Draghi baja tipos de inter¨¦s y aplaza las medidas para el cr¨¦dito
Draghi aplaza actuaciones concretas para ayudar a la financiaci¨®n de las pymes Dice que est¨¢ "frustrado" por los fallos en la transimisi¨®n de su pol¨ªtica monetaria "No puedes ir por ah¨ª repartiendo dinero desde un helic¨®ptero", advierte El instituto emisor contempla una tasa negativa a los dep¨®sitos
Tiene nombre de tenor, hechuras de florentino y ayer por fin cant¨® en la sede de la Filarm¨®nica de Eslovaquia: Mario Draghi, presidente del Banco Central Europeo, baj¨® los tipos de inter¨¦s oficiales al 0,50%. Diez meses despu¨¦s del ¨²ltimo recorte, el Eurobanco situ¨® el precio del dinero en el nivel m¨ªnimo en su d¨¦cada larga de vida. Estaba casi obligado por los signos de congelaci¨®n en la maltrecha econom¨ªa europea, que acumula seis trimestres en recesi¨®n, un paro galopante ¡ªy muy mal repartido¡ª y una inflaci¨®n bajo m¨ªnimos incluso para los est¨¢ndares del BCE, obsesionado desde siempre con domar esa bestia. Draghi, eso s¨ª, cant¨® lo justo. Se limit¨® a ese gesto, a un gui?o para la galer¨ªa que apenas tendr¨¢ efectos sobre los bolsillos de la gente y de las empresas, y dej¨® para m¨¢s adelante el aut¨¦ntico problema: una vez m¨¢s, cit¨® vagas promesas sobre medidas para reactivar el cr¨¦dito. Esa, y no otra, es la verdadera cuesti¨®n, aplazada de nuevo por el cors¨¦ que suponen las elecciones alemanas de oto?o.
Puro teatro. Porque hay mucho de puesta en escena en las comparecencias de un Draghi condenado a tratar de contentar a una audiencia variopinta: a un lado los german¨®filos, siempre preocupados con los precios y la ortodoxia, y al otro una marea creciente de pa¨ªses que le acusan de ocuparse solo de las entidades financieras, de no estar a la altura de los dem¨¢s grandes bancos centrales del mundo, mucho menos t¨ªmidos a la hora de actuar.
El Eurobanco opt¨® ayer por una soluci¨®n de compromiso
El Eurobanco opt¨® ayer por una soluci¨®n de compromiso. Por mover los tipos y aplazar todo lo dem¨¢s. El espect¨¢culo debe continuar: con la m¨²sica elegida, Draghi elude la tensi¨®n con Alemania ¡ªcuya canciller, Angela Merkel, le ha presionado expl¨ªcitamente en los ¨²ltimos d¨ªas¡ª e intenta reducir el malestar en el Sur.
El problema es que ese malestar ya no se ci?e solo a la periferia: el presidente del Consejo Europeo, el siempre comedido Herman Van Rompuy, puso el dedo en la llaga y reclam¨® al BCE ¡°un mayor compromiso¡± para acabar con la fragmentaci¨®n de los mercado financiero europeo, que obliga a las pymes espa?olas e italianas, por ejemplo, a pagar intereses del 6% por sus cr¨¦ditos cuando las austriacas y las belgas pagan el 2%. Van Rompuy, cuyas intervenciones se alinean con los intereses de Berl¨ªn en nueve de cada diez ocasiones, dej¨® patentes que las restricciones en el grifo del cr¨¦dito suponen ¡°un enorme lastre¡± para la recuperaci¨®n. ¡°Hay que hacer algo para acabar con esa situaci¨®n inaceptable¡±, apunt¨® tras pedir ¡°una acci¨®n incluso m¨¢s decidida¡± en Fr¨¢ncfort.
Van Rompuy dej¨® patente las restricciones en
En esas est¨¢ Draghi. Desde hace medio a?o, el BCE estudia, prepara, valora y proyecta, y dos docenas de verbos parecidos, medidas destinadas a acabar con esa disfunci¨®n del sistema financiero, que impide que sus pol¨ªticas lleguen por igual a todos los rincones de Europa. En cada intervenci¨®n, Draghi muestras sus preocupaciones al respecto y va dando pistas de por d¨®nde van los tiros. Ayer no fue una excepci¨®n: junto con las ya habituales proclamas (¡°el BCE est¨¢ preparado para hacer lo que sea¡±, frase que siempre acompa?a de un lac¨®nico ¡°si fuera necesario¡±), dej¨® la puerta abierta a las medidas extraordinarias para desatascar el cr¨¦dito.
