La eterna crisis del aceite de oliva

Ni cuando sobra ni cuando falta, el sector olivarero no logra despegar. Unos a?os es la existencia de unas producciones muy elevadas las que hacen los precios hundirse; y otros, como en la campa?a pasada, pese a que la cosecha estuvo bajo m¨ªnimos, la realidad es que los precios en origen tampoco despegan. Al sector no le salen los n¨²meros, pese a que la campa?a comenz¨® con mejoras en los precios. El Ministerio de Agricultura justifica la situaci¨®n por la ca¨ªda de la demanda global. Los sindicatos agrarios, sin embargo, acusan a la distribuci¨®n de haber presionado para mantener los precios bajos.

Desde la campa?a de 2008 y 2009, con producciones elevadas que llegaron a 1,6 millones de toneladas, los precios se vinieron abajo hasta 1,60 euros el kilo para un tipo de aceite lampante de calidad media.

La pasada campa?a, sin embargo, como consecuencia de unas condiciones climatol¨®gicas adversas, la cosecha se qued¨® en las 613.000 toneladas. El sector esperaba que, como consecuencia de la reducci¨®n de la oferta, se elevaran los precios y por tanto, los niveles de renta. Las cotizaciones en origen iniciaron una escalada en los meses previos al inicio de la campa?a. Sin embargo, los precios han vuelto a la l¨ªnea bajista para situarse en una media de 2,30 euros para un tipo de aceite de oliva virgen y menos de 2,20 euros para un tipo lampante.

El consumo de aceite de oliva se redujo un 3,6% en 2012 con respecto a 2011, seg¨²n el ¨²ltimo panel de consumo alimentario del Ministerio de Agricultura, de diciembre. La organizaci¨®n agraria Coag, sin embargo, insiste en que la ca¨ªda de los precios responde principalmente a la estrategia de los grandes grupos de distribuci¨®n, que usan el aceite como un producto reclamo a precios reducidos para captar clientes, llegando incluso a venderlo con ventas a p¨¦rdidas. Coag ha exigido a la Comisi¨®n Nacional de la Competencia que investigue si se ha incurrido en pr¨¢cticas contrarias a la libre competencia.