Cinco a?os despu¨¦s del colapso de Lehman, la banca sigue entra?ando riesgos
Cinco a?os despu¨¦s del colapso de Lehman Brothers, la banca estadounidense est¨¢ m¨¢s concentrada en unas pocas entidades y sigue entra?ando riesgos mientras las regulaciones al sector que se iniciaron tras la crisis permanecen incompletas en este pa¨ªs.
El 15 de septiembre de 2008, el que fuera uno de los principales bancos de inversi¨®n de Estados Unidos se ve¨ªa forzado a declararse en bancarrota despu¨¦s de que la Casa Blanca y la Reserva Federal decidieran no acudir a su rescate y que las mayores entidades del pa¨ªs rechazaran hacerse con ¨¦l.
El colapso de Lehman Brothers provocaba un efecto domin¨® en el sector financiero que finalmente llev¨® al Gobierno estadounidense a intervenir con unos masivos programas de rescate y que desencadenar¨ªa en la crisis m¨¢s profunda y prolongada desde la Gran Depresi¨®n de los a?os 30.
Un lustro despu¨¦s, la banca estadounidense est¨¢ m¨¢s concentrada en unos pocos colosos, puesto que los activos de las seis mayores entidades financieras de este pa¨ªs son ahora un 28 % superiores a los niveles de 2007, pero se han dado pasos para reforzar su estabilidad.
Y es que, en julio de 2010, se adopt¨® la ley "Dodd-Frank", una ambiciosa legislaci¨®n de 3.200 p¨¢ginas gracias a la cual los mayores bancos de Estados Unidos han tenido que crear una suerte de "testamentos vivientes", unas hojas de ruta para ser liquidados en el caso de nuevas crisis.
Estos "testamentos" permitir¨ªan que, en el caso de que vuelvan a encontrarse en una situaci¨®n como la que atraves¨® Lehman Brothers, se evitase el fren¨¦tico fin de semana en el que las autoridades reguladoras no alcanzaron a entender la verdadera dimensi¨®n de los activos del banco.
Adem¨¢s, la legislaci¨®n ha conseguido someter a unas "pruebas de estr¨¦s" anuales a las 18 mayores entidades financieras del pa¨ªs que en marzo pasado tan solo suspendi¨® Ally Financial, ya que las dem¨¢s lograban superar el 5 por ciento en la ratio de capital de mayor calidad que establece como m¨ªnimo la Reserva Federal.
El a?o que viene, doce nuevos bancos tendr¨¢n que pasar por esas pruebas y se ha incluido a dos compa?¨ªas, la aseguradora American International Group (AIG, que tuvo que ser rescatada en la crisis) y el brazo financiero de General Electric, a ser sujetas a una supervisi¨®n similar.
Sin embargo, solamente un 40 % de las normas de la ley "Dodd-Frank" han sido implementadas, seg¨²n estima la firma de abogados Davis-Polk, al tiempo que un 23 % no han sido ni propuestas ni finalizadas, entre ellas la controvertida "Volcker Rule".
Esa norma, bautizada en honor al que fuera presidente de la Reserva Federal Paul Volcker, busca prohibir a los bancos hacer inversiones especulativas en beneficio propio y no en el de sus clientes, lo que se ha encontrado con la oposici¨®n frontal de los pesos pesados de Wall Street.
En mayo del a?o pasado se reabr¨ªa el debate sobre la necesidad de poner finalmente en marcha esa normativa despu¨¦s de que se descubriera que JPMorgan Chase incurri¨® en unas p¨¦rdidas de m¨¢s de 6.000 millones de d¨®lares debido a unas arriesgadas operaciones en derivados en su oficina de Londres.
De hecho, el secretario del Tesoro estadounidense, Jacob Lew, reconoci¨® este verano al canal financiero CNBC que quiere que la mayor parte de la ley "Dodd-Frank" se implemente para finales de a?o para poder decir que se ha puesto fin al concepto de los "demasiado grandes para caer".
Si bien una gran mayor¨ªa del sector financiero estadounidense achaca la escasez de circulaci¨®n del cr¨¦dito a las nuevas normas que s¨ª entraron en vigor tras la crisis, algunos importantes directivos como el consejero delegado de Pimco, Mohamed El-Erian, creen que no se ha hecho lo suficiente.
"Dada la importancia sist¨¦mica (de los bancos occidentales), muchos de ellos fueron rescatados y, con apoyo institucional, volvieron a los beneficios bastante r¨¢pido", recordaba El-Erian en un ensayo publicado el mes pasado, titulado "El m¨®rbido legado de Lehman".
"Sin embargo, no han sido sujetos a impuestos sobre los beneficios extraordinarios y los pol¨ªticos no han hecho lo suficiente para alterar los incentivos estructurales que animan al riesgo excesivo", concluy¨® el directivo.
Teresa de Miguel
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