Marruecos, los peces de oro
Un centenar de barcos espa?oles amarrados desde hace a?os faenar¨¢n con el nuevo acuerdo pesquero
Casi dos a?os de encuentros y desencuentros han sido necesarios para lograr un nuevo acuerdo de pesca entre Marruecos y la Uni¨®n Europea. Unos 125 barcos comunitarios, de los que m¨¢s de un centenar ser¨¢n espa?oles, podr¨¢n faenar por un periodo de cuatro a?os en aguas de ese pa¨ªs y del S¨¢hara, cuyo territorio se halla hoy bajo la administraci¨®n de Rabat. Suscrito ese acuerdo entre la Comisi¨®n Europea y el Gobierno marroqu¨ª, los barcos siguen amarrados en los puertos andaluces y canarios a la espera de que el pacto sea ratificado por el Parlamento Europeo ante la decisi¨®n de la contraparte de no aceptar su aplicaci¨®n provisional.
La flota espa?ola, primera de la Uni¨®n Europea por potencial, a pesar del duro ajuste experimentado en las ¨²ltimas d¨¦cadas, se ha visto hist¨®ricamente obligada a faenar fuera de sus aguas debido, fundamentalmente, a una veintena de acuerdos suscritos hasta 1986 por Espa?a y, posteriormente, por Bruselas. De ese conjunto de acuerdos en vigor, el de Marruecos puede considerarse ¨²nico, no solo por el volumen de capturas, sino por la cercan¨ªa de los caladeros para una parte muy importante de la flota andaluza y canaria y por su capacidad para generar empleo directo e indirecto en la mar y en la costa.
Las negociaciones con las autoridades de Rabat nunca han sido f¨¢ciles debido a la voluntad marroqu¨ª de obtener unos elevados ingresos y a la necesidad de caladeros de una serie de puertos espa?oles. Adem¨¢s, se trata de un acuerdo que siempre ha tenido un plus a?adido. Marruecos ha puesto sistem¨¢ticamente en la balanza de las compensaciones la mejora de sus condiciones en los acuerdos agr¨ªcolas con la Uni¨®n Europea, un mercado esencial para dar salida a sus crecientes producciones.
Los acuerdos con Marruecos datan de los a?os noventa, y las cosas comenzaron a torcerse en 1999. En esa fecha se produjo el bloqueo en las negociaciones de renovaci¨®n, lo que supuso la ausencia de un nuevo compromiso hasta el a?o 2005. El resultado fue la desaparici¨®n de una parte muy importante de una flota que lleg¨® a contar con 800 barcos. Parte de esa flota fue al desguace, otra busc¨® nuevos caladeros y 300 embarcaciones resistieron temporalmente el embate. Finalmente, en 2005 se produjo la firma de un nuevo acuerdo, pero no entr¨® en vigor hasta dos a?os despu¨¦s, lo que supuso un goteo de nuevos abandonos.
La falta de acuerdo dio lugar a la formaci¨®n de 200 empresas mixtas
La aplicaci¨®n del acuerdo entre 2007 y 2011 signific¨® la posibilidad de volver a faenar en aguas de Marruecos y del S¨¢hara para un centenar de barcos, con una compensaci¨®n total por parte de la Uni¨®n Europea de 144 millones de euros, a los que se sumaron las cuotas de los armadores en funci¨®n del tipo de pesca, barco o caladero. La Comisi¨®n y Rabat acordaron el 27 de febrero de 2011 una pr¨®rroga del mismo por un periodo de un a?o, que no pudo cumplirse ante la decisi¨®n del Parlamento Europeo de no ratificarla el 14 de diciembre de ese mismo a?o, obligando a regresar a puerto a toda la flota.
Esta casi permanente tensi¨®n en las relaciones pesqueras entre Marruecos y la Uni¨®n Europea, con Espa?a como reh¨¦n, ha sido una de las razones por las que una parte muy importante de ese sector de la pesca espa?ol ha optado en los ¨²ltimos a?os por la constituci¨®n de un elevado n¨²mero de empresas mixtas en Marruecos para mantener la actividad. Por esta l¨ªnea apostaron casi 300 barcos, n¨²mero que en la actualidad se ha reducido a unos 200.
