Un mill¨®n de amas de casa buscan empleo y m¨¢s hombres se quedan en casa
La crisis acelera la incorporaci¨®n de mujeres al mercado laboral desde 2008 mientras un 31% m¨¢s de varones declara que no busca empleo y se dedica a la casa
El d¨ªa que Maica P¨¦rez, de 52 a?os, recibi¨® una llamada para volver a trabajar como limpiadora, no se lo pens¨® dos veces. Adem¨¢s, era en su propio pueblo, Artajona, una peque?a localidad navarra con apenas 1.700 personas empadronadas. Llevaba tres a?os dedicada exclusivamente a las ¡°labores del hogar¡±, t¨¦rmino utilizado en la encuesta de poblaci¨®n activa (EPA) para referirse a las amas de casa en situaci¨®n de inactividad, es decir, que no buscan empleo. Este colectivo ha adelgazado progresivamente en Espa?a desde finales de los setenta. Pero, con motivo de la crisis, se reduce a pasos cada vez m¨¢s veloces. Desde principios de 2008 se ha acelerado la incorporaron al mercado laboral de casi un mill¨®n de amas de casa.
Un efecto derivado de las dificultades econ¨®micas que atraviesan los hogares espa?oles. ¡°Por ello, muchas mujeres han decidido dar un paso adelante¡±, recalca Isabel ?vila, presidenta de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones de Amas de Casa, Consumidores y Usuarios (Ceaccu). Los datos de la EPA revelan que, desde el arranque de la coyuntura, se ha pasado de los 4,51 millones de mujeres dedicadas a ¡°sus labores¡± a los 3,55 actuales.
En contraste con ellas, el hombre juega un papel absolutamente diferente en este fen¨®meno derivado de la coyuntura. Frente a la reducci¨®n del n¨²mero de amas de casa inactivas, los hombres dedicados exclusivamente a ¡°labores del hogar¡± aumentaron durante la coyuntura en un 31%. Seg¨²n la EPA del segundo trimestre de 2013, un total de 355.100 amos de casa se dedican a estas tareas actualmente, frente a los 270.400 que lo hac¨ªan al inicio de 2008.
Almudena Fontecha, secretaria para la igualdad de UGT, recalca que ¡°tradicionalmente¡± la mano de obra femenina ha jugado un papel comod¨ªn en las crisis. ¡°A pesar de las dificultades econ¨®micas, siempre han manifestado su voluntad de trabajar. Pero ahora la mujer tiene una vocaci¨®n de permanencia¡±, reflexiona la sindicalista. ¡°El papel de la mujer ha sido fundamental para salvaguardar la econom¨ªa dom¨¦stica golpeada por la recesi¨®n¡±, a?ade Adecco, empresa especialidad en recursos humanos, en su s¨¦ptimo Informe sobre el perfil de la mujer trabajadora.
Se ha pasado de los 4,51 millones de mujeres dedicadas a ¡°sus labores¡± a los 3,55 actuales
¡°En mi decisi¨®n para aceptar el empleo influyeron las razones econ¨®micas. Fue casi una obligaci¨®n. Mi marido tambi¨¦n trabaja, pero son muchos gastos: hipoteca, los estudios de los ni?os... No lleg¨¢bamos¡±, explica Maica, con dos hijas. La mayor, de 26 a?os, es peluquera y ya se ha independizado. La peque?a, de 20, estudia Ingenier¨ªa El¨¦ctrica en la Universidad P¨²blica de Navarra. ¡°El problema suele ser que el marido o los hijos se han quedado en paro, o les han reducido la jornada. En esa situaci¨®n, se pone a trabajar el miembro que tiene m¨¢s facilidad¡±, apostilla ?vila.
La disminuci¨®n del colectivo de amas de casa constituye un fen¨®meno social que arranc¨® con el final del franquismo y sigui¨® con la progresiva incorporaci¨®n de la mujer al mercado de trabajo. Seg¨²n la serie estad¨ªstica de la EPA, las dedicadas en exclusiva a ¡°sus labores¡± ascend¨ªan hasta los 7,7 millones en 1976. Cifra que empez¨® a caer entonces, sufri¨® un desplome radical en 1987, y volvi¨® despu¨¦s a su tendencia de descensos moderados. Hasta la crisis.
Andaluc¨ªa ha sido la comunidad aut¨®noma donde m¨¢s fuerte irrumpi¨® este fen¨®meno
La presencia progresiva de m¨¢s chicas j¨®venes en el mercado de trabajo sucede desde los setenta. ¡°Pero la Ley de Dependencia tambi¨¦n fue un gran yacimiento de empleo para la mujer¡±, apostilla Antonia Martos, responsable de la secretar¨ªa de la mujer en la secci¨®n auton¨®mica de CC OO. Con la crisis se ha acelerado el ritmo de incorporaci¨®n al mercado laboral de inactivos dedicados a sus labores (hombres y mujeres). Seg¨²n cifras de la EPA, se redujo en 393.800 personas entre 2003 y principios de 2008. En un periodo de tiempo similar, entre 2008 y mediados de 2013, ese dato se duplica: 876.700.
Andaluc¨ªa ha sido la comunidad aut¨®noma donde m¨¢s fuerte irrumpi¨® este fen¨®meno. La regi¨®n ha perdido 251.500 amas de casa (-28%) durante la coyuntura, cifr¨¢ndose actualmente en unas 667.300. ¡°Muchas mujeres sienten ahora una mayor necesidad de incorporarse. Estas representaron en junio el 70% de los nuevos demandantes de empleo en Andaluc¨ªa, j¨®venes y amas de casa sobre todo¡±, apunta Martos.
La navarra Maica trabaja 19 horas a la semana. Reconoce que ha tenido ¡°suerte¡± a la hora de encontrar un empleo. ¡°Porque la situaci¨®n est¨¢ realmente muy complicada¡±, medita. El perfil de las amas de casa que comienzan una b¨²squeda activa de trabajo coincide generalmente, subraya Isabel ?vila, con mayores de 45 a?os y con escasa formaci¨®n. Dos factores que se presentan como sus grandes inconvenientes para encontrar un hueco en el mercado laboral. ¡°Por ello se ha producido una incorporaci¨®n de la mujer a empleos poco cualificados¡±, apostilla la presidenta de Ceaccu. ¡°Sobre todo de confecci¨®n y limpieza¡±, a?ade Martos.
Toda la familia activa
Cuando uno de los miembros de la familia pierde su empleo, el resto de los que estaban inactivos hasta entonces salen a buscar trabajo para amortiguar el impacto. Es el conocido como efecto del trabajador a?adido. Se ha repetido en las diferentes recesiones econ¨®micas. Y en esta crisis, que dura ya cinco a?os, vuelve con fuerza. La ¨²ltima EPA estima que en Espa?a existen 3,9 millones de personas dedicadas en exclusividad a las tareas de su casa y que no buscan trabajo. Es el dato m¨¢s bajo desde 1976, a?o en que empieza el hist¨®rico del INE. Supone un 19% menos que en 2008, cuando el colectivo lo conformaban 4,78 millones de hombres y mujeres. La edad no es un impedimento: desde el arranque de la crisis, la tasa de actividad entre la poblaci¨®n femenina mayor de 40 a?os experimenta un r¨¢pido aumento. Entre las mujeres de 40 a 44 la es del 82%, frente al 74% de 2008; de 45 a 49 a?os, del 80% (67% antes); entre los 50 y los 54, del 71% (antes el 60%); y de 55 a 59 a?os, 58% frente al 43% de hace un lustro.
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