En medio de la d¨¦cada perdida
Espa?a recorre el primer lustro de una crisis que a¨²n destruye empleo Devaluaci¨®n salarial y reformas son las bazas del Gobierno para alentar una recuperaci¨®n incierta
Es la mayor crisis econ¨®mica en d¨¦cadas, pero estad¨ªsticas y predicciones solo permiten a¨²n tantear su dimensi¨®n, su impacto. Y el camino de salida se aniebla en el laberinto europeo, tras una reca¨ªda que ha achicado el margen de actuaci¨®n del Gobierno, ha sumado otro mill¨®n de desempleados en el ¨²ltimo a?o y ha colapsado el cr¨¦dito.
La estad¨ªstica certifica que Espa?a ha recorrido ya el primer lustro de crisis, que, con los datos hasta marzo de 2013, conocidos esta semana, acumula ya 20 trimestres consecutivos por debajo del nivel de PIB que alcanz¨® en 2008. Las predicciones vaticinan que se tardar¨¢n al menos otros cinco a?os en recuperar ese nivel de actividad econ¨®mica. La d¨¦cada perdida, una expresi¨®n que sonaba tremendista en el arranque de la Gran Recesi¨®n, es ahora un escenario optimista.
¡°A esto le llamo ya la Gran Depresi¨®n en Espa?a¡±, afirma el catedr¨¢tico de Historia Econ¨®mica, Francisco Com¨ªn, en referencia al colapso econ¨®mico de EE UU en los a?os treinta del siglo pasado. ¡°Por duraci¨®n y por ca¨ªda de la actividad, solo es comparable con la Guerra Civil y la posguerra¡±.
M¨¢s que la ca¨ªda del PIB, que es ya casi un 7% inferior al que hab¨ªa en 2008, el catedr¨¢tico de Historia destaca el descenso de la renta por habitante. Su nivel es ya similar al de 2002: una d¨¦cada perdida en retrospectiva y el sue?o de la convergencia con la zona euro desbaratado. ¡°En ninguna crisis desde los a?os sesenta hab¨ªa bajado el PIB per c¨¢pita. Y solo fueron dos a?os, 1958 y 1959¡±, recuerda Com¨ªn.
El empleo da pistas m¨¢s concluyentes a¨²n de la dimensi¨®n de esta crisis: la tasa de paro (27%) ya es superior a la que registr¨® la econom¨ªa estadounidense en los a?os de la Gran Depresi¨®n (25%). Y el Gobierno da por hecho que se tardar¨¢n m¨¢s de 10 a?os en recuperar los cuatro millones de puestos de trabajo que, prev¨¦, se perder¨¢n en la crisis.
La deuda externa echa el freno de mano
Cualquier predicci¨®n sobre lo que ocurrir¨¢ en la econom¨ªa espa?ola tiene en cuenta el impacto negativo en el consumo y en la inversi¨®n de la necesidad, obligada por los altos costes de financiaci¨®n, de rebajar la deuda acumulada en la d¨¦cada prodigiosa: un tiempo (entre 1998 y 2007) en el que el aluvi¨®n de cr¨¦dito barato que trajo la incorporaci¨®n al euro hinch¨® la burbuja inmobiliaria y el consumo. El resultado, una explosi¨®n de empleo, un man¨¢ de ingresos fiscales.
El colapso en los mercados financieros sec¨® las fuentes de cr¨¦dito y pinch¨® la burbuja espa?ola. Su estallido leg¨® un alto nivel de endeudamiento exterior, que compromet¨ªa en gran medida a la banca, y una enorme incertidumbre sobre cu¨¢les ser¨ªan los motores de crecimiento. Un combinado letal cuando los inversores se retiraban en manada de las apuestas que olieran a riesgo.
La deuda externa neta espa?ola ronda el 93% del PIB, ¡°en la zona euro, solo es mayor en Grecia, Portugal, Irlanda y Chipre¡±, recalca el catedr¨¢tico Joaqu¨ªn Maudos, del Instituto Valenciano de Investigaciones Econ¨®micas (Ivie). ¡°Es el mejor predictor de la intervenci¨®n de un pa¨ªs¡±, a?ade, ¡°es el nudo gordiano que hay que desatar para volver a crecer¡±.
¡°Los problemas que supone recortar la deuda no hay Cristo que los evite¡±, coincide Josep Oliver, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Barcelona, ¡°operan como una restricci¨®n al crecimiento durante un periodo dilatado¡±. Oliver recuerda que el l¨ªmite fijado por Bruselas est¨¢ muy lejos, en el 35%.
