Mil d¨ªas de austeridad
El 9 de mayo de 2010 empez¨® una etapa que ha cambiado Espa?a Presionados por Europa, Zapatero y Rajoy se han visto obligados a prescindir de la voluntad de los ciudadanos
Era consciente de la ¨¦poca que viv¨ªa. Durante aquella d¨¦cada, cuando los rostros de muchos hombres se tornaron permanentemente duros y fr¨ªos, como si miraran hacia un abismo, William Stoner advirti¨® los signos de la desesperanza generalizada que conoc¨ªa desde ni?o. Vio hombres buenos caer en una lenta decadencia de desesperanza, destruidos al ver destruido su concepto de una vida decente; les ve¨ªa caminar desanimados por las calles con la mirada vac¨ªa; les ve¨ªa encaminarse hacia las puertas de atr¨¢s, con el amargo orgullo de los hombres que avanzan hacia su propia ejecuci¨®n, a mendigar el pan que les permitiera volver a mendigar, y vio hombres que una vez caminaron erguidos por efecto de su propia identidad mirarle con envidia y odio por la d¨¦bil seguridad que ¨¦l disfrutaba como empleado de una instituci¨®n que, no se sabe por qu¨¦, no pod¨ªa caer (¡). Conocer la miseria com¨²n le afect¨® y le cambi¨® profundamente, y sin que nadie lo apreciara, la tristeza por los apuros ajenos lo acompa?¨® en todos los momentos de la vida¡±.
Este p¨¢rrafo de la extraordinaria novela de John Williams Stoner, sin duda una de las cumbres de la literatura del siglo XX, bastar¨ªa para hacer una analog¨ªa con el nihilismo que se ha instalado en la sociedad espa?ola como efecto de sus problemas econ¨®micos derivados de una crisis a la que no ve ning¨²n tipo de salida. Williams describe el ambiente vinculado a los a?os alrededor de la Primera Guerra Mundial en EE UU, antes de que llegase la Gran Depresi¨®n. Muchos ciudadanos espa?oles se sentir¨¢n reflejados en sus palabras.
El jueves pr¨®ximo se cumplir¨¢n tres a?os de aquella terrible madrugada de un domingo (con los mercados cerrados) en que los ministros de Econom¨ªa y Finanzas del Eurogrupo atornillaron al l¨ªmite al Gobierno de Rodr¨ªguez Zapatero para que cambiase de pol¨ªtica econ¨®mica: desde la combinaci¨®n entre el crecimiento y la consolidaci¨®n fiscal que Zapatero pretend¨ªa aplicar hasta una pol¨ªtica de rigor mortis y sacrificios constantes que abrir¨ªa la larga ¨¦poca de austeridad en la que desde entonces estamos instalados. M¨¢s de mil d¨ªas de retrocesos constantes en aspectos clave de la vida cotidiana como el empleo, el mantenimiento del poder adquisitivo o de la protecci¨®n social, y en la calidad de la democracia.
En ese momento Espa?a ten¨ªa un d¨¦ficit p¨²blico del 11,2% y un paro del 20,15% de la poblaci¨®n activa (4,6 millones de personas). En el comunicado de los ministros europeos se acuerda crear el Mecanismo Europeo de Estabilizaci¨®n Financiera con el fin de apoyar a los pa¨ªses con problemas, a cambio de lo cual se aceleran los planes de consolidaci¨®n fiscal y las reformas estructurales de Espa?a y Portugal. Tres d¨ªas despu¨¦s, un noqueado Zapatero comparece en el Congreso y deja at¨®nitos a los diputados anunciando una serie de recortes in¨¦ditos en la democracia: reducci¨®n de los sueldos de los funcionarios, congelaci¨®n de las pensiones (excepto las m¨¢s bajas); eliminaci¨®n del cheque-beb¨¦ de 2.500 euros aprobado poco antes para estimular la natalidad; disminuci¨®n de la inversi¨®n p¨²blica, la ayuda al desarrollo y la dependencia; ahorros obligatorios en las comunidades aut¨®nomas, etc¨¦tera.
