Crecimiento oportuno
A Alemania todav¨ªa le quedan tareas pendientes, como su dependencia de la industria
El inicio de la campa?a electoral alemana, en la que la canciller Angela Merkel opta a un tercer mandato, ha sido pavimentado por un oportuno salto del crecimiento econ¨®mico. El segundo semestre se sald¨® con un aumento del PIB del 0,7%, que contrast¨® significativamente con el 0,1% del trimestre anterior, y que sirvi¨® para arrancar a la UE de una recesi¨®n que duraba y a?o y medio.
?Es ese dato producto del azar o de una astuta previsi¨®n gubernamental para facilitar unos buenos resultados electorales a los partidos de la coalici¨®n en el poder?
Sin necesidad de acudir a explicaciones conspirativas, conviene se?alar que buena parte del buen resultado del primer semestre se debe al aumento del consumo interno, y que este ha sido empujado por una pol¨ªtica salarial m¨¢s laxa, no solo en el sector privado, sino tambi¨¦n en el p¨²blico. Y que esta realidad concuerda con un programa econ¨®mico electoral democristiano de tonos menos restrictivos, que se ha inspirado en gran medida en las propuestas suavemente keynesianas de la socialdemocracia: menos moderaci¨®n salarial, mayor gasto p¨²blico y una visi¨®n algo menos estricta de la pol¨ªtica de saneamiento de las finanzas p¨²blicas, tambi¨¦n a nivel europeo.
Hay que subrayar, sobre todo para quienes se refocilan en repetir los yerros pasados, que, ya sea por azar, ya sea por c¨¢lculo, ya sea por una mezcla de ambos, el buen resultado del segundo semestre es sustancialmente tributario de esa inflexi¨®n de la pol¨ªtica econ¨®mica: la coyuntura mejora porque se gasta m¨¢s, no porque aumente la austeridad. Todo indica que los alemanes, sin cerrar completamente la mano derecha al ahorro, han abierto bastante la izquierda a un mayor consumo, tambi¨¦n en bienes de larga duraci¨®n, como la vivienda, que registra crecimientos del orden del 10%.
Claro est¨¢ que eso se produce sobre la base de unas finanzas p¨²blicas y familiares no sometidas a un exceso de endeudamiento ¡ªa diferencia de otros lugares¡ª y a un desempleo que se ha conseguido acotar a menos del 7% de la poblaci¨®n activa, aunque sea a costa de (poco sugestivos) trabajos precarios ¡ªlos llamados minijobs¡ª y de una activa (y envidiable) pol¨ªtica activa de reparto del empleo, en distintas f¨®rmulas. Y naturalmente, sobre la revalidaci¨®n de la tradicional capacidad exportadora, que permite a Alemania mantener su pedazo en el pastel del comercio mundial (como le ha ocurrido, otra excepci¨®n, a Espa?a), aunque no incrementarlo como ser¨ªa de esperar, dado su excesivo anclaje de las ventas a los pa¨ªses m¨¢s pr¨®ximos.
Esta limitaci¨®n no es la ¨²nica de la econom¨ªa alemana. La escasa renovaci¨®n de sus infraestructuras, sobre todo de transporte; el baj¨ªsimo tono de su natalidad, que no se compensa por una pol¨ªtica de inmigraci¨®n suficientemente agresiva, y el exceso de dependencia de su (admirable) sector industrial, en detrimento de una cierta apuesta por los servicios, aunque fuese modesta, son algunas de las asignaturas pendientes para que Alemania logre dar de s¨ª todo lo que puede.
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