El largo viaje de la fresa
Hasta llegar a Huelva, la planta madre viene de California y se multiplica en Castilla
Cuando se habla de fresa, autom¨¢ticamente nos viene a la cabeza la imagen Huelva. Fresa como motor para la creaci¨®n de empleo, nacional o de inmigraci¨®n; fresa para inundar los mercados comunitarios; fresa como una de las primeras actividades de la provincia en generaci¨®n de la renta agraria. En definitiva, fresa producida en una zona, pero a partir de una planta que, en su mayor parte, ha llegado tras un viaje de miles de kil¨®metros desde el otro lado del Atl¨¢ntico, con parada de cinco meses para su reproducci¨®n bajo las temperaturas extremas de los campos de Castilla, donde se ha generado una importante industria viverista que ha creado miles de puestos de trabajo en el medio rural.
Como sucede con otros cultivos, especialmente con el de hortalizas en los invernaderos almerienses, la fresa es una de esas producciones clave en la actividad del sector agrario espa?ol, donde se mantiene una fuerte dependencia de la tecnolog¨ªa exterior. En el caso de esta fruta, hace unos a?os casi el 90% de la planta de la fresa que se cultivaba finalmente en Huelva ten¨ªa su origen en las investigaciones desarrolladas en la Universidad de California, fruto de los trabajos realizados por esa entidad junto a la empresa cordobesa Eurosemillas. A partir de esos trabajos, son varias las compa?¨ªas que desarrollan el cultivo de las plantas madre en Estados Unidos sobre unas 2.000 hect¨¢reas en colaboraci¨®n con la Universidad. Es en ese proceso de investigaci¨®n donde se inicia el recorrido de la fresa.
En Castilla se han generado 10.000 empleos gracias a este nuevo cultivo
Las plantas madre son adquiridas por el segmento de los viveristas, que deben abonar un precio por planta de entre 13 y 20 c¨¦ntimos de euro, as¨ª como el importe de los royalties a las compa?¨ªas implicadas en la investigaci¨®n.
El trabajo de multiplicaci¨®n de las plantas madre de la fresa se inici¨® en la Pen¨ªnsula hace m¨¢s de 30 a?os en algunas tierras andaluzas de Granada y ciertos puntos de Extremadura. Sin embargo, desde hace ya casi tres d¨¦cadas, casi el 95% de la producci¨®n de planta para la obtenci¨®n de fresa se lleva a cabo en tierras de Castilla, donde en la actualidad hay unas 1.400 hect¨¢reas dedicadas a este cultivo. De esa superficie, la parte m¨¢s importante, con unas 800 hect¨¢reas, radica en Segovia, especialmente en tierras de Carbonero el Mayor o Mozoncillo; le sigue ?vila, con otra 500 hect¨¢reas en La Mora?a o el valle de Ambl¨¦s; Valladolid, con 200 hect¨¢reas, donde destaca Tordesillas, y en menor medida, la comarca del Cerrato, en Palencia, y El Burgo de Osma, en Soria.
En la casi totalidad de los casos, el trabajo de los viveros se concreta en la multiplicaci¨®n de las plantas madres importadas, aunque ya hay algunos viveros que est¨¢n produciendo su propia planta madre.
El proceso del cultivo de estas plantas en las tierras de Castilla se inicia en torno al mes de abril, con las explotaciones al aire libre, en superficies arenosas, con agua suficiente para llevar a cabo los riegos y temperaturas extremas de fr¨ªo y calor para lograr unos estolones o nuevas ra¨ªces con capacidad para tener una floraci¨®n r¨¢pida cuando sean trasplantadas a otras tierras m¨¢s c¨¢lidas.
Aproximadamente, en cada hect¨¢rea de cultivo se desarrollan entre 12.000 y 20.000 plantas. En Castilla se estima que se cultivan anualmente unos 35 millones de plantas madres de la fresa. En el mes de octubre se lleva a cabo el arranque de la mayor parte de las plantas, la que se denomina para la fresa en fresco, cuando ya han desarrollado su multiplicaci¨®n de estolones. Esta multiplicaci¨®n supone una media de entre 15 y 20 unidades por planta madre, lo que equivale a un total de entre 650 y 700 millones de plantas hijos.