El gobernante, de izquierdas o de derechas, es obligado a prescindir de la voluntad ciudadana
Zapatero trataba de evitar desesperadamente que a Espa?a le suceda lo que al resto de los pa¨ªses englobados en las siglas PIGS (Portugal, Irlanda y Grecia), que han sido o van a ser intervenidos directamente, con fort¨ªsimos programas de ajuste a cambio de ayudas masivas llegadas de Europa (en total, unos 400.000 millones de euros a lo largo del tiempo). Portugal, Irlanda y Grecia ser¨¢n gobernados desde entonces por los hombres de negro que llegan a sus capitales, provenientes de la Comisi¨®n Europea (CE), el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI): la denominada troika. No habr¨¢ intervenci¨®n directa en Espa?a, pero este plan de ajuste le costar¨¢ a Zapatero primero su liderazgo dentro del PSOE y luego la m¨¢s estrepitosa derrota electoral de los socialistas en cualquiera de las elecciones desde el a?o 1977.
Y lo que es m¨¢s significativo: el 9 de mayo de 2010 inaugura en Espa?a una etapa de austeridad a jalones que ha cambiado la manera de vivir y de pensar de la mayor¨ªa de los ciudadanos: de la econom¨ªa del miedo (a la incertidumbre, a la inseguridad econ¨®mica, a quedarse atr¨¢s en una distribuci¨®n de la renta cada vez m¨¢s regresiva, a quedarse inactivo¡) han pasado a la econom¨ªa del sufrimiento (el paro, el empobrecimiento, la reducci¨®n de su protecci¨®n social, la mortandad de empresas¡).
Lo m¨¢s parecido al cerco sufrido por Zapatero en esa fecha sucedi¨® 19 a?os antes, cuando el emperador Fran?ois Mitterrand, despu¨¦s de haber ganado las elecciones presidenciales francesas en una especie de ¨¦xtasis colectivo y en plena hegemon¨ªa socialista, es obligado por los mercados a cambiar su pol¨ªtica de izquierdas y de expansi¨®n de la demanda, y ha de revertir decisiones tomadas como el incremento del salario m¨ªnimo, la expansi¨®n del d¨¦ficit para aumentar la inversi¨®n p¨²blica, la reducci¨®n de la jornada laboral, la nacionalizaci¨®n de 36 bancos, etc¨¦tera. Es lo que mucho tiempo despu¨¦s, en 2012, el presidente del Gobierno espa?ol, Mariano Rajoy, teorizar¨¢ sin darse cuenta cuando afirma en el Congreso: ¡°Los espa?oles no podemos elegir, no tenemos esa libertad¡±.
La crisis ha supuesto una gigantesca redistribuci¨®n a la inversa: como Robin Hood, pero al rev¨¦s
El segundo jal¨®n en el programa de ¡°austeridad autoritaria¡± (denominada as¨ª porque viene impuesta) tiene lugar un a?o despu¨¦s del 9 de mayo de 2010. El verano de 2011 es testigo de los ataques especulativos contra la econom¨ªa espa?ola, y la prima de riesgo sube constantemente en una danza incontrolable de picos de sierra. La volatilidad de los mercados castiga un d¨ªa y otro a la deuda p¨²blica espa?ola (y por su capacidad de contagio, a la privada, la de las empresas y familias).