Ni siquiera descart¨® las compras de activos a la manera de lo que hacen los bancos centrales de EE UU y Reino Unido, pese a que explic¨® que esa posibilidad ¡°est¨¢ todav¨ªa en una fase inicial¡±. Una vez m¨¢s, teatro: Draghi necesita llegar hasta las elecciones alemanas sin traspasar ninguna de las l¨ªneas rojas de Berl¨ªn. Solo entonces podr¨¢ permitirse ser m¨¢s ambicioso. La ¨²nica excepci¨®n a esa regla se producir¨ªa en caso de que reaparecieran las turbulencias.
La austeridad est¨¢ haciendo mella en el flanco de la pol¨ªtica fiscal
Pero los mercados est¨¢n relativamente tranquilos, y los casi 20 millones de parados de la eurozona o los cinco trimestres consecutivos de ca¨ªdas del PIB ¡ªa los que se sumar¨¢ con toda probabilidad el primer trimestre de este a?o, del que a¨²n no hay datos definitivos¡ª no forman parte del mandato del BCE. La austeridad est¨¢ haciendo mella por el flanco de la pol¨ªtica fiscal, y lo ¨²nico que puede ofrecer en este momento Draghi es m¨¢s de lo mismo: junto a las rebajas de tipos, que tendr¨¢n un efecto m¨ªnimo al estar ya tan cerca del 0%, el presidente del BCE se comprometi¨® a continuar con la barra libre de liquidez para la banca ¡°al menos hasta julio de 2014¡±. Esa, dijo, nunca podr¨¢ ser la excusa de la falta de cr¨¦dito. Para todo lo dem¨¢s, la pelota est¨¢ en el tejado de los Gobiernos.
El BCE vuelve a aceptar la deuda de Chipre como garant¨ªa
El BCE va a aceptar de nuevo la deuda de Chipre como garant¨ªa para prestar dinero a los bancos en sus operaciones de refinanciaci¨®n, seg¨²n ha informado la Autoridad Monetaria del euro en un comunicado. Para ello, la deuda de este pa¨ªs, rescatado el pasado marzo, "estar¨¢ sujeta a recortes especiales".
Con esta decisi¨®n se suspende la aplicaci¨®n de una calificaci¨®n de cr¨¦dito m¨ªnima en los requerimientos para la deuda de Chipre usada como garant¨ªa en las operaciones de refinanciaci¨®n.
El BCE ha considerado en la decisi¨®n el memorando de entendimiento acordado entre Chipre y la Comisi¨®n Europea, que refleja el programa de ajuste financiero y econ¨®mico para Chipre, que es apropiado, seg¨²n la entidad monetaria.
Draghi no precis¨® qu¨¦ va a hacer si las cosas siguen torci¨¦ndose, pero s¨ª dej¨® muy claro qu¨¦ no va a hacer. ¡°El BCE no puede suplir el esfuerzo de los Gobiernos por hacer reformas; no puede limpiar los balances de los bancos, y no va a haber financiaci¨®n monetaria: no habr¨¢ compras de bonos [sin estrictas condiciones¡±].
El BCE precis¨® que su papel no es sustituir el papel de los Gobiernos
Despu¨¦s, terci¨® en el debate entre austeridad y crecimiento, una especie de Guadiana que aparece y desaparece de la pol¨ªtica econ¨®mica europea, y que esta vez ha llegado con inusitada fuerza, con Francia, Italia y Espa?a en contra de ir m¨¢s lejos con los recortes. Draghi se siente c¨®modo en escena y el magn¨ªfico palacio de la Filarm¨®nica de Eslovaquia invitaba a templar gaitas. Pero al final le sali¨® el banquero central que lleva dentro: ¡°Los Gobiernos no deben levantar el pie con las medidas de consolidaci¨®n fiscal¡±. ¡°La austeridad provoca recesi¨®n en el corto plazo¡±, concedi¨®, y para ello tambi¨¦n sac¨® el recetario: ¡°Los planes de consolidaci¨®n tienen que basarse en recortes del gasto p¨²blico y no en subidas de impuestos. Tienen que poner el acento en la credibilidad, con planes plurianuales. Y deben acompa?arse de reformas estructurales¡±. Un buen resumen del credo que defiende Alemania, aunque Draghi, adem¨¢s de banquero central, tambi¨¦n es italiano: ¡°Eso debe acompa?arse de una puesta en marcha r¨¢pida y efectiva de la uni¨®n bancaria, del mecanismo de supervisi¨®n y del de resoluci¨®n¡±, terci¨®. Berl¨ªn lleva unas semanas tratando de retrasar por todos los medios ese proceso.
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