La inflaci¨®n se dispara en Brasil
La Presidenta Dilma Rousseff no excluye que el Banco Central pueda aumentar los intereses en los pr¨®ximos d¨ªas
Lo ¨²ltimo que hubiese deseado la presidenta Dilma Rousseff, que est¨¢ ya en campa?a electoral para las presidenciales del a?o que viene, es que se le descontrolase la inflaci¨®n que, por primera vez en los ¨²ltimos a?os, ha superado la meta oficial del gobierno con un 6,59%.
La meta media sostenida estos a?os por el gobierno era de un 4,5%.
Y lo ¨²ltimo que hubiese deseado tambi¨¦n la mandataria brasile?a era que el Banco Central, que en este pa¨ªs posee independencia del gobierno, pueda aumentar los d¨ªas pr¨®ximos los intereses que justamente Dilma hab¨ªa conseguido bajar hasta un 7,25%, la m¨¢s baja de los ¨²ltimos tiempos. Era una de sus grandes conquistas, ya que ni su antecesor, Lula da Silva lo hab¨ªa conseguido.
Seg¨²n informa hoy el diario Folha de S?o Paulo, Dilma estar¨ªa ya resignada a un aumento de los intereses por parte del Banco Central los pr¨®ximos d¨ªas.
Llevada sin embargo por su responsabilidad, Dilma ha hecho saber, a trav¨¦s del ministro de Econom¨ªa, Guido Mantega, que ¡°el gobierno no ahorrar¨¢ medidas para contener la inflaci¨®n e impedir que se propague¡±.
D¨ªas atr¨¢s, la Presidenta hab¨ªa convocado al palacio del Planalto a un grupo de sabios en econom¨ªa para discutir con ellos el crecimiento de la inflaci¨®n justo en el momento en que el alza del PIB del a?o pasado, de un 0,9%, hab¨ªa sido una de los m¨¢s bajas de Am¨¦rica Latina y la menor de los BRICS.
Es conocida la postura de Dilma de impedir a cualquier costo una parada en la producci¨®n. Por otra parte sabe que el tema de la inflaci¨®n en este pa¨ªs, por cultura, es proverbial. Cuando se dispara no hay qui¨¦n la pare, dicen los expertos, y lo sabe muy bien el hombre de la calle.
En este momento, por ejemplo, los tomates, cuyo precio ha aumentado un 103%, cuestan m¨¢s que los llegados de China.
La inflaci¨®n, como indican todos los economistas, castiga en Brasil sobretodo a los m¨¢s pobres y corre el peligro de devolver a la pobreza a los millones que de ella hab¨ªan salido para instaurarse en la clase media baja, que ya comprueba en los supermercados lo que nunca hab¨ªa podido hacer en su vida. Algo que con la inflaci¨®n mayor que el aumento de los salarios, puede frustr¨¢rseles de nuevo.
Cuando Fernando Henrique Cardoso lleg¨® a la Presidencia de la Rep¨²blica en este pa¨ªs la inflaci¨®n era de tres ceros. El Plan Real, que Cardoso hab¨ªa dise?ado como ministro de Hacienda, llev¨® al cambio de moneda (el quinto en diez a?os) y la hicieron poco a poco colocarse en cifras aceptables. Desde entonces la inflaci¨®n no hab¨ªa vuelto a ser un problema y ello hizo que el pa¨ªs no s¨®lo creciera sino que los trabajadores pudieran mejorar visiblemente.
Es el recuerdo de aquellas fechas, lo que hoy hace temblar al gobierno y a los ciudadanos cada vez que la inflaci¨®n parece tomar la carrera. Dilma lo sabe y est¨¢ dispuesta a frenarla como sea.
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