Durante esos meses se producen tres movimientos muy significativos. Primero, Zapatero convoca elecciones generales para el 20 de noviembre de ese a?o, de modo que, gane quien las gane (apenas hay misterio en la campa?a electoral; todos los sondeos descuentan la mayor¨ªa absoluta del PP), tenga la mayor legitimidad y fortaleza parlamentaria para aplicar su programa. Segundo, el BCE manda una carta (hasta ahora secreta en su contenido ¨ªntegro) a Zapatero, y otra a Berlusconi (que s¨ª la hace p¨²blica), en la que les conmina a ajustar m¨¢s las respectivas econom¨ªas y hacer m¨¢s reformas de fondo. Se trata, en el caso espa?ol, de la segunda vuelta de tuerca en pocos meses. En la carta, el BCE, tan defensor de su propia independencia frente a los pol¨ªticos, demanda al Gobierno espa?ol una reforma laboral profunda, la eliminaci¨®n de la vinculaci¨®n de los salarios con la inflaci¨®n, nuevos ajustes fiscales y la activaci¨®n de las reformas de la energ¨ªa, alquiler de viviendas y servicios profesionales. La peculiaridad de la misiva es que va firmada en primer lugar por Miguel ?ngel Fern¨¢ndez Ord¨®?ez (MAFO), gobernador del Banco de Espa?a y miembro del equipo de gobierno del BCE, y luego por Jean-Claude Trichet, gobernador del mismo. MAFO, un obseso de la reforma laboral, se dirige a Zapatero desde Fr¨¢ncfort para demandarle lo que no le concede desde Madrid. La contrapartida de estos ajustes y reformas es la ayuda de la autoridad monetaria europea para que Espa?a resista la oleada de ataques, calificada por Zapatero del siguiente modo: ¡°El bombardeo especulativo que est¨¢ sufriendo Espa?a es comparable al que padecieron los americanos en Pearl Harbour¡±.
La tercera medida tomada por Zapatero es la m¨¢s pol¨¦mica de todas: la reforma de la Constituci¨®n (art¨ªculo 135), con el objeto de calmar definitivamente a los mercados. En un pa¨ªs como Espa?a, en el que ha sido imposible que los dos principales partidos se pusieran de acuerdo en la actualizaci¨®n de principios constitucionales considerados obsoletos (la sucesi¨®n hereditaria en la Monarqu¨ªa, la incorporaci¨®n del nombre de las autonom¨ªas o la modificaci¨®n del t¨ªtulo VIII, que tantos exigen, etc¨¦tera), el PSOE y el PP se pusieron de acuerdo en un santiam¨¦n para incorporar una regla fiscal a la Constituci¨®n: limitar el d¨¦ficit estructural a su m¨ªnima expresi¨®n, un tope a la deuda p¨²blica y, sobre todo, priorizar el pago de los cr¨¦ditos para satisfacer los intereses y el capital de la deuda p¨²blica de las Administraciones sobre cualquier otra obligaci¨®n (sanidad, educaci¨®n, desempleo, pensiones, dependencia¡). Una demanda hist¨®rica de la derecha europea ¡ªrenunciar al arma de la pol¨ªtica fiscal¡ª fue asumida sin debate alguno por el Gobierno socialista de Rodr¨ªguez Zapatero.
El primer a?o y medio de gobierno de Rajoy ha supuesto un permanente 9 de mayo de 2010
El ¨²ltimo jal¨®n de las pol¨ªticas de austeridad es un continuo que se extiende durante todo el a?o 2012 y lo que va de 2013. Se podr¨ªa decir que al menos el primer a?o y medio de gobierno del PP en Espa?a ha sido, en su conjunto, un permanente 9 de mayo de 2010. Cuando Rajoy llega a La Moncloa arroja a la basura el programa electoral con el que ha ganado las elecciones por mayor¨ªa absoluta, para aplicar una y otra vez las exigencias de Bruselas. Aparta todos y cada uno de los seis ejes fundamentales de su programa (S¨²mate al cambio): el crecimiento econ¨®mico y la generaci¨®n de empleo; la mejora de la educaci¨®n; la garant¨ªa de la sociedad del bienestar y de la protecci¨®n social; la reforma y la modernizaci¨®n del sector p¨²blico; el fortalecimiento institucional y la regeneraci¨®n pol¨ªtica, y la proyecci¨®n exterior, volver a ser fiables y cre¨ªbles en el mundo. Desde el 31 de diciembre de 2011, cuando Rajoy aprueba el mayor recorte de la historia y una gran subida de impuestos, todo ha ido hasta hoy en la misma direcci¨®n. Su objetivo ha sido el mismo que el de Zapatero: evitar la intervenci¨®n directa de la econom¨ªa espa?ola.