El precio de venta de cada planta oscila entre ocho y 10 c¨¦ntimos de euro. Esta planta es debidamente seleccionada y se somete a un proceso de refrigeraci¨®n a dos grados para su env¨ªo inmediato a los agricultores que ser¨¢n los productores finales de la fruta. La mayor parte de esta planta tiene como destino Huelva y Marruecos para que entre en floraci¨®n r¨¢pidamente desde el mes de enero.
La reproducci¨®n de la fresa se inici¨® en Espa?a hace m¨¢s de 30 a?os
Aproximadamente un 10% de las plantaciones se arrancan en el mes de diciembre, tras haber soportado ya los primeros rigores del invierno. Esta planta, conocida como frigo, no se refrigera, sino que se congela para su env¨ªo desde el mes de marzo a los pa¨ªses del centro de Europa, especialmente a Italia, Alemania u Holanda, para su plantaci¨®n inmediata a fin de entrar en producci¨®n en los meses de verano, sin solaparse con la fresa de Huelva.
La producci¨®n de planta de fresa ha constituido en los ¨²ltimos tiempos una de las actividades m¨¢s pujantes en el marco de la comunidad aut¨®noma castellano-leonesa. Pueblos, sobre todo de las provincias de Segovia, ?vila, Valladolid, Soria y Palencia, que han experimentado un cambio importante con el funcionamiento de m¨¢s de una treintena de empresas de tipo individual o cooperativo y que han supuesto la creaci¨®n y el mantenimiento de casi 10.000 puestos de trabajo; hombres en el caso de los trabajos del campo y mujeres en las tareas de selecci¨®n y clasificaci¨®n de las plantas.
En la mayor parte de los casos se trata de viveros promovidos por agricultores de cada zona. Aunque en ocasiones son productores onubenses que han constituido su propio vivero multiplicador en tierras castellanas. Para Gustavo Herranz, uno de los responsables de Viveros Campi?as, en Segovia, la fresa ha supuesto, sobre todo, la posibilidad de fijar m¨¢s poblaci¨®n en el medio rural y mantener el territorio.
Cultivar una hect¨¢rea para la multiplicaci¨®n de los esquejes de fresa, seg¨²n los datos manejados por el sector, significa unos costes de producci¨®n de entre 40.000 y 55.000 euros. Y que posteriormente, tras la venta de la planta, se traduce en unos ingresos medios que oscilan entre 55.000 y 70.000 euros. En principio es una actividad rentable, aunque desde el sector se valora fundamentalmente por lo que ha representado en el desarrollo de una actividad econ¨®mica diferente a la tradicional y por su papel en el empleo en el medio rural.
Investigaci¨®n y dependencia
La producci¨®n de fresa ha respondido en los ¨²ltimos tiempos a un importante proceso de investigaci¨®n e innovaci¨®n en aspectos que van desde el color hasta el sabor, y muy especialmente a su resistencia para soportar largos transportes sin perder ninguna de sus virtudes.
Estos procesos de investigaci¨®n han mantenido sus puntos m¨¢s fuertes en centros del exterior, pero se ha producido igualmente un importante esfuerzo en el interior. Seg¨²n los datos manejados por el sector, frente al 90% que supon¨ªan las importaciones de esta planta desde Estados Unidos, especialmente de California, hoy ese peso se habr¨ªa reducido hasta algo m¨¢s del 50%. En el sector nacional destaca el esfuerzo hecho desde Freshuelva a trav¨¦s de la sociedad Fresa Nuevos Materiales (FNM), que en la actualidad supone casi el 10% en la venta de esa planta madre. Desde otros pa¨ªses comunitarios cabe destacar igualmente el peso de Planasa, una de las mayores empresas comunitarias en el segmento de los viveristas, y que tambi¨¦n se halla implantada en Espa?a.
A un nivel m¨¢s reducido, tambi¨¦n cabe se?alar el desarrollo de trabajos de investigaci¨®n sobre nuevas variedades con plantas madre de empresas como California, Grupo Medina y una parte de los viveros de menor tama?o de tierras castellanas.
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