El nuevo acuerdo, pendiente del cierre de algunos flecos, tendr¨¢ una duraci¨®n de cuatro a?os. Gracias a ¨¦l podr¨¢n operar en aguas de ese pa¨ªs y en las del S¨¢hara un total de 125 barcos, de los que un centenar ser¨¢n espa?oles ¡ªcomo en los acuerdos anteriores¡ª, fundamentalmente con base en Andaluc¨ªa y Canarias. El nuevo acuerdo tendr¨¢ un coste anual de 40 millones de euros, de los que 30 corresponder¨¢n a las arcas comunitarias, y otros 10, a las cuotas a pagar por los armadores. Para Espa?a, el acuerdo supondr¨¢ la posibilidad de realizar unas capturas estimadas en unas 60.000 toneladas y significa empleo fijo directo para 800 marineros, a los que se suma el empleo indirecto en tierra para una parte de la costa andaluza y canaria.
Para Javier Garat, secretario general de la Confederaci¨®n Espa?ola de Organizaciones Pesqueras (Cepesca), en l¨ªneas generales se trata de un acuerdo satisfactorio por cuanto introduce algunas mejoras t¨¦cnicas importantes, salvo en la modalidad de arrastre de profundidad. Pero el acuerdo tiene tambi¨¦n su parte negativa, donde Marruecos mantiene su presi¨®n. El nuevo compromiso aumenta las exigencias a los barcos comunitarios para el embarque de personal marroqu¨ª seg¨²n el tipo de flota, que en conjunto supone la contrataci¨®n de m¨¢s de 300 personas. Igualmente, Marruecos ha logrado aumentar el porcentaje de desembarques de pescado en puertos de ese pa¨ªs, hasta un 30% en alguna modalidad, donde el sector denuncia la falta de las infraestructuras necesarias.
Rabat logra m¨¢s ingresos y aumenta los marineros embarcados
A pesar de las mayores exigencias de Marruecos, el sector espera que el acuerdo no sea bloqueado por la Euroc¨¢mara y acabar ya con los amarres subvencionados en los puertos.
La doble moral de los europarlamentarios
El ministro de Agricultura, Miguel Arias Ca?ete, hac¨ªa recientemente un llamamiento a los parlamentarios europeos para que valoraran la importancia del acuerdo con Marruecos para el sector pesquero y la necesidad de que se produzca cuanto antes la aprobaci¨®n de un texto que ser¨¢ defendido por la representante espa?ola Carmen Fraga (PP).
No le falta raz¨®n al ministro espa?ol para esperar lo peor de los europarlamentarios, especialmente en vista de lo sucedido en diciembre de 2011, cuando acordaron no ratificar la pr¨®rroga del acuerdo suscrito por la Comisi¨®n y obligaron a volver a puerto a un centenar de barcos espa?oles.
Aparte de las condiciones t¨¦cnicas o econ¨®micas, en el acuerdo con Marruecos ha tenido en la ¨²ltima d¨¦cada un peso muy importante la situaci¨®n de los territorios del S¨¢hara, actualmente bajo la Administraci¨®n de Rabat, en cuyas aguas opera una parte muy importante de la flota. Muchos europarlamentarios, fundamentalmente los procedentes de los pa¨ªses del norte de la Uni¨®n Europea y los integrantes de los grupos ecologistas y verdes, han considerado tradicionalmente que los acuerdos con Marruecos no se deber¨ªan firmar mientras no se tuvieran garant¨ªas sobre el trato dado a la poblaci¨®n saharaui, que parte de los fondos que aporta la Uni¨®n Europea no vayan a parar a ese territorio y que Marruecos cumpla las normas sobre derechos humanos con toda su poblaci¨®n, exigencias sobre las que las autoridades de Rabat no quieren ni hablar.
Al margen de cu¨¢les sean las condiciones de la poblaci¨®n saharaui y de los fondos que llegan a sus territorios, la realidad es que los europarlamentarios de esos pa¨ªses del norte manejan un doble lenguaje, una doble moralidad. A los mismos legisladores no les tiembla el pulso a la hora de aprobar el acuerdo agr¨ªcola con el mismo pa¨ªs, por el que aumentan unas importaciones que por volumen y precios benefician especialmente a los pa¨ªses del norte y centro de la Uni¨®n Europea y perjudican los intereses de los pa¨ªses del sur, especialmente de Espa?a. Son los mismos europarlamentarios que amenazan con bloquear un acuerdo de pesca que coloca a Espa?a como principal pa¨ªs afectado por el n¨²mero de barcos, aunque no sea el pa¨ªs que m¨¢s pesque.
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