por la cual se compromete a no cambiar el uso industrial de la parcela, pero estas promesas duran lo que duran¡±. ¡°Lo peor aqu¨ª es que cada uno de nuestros empleos equivale a tres, por la actividad que la industria genera alrededor. Y esta zona ha perdido muchas f¨¢bricas ya, como Robert Bosch o como Gal¡±, reflexiona.
Julio Rodr¨ªguez, expresidente de Caja Granada y miembro de Economistas frente a la Crisis, lamenta que ¡°la industria fue una gran pagana de la burbuja inmobiliaria, y ahora que esta burbuja ha pinchado, parte de aquella industria se ha perdido¡±. En su opini¨®n, las plusval¨ªas que generaban la recalificaci¨®n de terrenos para uso residencial y el sistema de tributos incentivaron a los Ayuntamientos para cambiar los usos de parcelas e infravalorar la p¨¦rdida de empresas. Para Piqu¨¦, ¡°el cierre de f¨¢bricas dentro de las ciudades es una evoluci¨®n natural; el problema es que no se reubiquen en otra parte¡±.
¡°No hay una masa suficiente de medianas y grandes empresas, que son las que m¨¢s invierten¡±
El peso del empleo industrial en el total de la ocupaci¨®n ha encogido hasta el 12,8% en 2011 (era del 18% en 2010), frente al 16% de media europea. Hay una parte de la industria que se evapora en las estad¨ªsticas porque la externalizaci¨®n de sus servicios complementarios a otras empresas reubica esta actividad en la rama de servicios dentro de una misma base de datos. ¡°La terciarizaci¨®n de una econom¨ªa no es mala per se; el problema es que en Espa?a ha tra¨ªdo consigo la destrucci¨®n de valor a?adido porque ha llevado al auge de sectores como la hosteler¨ªa o el turismo¡±, explica Miguel ?ngel Garc¨ªa, jefe del gabinete econ¨®mico de Comisiones Obreras y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos.
Garc¨ªa defiende que Espa?a debe aprovechar el tir¨®n tur¨ªstico del sol y la playa ¡°como cualquier pa¨ªs saca provecho de sus recursos naturales¡±, pero advierte de que ¡°eso no significa que el pa¨ªs pueda vivir exclusivamente de eso¡±. El potencial de crecimiento de una econom¨ªa se reduce si depende de un sector de bajo valor a?adido. En las dos ¨²ltimas d¨¦cadas, Espa?a ha destacado por sus inversiones en construcci¨®n e infraestructuras. La inversi¨®n en bienes de equipo met¨¢licos y maquinaria est¨¢ liderada por Italia en el periodo que va de 1991 a 2011, seguida de Alemania y Reino Unido, mientras que Espa?a y Francia quedan relegadas a los ¨²ltimos puestos.
Jordi Nadal lamenta el bajo valor a?adido del sector: ¡°F¨ªjese lo que ocurre con el autom¨®vil: somos uno de los principales productores del mundo (los segundos de Europa y los duod¨¦cimos del mundo) y, sin embargo, no tenemos una sola marca propia. Es lamentable. Tenemos que pagar todas las patentes fuera¡±.
Espa?a ha incumplido las metas planteadas en Investigaci¨®n y Desarrollo (I+D). Para 2010 deb¨ªa situar su gasto en I+D en el 2% del PIB. Agua. Y de esa inversi¨®n, al menos dos terceras partes deb¨ªan provenir de las empresas. Agua. El m¨¢ximo alcanzado se situ¨® en el 1,39% de 2010 y menos de la mitad procede del sector privado, que ha ido perdiendo peso en los ¨²ltimos a?os.
Josep Piqu¨¦ admite que ha fallado el pilar empresarial. ¡°Yo lo intent¨¦ como ministro de Industria pero fracas¨¦. Los incentivos fiscales no funcionaron. Necesitamos un cambio de mentalidad para entender que la I+D no es un gasto, sino una inversi¨®n, y las empresas que innovan exportan¡±.
Miguel ?ngel Garc¨ªa est¨¢ de acuerdo y destaca el problema del tama?o de las empresas en Espa?a: ¡°No hay una masa suficiente de medianas y grandes empresas, que son las que m¨¢s invierten¡±, lamenta.
Son los grandes grupos los m¨¢s capacitados para apostar por la innovaci¨®n. El expresidente de Yamaha admite que las empresas no se preocuparon por mejorar la productividad durante la bonanza: ¡°No hac¨ªa falta porque daba la impresi¨®n de que habr¨ªa pastel para todos. Se compraba la paz social con aumentos salariales que no se pod¨ªan sostener. Lo hicimos todos¡±, confiesa. Aun as¨ª, admite que las trabas administrativas, la flexibilidad y el nivel de la formaci¨®n profesional son a¨²n m¨¢s relevantes que los costes laborales, que siempre estar¨¢n m¨¢s alejados de Asia.
Las luchas en las multinacionales son fratricidas: los directivos de cada pa¨ªs compiten entre s¨ª, y en Espa?a suele jugar en contra el efecto sede, porque la mayor parte de la gran industria es for¨¢nea. ¡°Los comit¨¦s estrat¨¦gicos industriales son la forma eufem¨ªstica de referirse a una reuni¨®n en la que los directivos de cada pa¨ªs iban a vender su f¨¢brica, a pelear por llevarse la producci¨®n¡±, explica Lasheras.
Rosa Mar¨ªa Garc¨ªa, presidenta de Siemens en Espa?a y antes primera ejecutiva de Microsoft, participa en ese tipo de reuniones. ¡°Los detalles que marcan la diferencia son los costes energ¨¦ticos, la formaci¨®n de la plantilla, la flexibilidad y el bajo absentismo, porque en costes salariales no podr¨¢ competir con China¡±, apunta. Siemens tambi¨¦n ha recortado empleo, aunque mantiene cuatro plantas.
Espa?a a¨²n es capaz de defenderse como sede fabril. Nissan acord¨® en febrero adjudicar a la factor¨ªa de Barcelona la producci¨®n de un nuevo coche que permitir¨¢ crear 1.000 empleos directos. Los sindicatos han aceptado una rebaja salarial del 20% para los futuros empleados. La qu¨ªmica Clariant puso en marcha el mes pasado una planta de pol¨ªmeros en Tarragona. Lasheras ha impulsado un nuevo negocio de ciclomotores el¨¦ctricos que se fabrican en Catalu?a. Y Philips, que hab¨ªa cerrado todas sus f¨¢bricas en Espa?a, ha vuelto a producir en el pa¨ªs con la compra hace dos a?os de una empresa de Valladolid, que fabrica sistemas de alumbrado Led, ese producto que hace unos a?os Joan Hern¨¢ndez ped¨ªa para salvar a la vieja Miniwatt.
?Est¨¢ Espa?a a tiempo de recuperar f¨¢bricas? Para Jordi Nadal, m¨¢s que recuperarlas, se trata de empezar de verdad, de subirse al carro de las nuevas industrias. Recuerda bien que Espa?a fracas¨® en la primera revoluci¨®n industrial.
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