La crisis de identidad de una de las grandes cabeceras del pa¨ªs
Es la primera vez que un gigante de la tecnolog¨ªa compra un gran peri¨®dico
Sorpresa. Esa ha sido la reacci¨®n en el mundo del periodismo estadounidense cuando la compa?¨ªa The Washington Post anunciaba que vend¨ªa la publicaci¨®n a un gigante de la tecnolog¨ªa e internet: Jeff Bezos. El due?o de Amazon protagoniza un giro inesperado para uno de los diarios m¨¢s prestigiosos de Estados Unidos.
La cabecera que imprimi¨® algunas de las p¨¢ginas m¨¢s importantes de la historia del pa¨ªs, como el esc¨¢ndalo Watergate, que forzar¨ªa la dimisi¨®n del presidente Richard Nixon ¡ªesta semana se cumplen 39 a?os desde entonces¡ª, no fue inmune sin embargo a la dureza de una crisis econ¨®mica que ha afectado a todos y cada uno de los peri¨®dicos estadounidenses. En este cap¨ªtulo final, muy lejos de aquellos d¨ªas de gloria en los que el Post se bat¨ªa con The New York Times por el ¨²ltimo avance en una exclusiva legendaria, la familia Graham, cuyas ¨²ltimas cuatro generaciones han decidido el futuro del diario, ha decidido desprenderse de una publicaci¨®n en plena crisis de identidad.
La recesi¨®n econ¨®mica aniquil¨® los ingresos publicitarios del Post como de tantos otros diarios. Tambi¨¦n se alejaron muchos lectores y anunciantes. Y tambi¨¦n sufri¨® el impacto de las nuevas tecnolog¨ªas y el cambio de mentalidad que exig¨ªa la llegada de internet. Condiciones a las que hoy intentan adaptarse los medios de todo el mundo. En el caso del Post, hab¨ªa un a?adido. Las arcas del diario de la capital depend¨ªan, en gran parte, de los ingresos de anunciantes locales, pero sus ambiciones eran las de mantenerse entre las tres cabeceras nacionales: competir con el Times, retar a The Wall Street Journal.
En plena crisis, aterriza en Washington la web POLITICO, con una edici¨®n impresa cuatro d¨ªas a la semana. El dinamismo de este peque?o medio empieza a atraer a las grandes firmas del periodismo estadounidense, se adelanta en informaciones marca del Post ¡ªcomo la actualidad del Congreso, la Casa Blanca o el Pent¨¢gono¡ª y seduce a los mismos anunciantes que cortejaba el Post: grandes empresas, lobbies y grupos de influencia que buscan la mirada de los pol¨ªticos m¨¢s influyentes del pa¨ªs. El legado de Watergate no sirvi¨® al Post en esta batalla. Tampoco los 47 premios Pulitzer en su haber ni exclusivas m¨¢s recientes como el destape de las condiciones en las que malviv¨ªan los soldados heridos en Irak y Afganist¨¢n mientras se recuperaban de sus lesiones en Walter Reed, el hospital militar de la capital. La deuda acumulada y los problemas de gesti¨®n de la familia Graham hicieron el resto.
El presidente de la compa?¨ªa reconoc¨ªa este lunes que, a pesar de la venta del diario, ¡°el mundo de los medios sigue planteando preguntas para las que no tenemos respuesta¡±. No sabemos si la compra por parte de un empresario es la salvaci¨®n de The Washington Post. Como reflexionaba el periodista Howard Kurtz, analista para el Post desde 1981 hasta 2010, Bezos aporta su gran experiencia en internet. ¡°O quiz¨¢s simplemente est¨¦ subvencionando el buen periodismo¡±.
Es la primera vez que un gigante de la tecnolog¨ªa compra un gran peri¨®dico. Veteranos de la cabecera como Jim Brady, encargado de poner en marcha su edici¨®n digital en los a?os 90 y testigo de los problemas de adaptaci¨®n de la empresa a los retos que impon¨ªa el cambio tecnol¨®gico, no escond¨ªa hoy su asombro. "La ¨²ltima vez que me sent¨ª as¨ª fue cuando, como trabajador de America OnLine [AOL] supe que la compraba Time Warner", escrib¨ªa en Twitter. "Hoy estoy m¨¢s impactado".
Neil Irwin, redactor de Wonkblog en la edici¨®n digital del Post, reconoce que nadie en la redacci¨®n anticipaba un d¨ªa como hoy. "Bezos, con una fortuna personal de 25.000 millones de d¨®lares, se puede permitir ser paciente", asegura Irwin en referencia a la crisis que atraviesan los medios y la ausencia de respuestas para salir de ella. "?l ha demostrado su liderazgo, a?o tras a?o, en Amazon, con grandes beneficios que permiten invertir en su futuro. En el Washington Post solo esperamos que siga en esa misma direcci¨®n, y su mismo juicio como emprendedor, cuando se convierta en nuestro jefe".
Nadie sabe si la fortuna -o la paciencia- de Bezos son la respuesta a la crisis del Post y si de su posible recuperaci¨®n aprender¨¢n otras cabeceras. Tampoco si lo que hace falta a un medio en crisis es la capacidad innovadora de una mente como la del presidente de Amazon. O si la salida est¨¢ en la voluntad de un millonario que financie el trabajo de los periodistas como ya no puede hacerlo la publicidad, ni las suscripciones de los lectores. Pero este lunes, el cambio de manos de este diario marca un antes y un despu¨¦s en la trayectoria de los medios estadounidenses. James Fallows describ¨ªa este lunes la venta de la revista Newsweek ¡ªpropiedad de la misma empresa¡ª hace tres a?os, como "un peque?o temblor" en la industria, que entonces no entendi¨® la ¨ªnfima valoraci¨®n de aquella revista. "Esto es un aut¨¦ntico terremoto".?
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