As¨ª pues son ya dos los Gobiernos espa?oles, de distinto signo pol¨ªtico, los que no han podido aplicar sus propias recetas para salir de la crisis, y que se ven obligados a rectificar por la presi¨®n exterior. Gobiernos que, de facto, no gobiernan con los programas con los que fueron elegidos. A consecuencia de la pertenencia de Espa?a a la UE y al club del euro, el gobernante democr¨¢tico espa?ol, sea de derechas o de izquierdas, se ha visto obligado a prescindir de la voluntad del pueblo que gobierna. Como afirma Jos¨¦ Ignacio Torreblanca en el Informe sobre la democracia en Espa?a 2013, de la Fundaci¨®n Alternativas, hay una percepci¨®n dominante de que los m¨¢rgenes de maniobra de los Gobiernos nacionales se han reducido m¨¢s all¨¢ de lo aceptable desde el punto de vista democr¨¢tico; numerosos ciudadanos europeos sienten que las pol¨ªticas y decisiones que afectan a sus vidas escapan a los controles democr¨¢ticos. Instituciones como el BCE o el Eurogrupo, escasamente democr¨¢ticos, imponen duras condiciones para calmar a los mercados, mientras que los Gobiernos nacionales, democr¨¢ticamente elegidos, no tienen alternativas y deben asumir las recetas tecnocr¨¢ticas emanadas desde Bruselas, Fr¨¢ncfort o Washington.
Ello conlleva un alto nivel de desafecci¨®n ciudadana. Si al comienzo de la crisis, en 2007, un 65% de los espa?oles dec¨ªa confiar en la UE y solo un 23% expresaba recelo, al cierre de 2012 los que manifestaban prejuicios hacia la UE hab¨ªan crecido hasta un 72%, y los que cre¨ªan en ella tan solo son un 20%. Ello ocurre tambi¨¦n con otras instituciones. En diciembre de 2012, la Organizaci¨®n de Cooperaci¨®n y Desarrollo Econ¨®mico (OCDE), una organizaci¨®n multilateral sin poder ejecutivo, propon¨ªa al Gobierno espa?ol que subiese m¨¢s el IVA, abaratase m¨¢s el despido, suprimiese con car¨¢cter restrictivo algunas deducciones por vivienda y endureciese las condiciones para cobrar el seguro de desempleo. Si cualquier Gobierno, del signo que sea, tiene que aplicar medidas como las citadas aunque no las comparta, a los partidos pol¨ªticos que los sustentan les suceder¨¢ como en el cuento de Alicia de Lewis Carroll: los ciudadanos los apreciar¨¢n como Tweedledum y Tweedledee, los gemelos que luchaban fieramente el uno contra el otro por nimiedades sin sentido; o como la Pepsi y la Coca-Cola; o como los detectives Dupont y Dupond, de Tint¨ªn. En su libro sobre Las promesas pol¨ªticas, el soci¨®logo Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall recuerda que ¡°la democracia representativa requiere que los ciudadanos puedan elegir entre alternativas genuinamente diferentes y que compitan partidos ofreciendo propuestas distintas sobre temas sustanciales. Si las diferencias entre partidos [y entre Gobiernos] hubiesen desaparecido, si prometiesen distintas cosas, pero solo pudieran aplicar las mismas recetas, los ciudadanos podr¨ªan votar, pero no elegir¡±.
