Bruselas reniega de la f¨®rmula de la troika
Rehn admite que la gesti¨®n de la crisis ha funcionado mal en Europa por su dise?o La Comisi¨®n quiere que sean las instituciones comunitarias las protagonistas
La p¨¦sima gesti¨®n de la crisis de Chipre ha puesto de manifiesto los l¨ªmites de la toma de decisiones europea en momentos cr¨ªticos. El vicepresidente y comisario de Asuntos Econ¨®micos, Olli Rehn, ha dado un serio aviso al reclamar un cambio de guardia en la gesti¨®n de los rescates: el final de ese guirigay en el que participan el Eurogrupo (es decir, los 17 ministros de Finanzas del euro) y la troika (Comisi¨®n Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional). Falta transparencia, falta democracia y sobran ministros e instituciones capaces de imponer un veto a los dem¨¢s. Las cosas no funcionan: Rehn advirti¨® de que esa toma de decisiones ¡ªcon las riendas en manos de las capitales¡ª est¨¢ lejos de ser perfecta. E incluso el BCE se sum¨® a ese toque de atenci¨®n, consciente de que algo tiene que cambiar para que la gesti¨®n de la eurozona deje de acumular errores.
Europa se forjar¨¢ en las crisis, dice el viejo aforismo comunitario. Pero la Europa forjada en la mayor crisis en las seis d¨¦cadas de existencia de la UE no acaba de gustarse: el equilibrio institucional est¨¢ cada vez m¨¢s quebrado en favor de lo intergubernamental. Son los Gobiernos quienes llevan la voz cantante en los momentos que hay que tomar decisiones clave, y no las instituciones genuinamente comunitarias ¡ªla Comisi¨®n Europea, en primer lugar¡ª, relegadas a un papel secundario, casi de secretar¨ªa t¨¦cnica, a causa de ese extra?o repliegue europeo hacia lo nacional.
Rehn se rebel¨® el mi¨¦rcoles contra eso en el Parlamento Europeo. ¡°Debemos reconocer que hay un problema estructural en la toma de decisiones en el ¨¢rea econ¨®mica¡±, dijo en un todo autocr¨ªtico del todo inhabitual, que puede interpretarse tambi¨¦n como una saeta al Eurogrupo y al FMI. ¡°Los acuerdos intergubernamentales deben trasladarse al marco comunitario¡±, abund¨®. En rom¨¢n paladino, eso significa que el sistema de gesti¨®n dise?ado hace ya tres a?os, cuando explot¨® la crisis griega, no funciona. Bruselas aboga por acabar con ese extra?o matrimonio entre el Eurogrupo y la troika, con 20 personas capaces de vetar las decisiones.
En 2010 la Comisi¨®n ya propuso tomar las riendas. Berl¨ªn y compa?¨ªa dijeron ¡°no¡±
Rehn, en definitiva, quiere que sean la Comisi¨®n y las instituciones genuinamente europeas quienes tomen las riendas en momentos complicados. J?rg Asmussen, miembro del consejo de gobierno del BCE, apoy¨® esa petici¨®n. Admiti¨® que los mecanismos de rescate se establecieron en un momento de crisis, ¡°pero en alg¨²n momento habr¨¢ que cambiar su configuraci¨®n¡±. En alg¨²n momento, pero no ahora. Fuentes comunitarias explicaron que el planteamiento de Rehn est¨¢ pensado para el largo plazo, una vez se cierre la interminable crisis que no acaba de cerrarse, y admitieron que en este momento en las capitales no hay ning¨²n apetito por un regreso al m¨¦todo comunitario de toma de decisiones. La Comisi¨®n ya propuso un sistema de resoluci¨®n de crisis muy distinto en mayo de 2010 ¡ª¡°en la infausta noche del 9 al 10 de mayo¡±, en palabras de Rehn¡ª, pero la idea fue rechazada por Berl¨ªn y compa?¨ªa. No hubo fondo de rescate comunitario. Las capitales prefirieron un mecanismo intergubernamental (el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera), convertido despu¨¦s en el mecanismo permanente de estabilidad o Mede, con una dotaci¨®n de fondos m¨¢s que discutible y gestionado al margen de la UE, en base a las garant¨ªas nacionales que aporta cada pa¨ªs.
Las discrepancias entre los ministros, y sobre todo entre las instituciones ¡ªBCE, FMI y Comisi¨®n¡ª han sido una constante a lo largo de las negociaciones sobre los pa¨ªses rescatados. Grecia ha necesitado ya dos programas de ayuda y lleva seis a?os en recesi¨®n. Ni en Portugal ni en Irlanda se divisa el final del t¨²nel, a pesar de que las condiciones de sus ayudas se han renegociado en diversas ocasiones. La guinda fue el salvavidas chipriota, que inclu¨ªa p¨¦rdidas para los dep¨®sitos bancarios y gener¨® una oleada inmediata de inestabilidad en la eurozona, acab¨® en un corralito y aboca a la isla mediterr¨¢nea a algo muy parecido a una depresi¨®n. Cuando se descubri¨® el error, BCE, Comisi¨®n, FMI, Nicosia y compa?¨ªa se echaron la culpa de lo sucedido, en una coda lamentable que hizo todav¨ªa m¨¢s acusado ese patinazo. Tanto, que el Parlamento Europeo ha llegado a sopesar la apertura de una investigaci¨®n para depurar responsabilidades.
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