Nokia, Europa y el futuro
El Viejo Continente muestra s¨ªntomas preocupantes
En 1999, Nokia era la empresa con mayor capitalizaci¨®n burs¨¢til de Europa, y se acercaba al Top 10 global superando a BP, AT&T, AOL o Coca-Cola. La empresa finlandesa era la joya de la corona, la que m¨¢s terminales vend¨ªa y la l¨ªder de un mercado que pon¨ªa los dientes largos a los analistas. En 2007, el a?o que el iPhone sali¨® al mercado, la cuota de Nokia en el pujante segmento smartphone era de casi el 50%. Europa era l¨ªder en despliegue de redes 3G y marcaba tendencias con paso firme.
La semana pasada, la estadounidense Microsoft adquir¨ªa la divisi¨®n de telefon¨ªa y servicios m¨®viles de Nokia por menos de 4.000 millones de euros, m¨¢s un pago adicional por el derecho de uso de su propiedad intelectual. Microsoft pagaba la operaci¨®n con el ahorro fiscal que le supon¨ªa no repatriar los beneficios de sus operaciones exteriores y se aseguraba el control de la empresa que vend¨ªa m¨¢s del 80% de los dispositivos que usan su sistema operativo. Stephen Elop volv¨ªa triunfalmente a Microsoft justo a tiempo de incorporarse como favorito a la carrera por la sucesi¨®n de un Steve Ballmer al que el consejo de administraci¨®n hab¨ªa invitado a irse. La gesti¨®n de Elop al frente de Nokia, caracterizada por el abandono de los desarrollos propios y el compromiso inequ¨ªvoco con un sistema minoritario como Windows Phone, supuso la manera perfecta de poner en bandeja la compa?¨ªa a un precio atractivo para Microsoft: un aut¨¦ntico caballo de Troya.
Con la venta de Nokia, Europa pierde el tren en un terreno que marca la agenda del futuro tecnol¨®gico. Retrasado ya en el despliegue global de las redes 4G, el continente ve c¨®mo la pr¨¢ctica totalidad de los desarrollos tecnol¨®gicos que marcan tendencia ocurren en Asia o EE UU, en entornos que se autofertilizan como c¨ªrculos virtuosos: m¨¢s empresas tecnol¨®gicas suponen un polo de atracci¨®n para trabajadores cualificados, para universidades y centros de investigaci¨®n, y para la financiaci¨®n. Mientras Asia apuesta por s¨ª misma ¡ªCorea del Sur es la muestra de lo que una econom¨ªa del tama?o de Espa?a puede hacer apostando por la tecnolog¨ªa en lugar de por el ladrillo¡ª, EE UU se constituye en meca tecnol¨®gica que atrae a emprendedores, investigadores y trabajadores cualificados de todo el mundo.
La vieja Europa muestra s¨ªntomas preocupantes: defectos de forma que le impiden actuar como un verdadero mercado ¨²nico, lobbies que penetran sus mecanismos de gobierno, protecci¨®n de sus dinosaurios y una escler¨®tica falta de iniciativa. Mientras al otro lado del Atl¨¢ntico se alimenta un escenario proclive a la innovaci¨®n y a la generaci¨®n de valor a?adido con una cultura emprendedora implantada en lo m¨¢s hondo de la gen¨¦tica colectiva, en Europa los emprendedores se sienten como quien env¨ªa sus naves a luchar contra los elementos.
Tal vez la venta de Nokia acabe teniendo alg¨²n efecto positivo: talento incubado en la compa?¨ªa, incluyendo a su dise?ador estrella, Marko Ahtisaari, fluir¨¢ ahora hacia startups y nuevas iniciativas. Jolla, por ejemplo, es un proyecto recreado por ex-empleados a partir de MeeGo, el sistema que la compa?¨ªa abandon¨® en 2011. Berl¨ªn, Londres y otras ciudades empiezan a desarrollar cierto ¨¢nimo emprendedor que permite entrever cierta esperanza. ?Llegaremos a ver un escenario que alimente el desarrollo de ideas como ocurre en EE UU? ?O terminar¨¢n fracasando ¡ªo siendo adquiridas¡ª por un gigante norteamericano?
Tras haber sido enormemente exitosa, Nokia se burocratiz¨®, perdi¨® su ventaja y termin¨® siendo adquirida. ?Es Nokia una met¨¢fora del futuro tecnol¨®gico de Europa?
Enrique Dans es profesor de IE Business School.
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