¡°Con esa dependencia del exterior estamos expuestos a cualquier reca¨ªda, estamos siempre en un ay¡±, corea Javier Andr¨¦s, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad de Valencia. El ¨²ltimo ay, una salida de capitales de m¨¢s de 300.000 millones en un pu?ado de meses del a?o pasado, solo ces¨® cuando el Banco Central Europeo (BCE) se mostr¨® dispuesto a respaldar con compras de deuda p¨²blica el posible rescate a los pa¨ªses con problemas. Una demostraci¨®n palmaria de que el fin de la crisis pasa por Europa.
Atrapados en el laberinto europeo
El catedr¨¢tico Com¨ªn traza un paralelismo: ¡°Como ocurr¨ªa con los Austrias, la pol¨ªtica econ¨®mica nos la est¨¢n haciendo los acreedores¡±. Para algunos expertos, como Jos¨¦ Carlos D¨ªez, profesor de Econom¨ªa de Icade, las directrices pol¨ªticas que emanan de Bruselas ¡ªausteridad, reformas estructurales, devaluaci¨®n de los salarios para recuperar competitividad¡ª no valen para remover la losa de la deuda.
¡°El BCE tiene que intervenir, estabilizar los mercados de deuda p¨²blica y privada, contribuir a devaluar el euro. Con eso equilibramos a la econom¨ªa, luego hay que reestructurar la deuda p¨²blica en Grecia, Irlanda y Portugal. En Espa?a, como m¨ªnimo habr¨ªa que hacer quitas en deuda privada, de empresas y familias. Y por ¨²ltimo, habr¨ªa que poner en marcha un est¨ªmulo fiscal potente, que requiere la creaci¨®n de un eurobono para financiarlo¡±, espeta.
D¨ªez dibuja un escenario que no podr¨ªa ser m¨¢s opuesto a las tesis alemanas, un escenario al que da una probabilidad ¡°pr¨®xima a cero¡± a corto plazo. ¡°Pero sin la intervenci¨®n del BCE, sin el eurobono, vamos al incumplimiento de los pagos de la deuda y a la ruptura del euro¡±, insiste.
¡°Ser¨ªa deseable que Europa act¨²e de otra manera¡±, tercia Oliver, quien recuerda que cuando el G-20 activ¨® la mayor intervenci¨®n coordinada de ayudas p¨²blicas contra la Gran Recesi¨®n, en 2009, ¡°Alemania aprobaba una reforma constitucional para blindar el d¨¦ficit cero¡±.
Pero Oliver pondera los avances ¡ª¡°?Qui¨¦n nos iba a decir que iba a haber un fondo de rescates europeo o que el Banco Central Europeo iba a comprar bonos p¨²blicos?¡±¡ª, aunque sean lentos. Y pone el acento en los errores de los Gobiernos espa?oles.
¡°En 2011 nos est¨¢bamos recuperando, pero con las elecciones municipales y auton¨®micas, el Gobierno espa?ol, tambi¨¦n el italiano, se relajaron con las reformas y los ajustes, los inversores volvieron a dudar, y la financiaci¨®n se sec¨®. En 2012, entre marzo y julio, volvi¨® a ocurrir lo mismo. No fue la austeridad lo que nos llev¨® a recaer, nuestra principal responsabilidad para alcanzar la recuperaci¨®n es no volver a cometer errores¡±, dispara.
El cr¨¦dito se atasca en la banca
La prima de riesgo, el diferencial entre el rendimiento de la deuda p¨²blica espa?ola y la alemana, ha sido el medidor de la crisis europea. El BCE, con las inyecciones de liquidez a la banca (que ¨¦sta usa para comprar bonos) y el compromiso de actuar en caso de que un pa¨ªs pida el rescate, contiene una brecha que ha llegado a poner en cuesti¨®n la zona euro. Ahora son las enormes dificultades de las peque?as empresas de los pa¨ªses del Sur para lograr pr¨¦stamos, las que dan fe de que las condiciones financieras est¨¢n muy lejos de haberse normalizado.
Sin cr¨¦dito a empresas y familias, la recuperaci¨®n es misi¨®n imposible. Si en la d¨¦cada prodigiosa crec¨ªa a tasas anuales del 20%, ahora retrocede un 6%. ¡°Seguimos sin solucionar la fragmentaci¨®n del mercado financiero, las pymes espa?olas tienen que pagar casi el doble que las alemanas en intereses para lograr un cr¨¦dito, cuando lo logran¡±, se?ala el catedr¨¢tico Maudos.