Las protestas en la calle que han protagonizado los indignados a trav¨¦s de sus distintas formaciones tienen que ver con lo anterior. Expresiones como ¡°no nos representan¡±, ¡°todos los pol¨ªticos son iguales¡± o ¡°lo llaman democracia y no lo es¡± se imbrican en esa sensaci¨®n de que el voto ciudadano no influye, y de que el poder econ¨®mico (al que no se puede castigar o premiar con el voto, porque no es democr¨¢tico) siempre es prevalente respecto a las decisiones pol¨ªticas. El fil¨®sofo Tzvetan Todorov (Los enemigos ¨ªntimos de la democracia) entiende que las principales amenazas que pesan hoy sobre la democracia proceden no de fuera, de los que se presentan abiertamente como sus enemigos, sino de dentro, de ideolog¨ªas, movimientos y actuaciones que dicen defender sus valores: ¡°En el conflicto con el totalitarismo, la democracia se enfrentaba a fuerzas que imped¨ªan la libertad de la persona. Se trataba entonces de una hipertrofia del colectivo en detrimento del individuo, y el propio colectivo estaba sometido a un peque?o n¨²cleo de dirigentes tir¨¢nicos. Pero en el mundo occidental actual una de las principales amenazas que pesan sobre la democracia no procede de la expansi¨®n desmesurada de la colectividad, sino que tiene que ver con el fortalecimiento sin precedentes de determinados individuos [e instituciones] que de golpe ponen en peligro el bienestar de toda la sociedad¡±.
Al comienzo de la crisis, el 65% de los espa?oles confiaba en la UE. En 2012, solo es un 20%
Mientras algunos hablan de tres a?os de ¡°dictadura de la austeridad¡±, Pierre Moscovici, ministro de Econom¨ªa y Finanzas franc¨¦s, ha redefinido el concepto diciendo que ¡°austeridad es cuando matan al paciente¡±. El balance que se puede hacer de estos mil d¨ªas de recortes, ajustes y sacrificios siempre en la misma direcci¨®n es brutal en t¨¦rminos de pobreza y desigualdad: la renta per c¨¢pita espa?ola se sit¨²a hoy en t¨¦rminos similares a los del a?o 2002, por lo que teniendo en cuenta solo este indicador ya se podr¨ªa hablar de d¨¦cada perdida. Seg¨²n Eurostat, la oficina estad¨ªstica de la CE, Espa?a es el pa¨ªs m¨¢s desigual de la UE, junto a Portugal, Bulgaria y Letonia. La ca¨ªda en los niveles de bienestar ha sido m¨¢s intensa que en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos, la pobreza se ha hecho simult¨¢neamente m¨¢s extensa (afecta a m¨¢s gente) y m¨¢s intensa (es m¨¢s profunda), etc¨¦tera. Las expectativas sociales de mucha gente se han derrumbado, afectadas por la escasa esperanza de los cambios a corto y medio plazo; el bienestar psicol¨®gico de los hogares ha tocado fondo, lo que repercute incluso en el hecho de consumir; y la devaluaci¨®n que se ha obtenido con las pol¨ªticas aplicadas en t¨¦rminos de salario y empleo (objetivos espurios de una reforma laboral muy agresiva) son dif¨ªcilmente repetibles.
En su ¨²ltimo ensayo (Todo lo que era s¨®lido), Antonio Mu?oz Molina advierte de que no puede seguir reduci¨¦ndose indefinidamente el presupuesto de la justicia o de la educaci¨®n, la paga de los polic¨ªas, la dotaci¨®n de los servicios contra incendios, el n¨²mero de camas o los turnos de m¨¦dicos y de quir¨®fanos¡ so peligro de devastaci¨®n. Pasado cierto tiempo, el desastre y el deterioro dejan de ser reversibles. Las cosas se deterioran poco a poco, y de pronto, en vez de continuar en ese estado que se ha vuelto tolerable, se hunden del todo, sin transici¨®n, como se hunde una casa que parec¨ªa detenida en una lenta ruina.
La austeridad impuesta y a largo plazo, en sociedades con necesidades crecientes por las dificultades econ¨®micas, no reduce la pobreza y genera m¨¢s desigualdad. La salida a la crisis impuesta en Europa ha significado hasta ahora una distribuci¨®n de la renta, la riqueza y el poder enormemente regresivos: de abajo hacia arriba, como un Robin Hood a la inversa. No es de extra?ar la reflexi¨®n explicativa del desapego ciudadano que hace el premio Nobel de Econom¨ªa Joseph Stiglitz: la gente observa que los mercados no funcionan (y el que menos, el mercado del trabajo); ve que el sistema pol¨ªtico del que se ha dotado para convivir (la democracia) no corrige los fallos del mercado; como consecuencia, aumentan la desafecci¨®n sobre la democracia y sobre la econom¨ªa de mercado al mismo tiempo, lo que desgraciadamente recuerda otros tiempos m¨¢s ingratos.
