?Luz al final del t¨²nel?
Las exportaciones han iniciado una recuperaci¨®n tras la brusca ca¨ªda registrada el pasado invierno y las encuestas industriales anticipan buenas perspectivas para este trimestre. El verano tur¨ªstico tambi¨¦n ha sido bueno, apoyado por la crisis en Egipto. Despu¨¦s de la dura reca¨ªda en la recesi¨®n de 2012, sin duda son excelentes noticias. No obstante, en 2009 la recuperaci¨®n de exportaciones fue incluso m¨¢s intensa y deber¨ªamos haber aprendido que es condici¨®n necesaria para salir de la crisis pero no suficiente.
La cruda realidad es que Espa?a ha registrado el sexto peor dato de PIB de los 27 pa¨ªses de la Uni¨®n Europea en el segundo trimestre. Adem¨¢s el INE nos confirm¨® que, eliminando el efecto estacional, la econom¨ªa espa?ola sigue destruyendo empleo con mucha intensidad. Solo en el primer semestre de 2013 se han destruido 317.000 empleos asalariados por cuenta ajena. Si los comparamos con los casi 900.000 empleos destruidos en 2012 puede parecer un buen dato, pero en seis meses se han destruido m¨¢s empleos que en todo 2010 y casi en 2011.
El consumo privado parece que ha encontrado un suelo. Pero las ventas de coches han retrocedido hasta niveles de los a?os setenta, a pesar del Plan Pive. Las ventas minoristas han vuelto a niveles de 1994 y, tras un desplome hist¨®rico en 2012, acumulan una ca¨ªda del 30% desde 2007. Sin buenas perspectivas para el empleo, devaluaci¨®n salarial intensificada por la reforma laboral, nueve millones de pensionistas perdiendo capacidad adquisitiva, emigraci¨®n y ca¨ªda de poblaci¨®n, parados perdiendo la prestaci¨®n, familias sometidas a restricci¨®n de cr¨¦dito y m¨¢s recortes que est¨¢n por llegar, el gasto de las familias seguir¨¢ en el fondo durante un periodo prolongado y es vulnerable a reca¨ªdas.
Las ventas de viviendas siguen en ca¨ªda libre
Las ventas de viviendas siguen en ca¨ªda libre y los precios tambi¨¦n. Con el escenario anterior de renta y de expectativas es comprensible. Adem¨¢s, el aumento de los tipos de inter¨¦s de las hipotecas hace que el esfuerzo financiero de una familia para comprar una casa haya compensado la ca¨ªda del precio y si no revierte la restricci¨®n de cr¨¦dito los precios tendr¨¢n que seguir cayendo para mejorar la accesibilidad a la compra.
Hemos visto una mejora en la prima de riesgo, al igual que en el resto de pa¨ªses perif¨¦ricos. Pero es un espejismo ya que la fuga de capitales contin¨²a y son los bancos nacionales los mayores compradores de deuda p¨²blica. En el primer semestre, los inversores internacionales han reducido su inversi¨®n en bonos y acciones espa?olas en 16.000 millones. Si lo comparamos con los casi 100.000 millones que salieron de Espa?a el primer semestre de 2012 provocados por la crisis de Bankia puede parecer un buen dato. Pero nuestra crisis es de deuda externa, la mayor parte privada, y la hemorragia contin¨²a.
Este deterioro de la capacidad de pago de nuestras empresas y familias ha debilitado a¨²n m¨¢s a nuestro sistema bancario. Sus m¨¢rgenes caen, la morosidad aumenta y los precios de las garant¨ªas disminuyen, principalmente la vivienda. Esto, junto a sus dificultades para emitir bonos en los mercados internacionales, ayuda a explicar la restricci¨®n de cr¨¦dito tan intensa que padecen nuestras empresas y familias. Solo el pasado mes de julio el cr¨¦dito se desplom¨® en 27.000 millones y acumula una ca¨ªda hist¨®rica de casi 300.000 millones en esta legislatura.
Grecia no tiene dinero para pagar las pensiones de septiembre, Portugal necesitar¨¢ m¨¢s dinero, la morosidad y la dependencia del BCE de la banca irlandesa es insostenible, nuestro d¨¦ficit sigue pr¨®ximo al 7,5% y la deuda p¨²blica se aproxima al 100%. Con este panorama, lo m¨¢s probable es que la luz sea otro tren que viene a arrollarnos. Prudencia.
Jos¨¦ Carlos D¨ªez. Profesor de econom¨ªa de Icade Business School.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.