Para el investigador del Ivie, el cr¨¦dito seguir¨¢ sin fluir mientras persistan las dudas sobre la situaci¨®n algunas entidades financieras espa?olas. Tras varias reformas que obligaron a las entidades a provisionar, de forma progresiva, las p¨¦rdidas asociadas a cr¨¦ditos a promotores inmobiliarios, a mediados del a?o pasado el Gobierno dio un giro. Forz¨® a varias cajas a reconocer necesidades de capital multimillonarias, lo que desemboc¨® en la aprobaci¨®n de un rescate europeo de hasta 100.000 millones y en la imposici¨®n de duras condiciones para las entidades rescatadas.
¡°La reestructuraci¨®n del sector financiero siempre parece incompleta¡±, se?ala Maudos, quien defiende que el Gobierno ampl¨ªe el recurso al rescate bancario, del que solo ha utilizado 40.000 millones. El catedr¨¢tico conf¨ªa en que, despejada esa inc¨®gnita, el uso m¨¢s amplio de los pr¨¦stamos del Instituto de Cr¨¦dito Oficial (ICO), la creaci¨®n de mercados de financiaci¨®n alternativos y la definici¨®n de las medidas ¡°no convencionales¡± que el BCE lleva anunciado desde hace tres meses, permitan una recuperaci¨®n ¡°muy gradual¡± del pr¨¦stamo a pymes.
Un cambio de modelo que se hace esperar
Unos pocos datos bastan para refrescar la importancia que tuvo la actividad inmobiliaria en la d¨¦cada prodigiosa. Y la dificultad de reactivar el crecimiento desde las cenizas del ladrillo: m¨¢s de la mitad de los puestos de trabajo perdidos corresponden a la construcci¨®n, un sector que ha pasado de suponer el 13% del empleo a apenas el 6%.
¡°Dedicamos mucho talento muchos recursos a generar una capacidad productiva que no necesitamos, que ahora son esqueletos de infraestructuras, de viviendas. La p¨¦sima asignaci¨®n de recursos de los a?os de bonanza nos condiciona horriblemente¡±, recalca Jos¨¦ Antonio Herce, profesor de Econom¨ªa de la Complutense y socio de Analistas Financieros Internacionales.
El empleo pierde d¨¦cada... y media
En el verano de 2007, la tasa de paro rondaba el 8% y hab¨ªa m¨¢s de 20,5 millones de personas con trabajo. Fue la c¨²spide de la d¨¦cada prodigiosa, de una expansi¨®n inflada por el cr¨¦dito f¨¢cil y la especulaci¨®n inmobiliaria. El Gobierno estima que este a?o se cerrar¨¢ con poco m¨¢s de 16 millones de ocupados.
La evoluci¨®n del mercado laboral evidencia hasta qu¨¦ punto aquella tasa de paro del 8% era excepcional. En democracia, el promedio de desempleo ronda el 16,5%. Y antes de esta crisis, hubo nueve a?os en los que la tasa de paro super¨® el 20%.
Esta crisis es peor, y no solo porque la tasa de paro est¨¦ en el 27%. Nunca hab¨ªa habido tan pocos j¨®venes con trabajo (menos del 18% de la poblaci¨®n de entre 16 y 24 a?os). Y la proporci¨®n de parados (m¨¢s de un tercio) que llevan dos o m¨¢s a?os buscando trabajo en vano aumenta a pasos agigantados.
El catedr¨¢tico Josep Oliver cree que, debido a la creciente especializaci¨®n en el sector servicios, bastar¨¢ con que la econom¨ªa crezca al 1% para que empiece a generar empleo, algo que ni el Gobierno espera hasta 2015. Oliver cree que recuperar entonces cuatro millones de puestos de trabajo tomar¨¢, como poco, siete a?os, si el avance del PIB ronda el 2%. En suma, al menos d¨¦cada y media hasta volver al nivel de 2007, algo parecido a lo que ocurri¨® en la transici¨®n entre dictadura y democracia.
La demograf¨ªa (el INE prev¨¦ que en 2022 solo habr¨¢ 12 millones de personas entre 16 y 35 a?os, frente a los 15 millones que hay hora) ayudar¨¢ a que la tasa de paro caiga con m¨¢s velocidad hasta el 16%. Bajar de ah¨ª depender¨¢ de si el tan anunciado cambio de modelo productivo se hace realidad.