Sin un final para la crisis
?02-05-2010.
Grecia acepta un acuerdo con la UE y el FMI para recibir 110.000 millones de euros. En julio de 2011 llega el segundo rescate, de 109.000 millones. En noviembre de 2010, Irlanda pide 67.500 millones. En abril de 2011, Portugal solicita su propio rescate de 78.000 millones. En marzo de 2013, Chipre se convierte en el cuarto pa¨ªs intervenido y recibe 10.000 millones.
?12-05-2010.
El presidente Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero anuncia nueve medidas para recortar el gasto en 15.000 millones.
?15-05-2011.
Estalla el 15-M, primer movimiento de indignaci¨®n ciudadana.
?25-08-2011.
PP y PSOE pactan la reforma urgente de la Constituci¨®n para fijar un tope de d¨¦ficit del 0,4% a partir del a?o 2020. El 13 de agosto, el Banco Central Europeo (BCE) decide la compra de deuda p¨²blica espa?ola e italiana. Env¨ªa una carta a ambos pa¨ªses con un listado de reformas exigidas.
?20-11-2011.
Rajoy gana las elecciones generales por mayor¨ªa absoluta.
?30-12-2011.
El Ejecutivo notifica un ajuste de 8.900 millones de euros. Anuncia que el Gobierno de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha declarado un d¨¦ficit p¨²blico en 2011 inferior al real.
?10-02-2012.
Aprobaci¨®n por decreto-ley de la reforma laboral.
?29-03-2012.
Primera huelga general de la legislatura contra la pol¨ªtica de Mariano Rajoy.
?09-04-2012.
El Gobierno comunica que habr¨¢ un recorte adicional de 10.000 millones de euros en educaci¨®n y sanidad.
?09-05-2012.
Nacionalizaci¨®n de Bankia.
?10-06-2012.
El Gobierno espa?ol pide a Europa hasta 100.000 millones de euros para rescatar la banca.
?24-07-2012.
La prima de riesgo alcanza m¨¢ximos hist¨®ricos: 638 puntos b¨¢sicos.
?26-07-2012.
El presidente del BCE, Mario Draghi, afirma que har¨¢ todo lo necesario para salvar el euro. La prima de riesgo espa?ola baja 50 puntos ese d¨ªa.
?11-07-2012.
El Gobierno del PP acomete el mayor ajuste de la democracia, de 65.000 millones en dos a?os.
?29-09-2012.
El Consejo de Ministros adelanta el proyecto de presupuestos de 2013 con una ampliaci¨®n de ajustes.
?14-11-2012.
Segunda huelga general tras las medidas del Gobierno del PP.
?30-11-2012.
El Consejo de Ministros decide no pagar a los pensionistas por la desviaci¨®n de la inflaci¨®n en 2012.
?25-04-2013.
La Encuesta de Poblaci¨®n Activa se?ala que el desempleo es del 27,6%. Hay 6,2 millones de personas sin trabajo en Espa?a y 1,9 millones de hogares sin un solo miembro en activo. El 57,2% de los parados son menores de 25 a?os. El Gobierno anuncia que al final de la legislatura habr¨¢ 1,3 millones de empleos menos que al comienzo.
?Abril de 2013.
El Ejecutivo se?ala que la recuperaci¨®n no llegar¨¢ al menos hasta 2016, dos a?os m¨¢s tarde de lo previsto. Ampl¨ªa la subida del IRPF y prev¨¦ que la deuda p¨²blica ronde el 100% del PIB en 2016. El PIB -1,3% este a?o, casi el triple de lo anunciado.
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