En un art¨ªculo en la Revista Asturiana de Econom¨ªa, Herce destacaba que para llegar al nivel de actividad que se habr¨ªa alcanzado si se hubiesen mantenido las tasas de crecimiento de los a?os del boom, Espa?a deber¨ªa crecer a ¡°ritmo de econom¨ªa emergente asi¨¢tica, m¨¢s del 7% anual¡±.
¡°Me preocupa mucho que se est¨¦ dejando de invertir en I+D, la econom¨ªa del conocimiento es la que nos va a permitir reconstruir nuestras bases competitivas¡±, insiste Herce, quien cree que el cambio de modelo solo es posible con una ¡°buena pol¨ªtica econ¨®mica¡±. ¡°Las reformas estructurales que nos pide Bruselas son las mismas que llevan pidi¨¦ndonos desde hace a?os, hay que hacerlas de una vez¡±, sentencia.
Josep Oliver destaca que ¡°el cr¨¦dito se va reorientando hacia el sector productivo¡±, aunque sea por comparaci¨®n con el desplome del pr¨¦stamo al ladrillo. ¡°Lo que debe impulsar el Gobierno son pol¨ªticas de recualificaci¨®n profesional cuanto antes¡±, apunta el catedr¨¢tico.
Juan Jos¨¦ Dolado, profesor de Econom¨ªa de la Universidad Carlos III, enfatiza la necesidad de otra vuelta de tuerca a la reforma laboral que integre el contrato ¨²nico, con una indemnizaci¨®n por despido creciente, para mitigar la dualidad entre trabajadores temporales y fijos, un obst¨¢culo evidente a las ganancias de productividad: el incentivo de las empresas para formar a trabajadores temporales, y facilitar as¨ª la innovaci¨®n y la productividad, son nulos.
¡°Los cambios legales son una condici¨®n necesaria, si no los acometemos, mi predicci¨®n es que volveremos a tener una burbuja en otro sector intensivo en trabajadores de baja cualificaci¨®n¡±, plantea Dolado, en referencia al modelo de contrataci¨®n que abandera la fundaci¨®n Fedea. Partidos, sindicatos y patronal rechazan la iniciativa, pero Bruselas ya ha advertido al Gobierno que debe rebajar esa dualidad.
Dolado recurre a la comparaci¨®n entre Espa?a y Finlandia, dos pa¨ªses con problemas de financiaci¨®n en los noventa, a los que la entrada en el euro les abri¨® las compuertas del cr¨¦dito barato. ¡°Nosotros invertimos en ladrillo, ellos en actividades que generan valor a?adido, porque tienen un modelo laboral flexible y un gran sistema educativo en los primeros niveles de ense?anza¡±.
Devaluaci¨®n salarial para vender fuera
Ante la dificultad de que Europa d¨¦ otra respuesta al pago de la deuda, de que pa¨ªses como Alemania incentiven su demanda, o de que el Banco Central Europeo permita un aumento de la inflaci¨®n ¡ªque haga m¨¢s f¨¢cil pagar esas deudas¡ª, buena parte de los expertos se decanta por un camino empinado y lleno de agujeros. ¡°Hay que ir por el camino de la devaluaci¨®n interna, de moderar los costes laborales, de aumentar las exportaciones. Ser¨¢ lento, se sufrir¨¢¡±, admite Maudos.
Durante los a?os de expansi¨®n, Espa?a import¨® mucho m¨¢s de lo que export¨®, lo que se reflej¨® en un d¨¦ficit exterior que rond¨® el 10% del PIB. Para rebajar la deuda externa, aun de forma muy paulatina, ¡°hay que producir y vender al exterior m¨¢s bienes comercializables¡±, apunta el catedr¨¢tico Javier Andr¨¦s. Pese a que los costes laborales de la econom¨ªa eran altos y la productividad baja, las empresas exportadoras espa?olas mantuvieron su cuota en los mercados internacionales, gracias a factores competitivos (dise?o, gesti¨®n, apertura comercial) que ten¨ªan menos que ver con los precios.
El desplome de las importaciones ha permitido equilibrar el saldo exterior, pero para rebajar la deuda hay que reorientar la econom¨ªa hacia la exportaci¨®n de forma mucho m¨¢s decidida. El atajo elegido por el Gobierno, con la reforma laboral, es la devaluaci¨®n salarial. ¡°Para competir v¨ªa precios, o se ajustan los salarios, o se ajustan los m¨¢rgenes empresariales, o lo hacen ambos¡±, se?ala Javier Andr¨¦s.
El catedr¨¢tico de la Universidad de Valencia subraya que ¡°empieza a haber un descenso salarial¡±, como reflejan los datos de contabilidad nacional de esta semana, pero los m¨¢rgenes empresariales no caen. ¡°En muchos casos las empresas los est¨¢n utilizando para autofinanciarse, para reducir deuda¡±, asegura Javier Andr¨¦s.
El resultado es un ajuste desigual, que asumen los trabajadores ¡°Deber¨ªa ser un ajuste salarial ordenado, coordinado por los sindicatos¡±, receta Andr¨¦s. Y tiene un impacto negativo sobre el consumo, que puede acabar por anular las ganancias que se logren en el sector exterior.
El catedr¨¢tico de la Universidad de Valencia aboga por f¨®rmulas para sobrellevar esa p¨¦rdida de poder adquisitivo: en su opini¨®n, el Gobierno deber¨ªa modificar la ley para favorecer la reestructuraci¨®n de la deuda hipotecaria en familias con apuros. Y tambi¨¦n deber¨ªa asumir la propuesta socialista de usar el ahorro en prestaciones por desempleo para financiar pactos entre empresas y trabajadores que eviten los despidos a cambio de una merma (menos jornada, menos salario) en las condiciones laborales.
C¨®mo reflotar las finanzas p¨²blicas
¡°La mejor manera de suavizar el impacto en la demanda, de incentivar la reorientaci¨®n de las empresas al sector exterior es mediante el sistema impositivo¡±, a?ade Andr¨¦s. ¡°Los ingresos se han hundido, la reforma fiscal es la gran reforma pendiente¡±, incide Maudos.
El estallido de la burbuja inmobiliaria borr¨® del mapa ingresos tributarios que permitieron al Estado espa?ol lograr su primer super¨¢vit p¨²blico en democracia. Pero desde 2008, el aumento de gastos asociados a la recesi¨®n (m¨¢s prestaciones por desempleo, m¨¢s intereses de la deuda p¨²blica) y, en el ¨²ltimo a?o, las p¨¦rdidas por ayudas a la banca, han mantenido el d¨¦ficit p¨²blico cercano al 10%. En paralelo, los ingresos apenas se han recuperado, pese a que en los dos ¨²ltimos a?os se han aprobado las mayores subidas de impuestos de la democracia.
Los datos de la Agencia Tributaria reflejan por qu¨¦ las subidas de impuestos se quedan muy lejos de sus objetivos: las bases imponibles de los principales tributos, que pasaron de 800.000 millones en 2000 a 1,3 billones en 2007, no han dejado de caer con la crisis. La recesi¨®n (menos beneficios empresariales, menos consumo, menos renta por falta de empleo) mantendr¨¢ este a?o las bases tributarias apenas por encima del bill¨®n de euros.
M¨¢s desigualdad, menos estado del bienestar
¡°Ser¨¢ una reforma completa, para lograr un sistema tributario justo¡±, asegur¨® el viernes la vicepresidenta del Gobierno, Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, cuando se le inquiri¨® sobre la reforma fiscal que le reclama la Comisi¨®n Europea.
Est¨¢ por ver si el nuevo sistema impositivo sirve para atemperar la creciente desigualdad. Porque lo que s¨ª es ya muy evidente es que la exclusi¨®n social ser¨¢ una de las herencias de esta d¨¦cada perdida. De nuevo, las estad¨ªsticas (con retraso) y las predicciones apenas sirven para perfilar una realidad emergente.
En 2011, el ¨ªndice que mide las diferencias de renta entre los ciudadanos situaba a Espa?a como el pa¨ªs m¨¢s desigual de la zona euro. Si lo que se mide es la relaci¨®n entre el 20% de la poblaci¨®n que m¨¢s ingresa y el 20% que menos, Espa?a se coloca entonces como el pa¨ªs con una mayor brecha de renta de la Uni¨®n Europea. Y seg¨²n las previsiones de una red de ONG, encabezada por Oxfam, hasta 18 millones de espa?oles estar¨¢n en riesgo de exclusi¨®n social en menos de una d¨¦cada.
¡°De la ¨²ltima gran crisis, en la transici¨®n democr¨¢tica, se sali¨® con un compromiso de aumentar el gasto p¨²blico, de crear el estado del Bienestar. Ahora se recorta, y las tasas de pobreza aumentan¡±, destaca Com¨ªn. ¡°Si algo nos ense?a la historia, es que las depresiones m¨¢s recientes no se quedan en un deterioro de la actividad econ¨®mica¡±, a?ade el catedr¨¢tico de Historia Econ¨®mica, ¡°no se sale de ellas sin pasar por intensos conflictos sociales y pol¨ªticos¡±.
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