Obama se inspira en Clinton ante un cierre muy diferente al de 1996
La estrategia ante el cierre de la Administraci¨®n seguida por el presidente de EE.UU., Barack Obama, muestra claros ecos de la que emprendi¨® su predecesor, Bill Clinton, en la ¨²ltima par¨¢lisis de la burocracia federal hace 17 a?os, pero el distinto origen de ambas crisis presagia una resoluci¨®n diferente.
A lo largo de su mandato, Obama ha tomado a Clinton como referencia en numerosas ocasiones. Pero quiz¨¢ es en la actual crisis en la que m¨¢s conf¨ªa en parecerse al ¨²ltimo dem¨®crata que presidi¨® Estados Unidos, que en 1995 y 1996 hizo frente a dos cierres seguidos de la Administraci¨®n y logr¨® salir reforzado de ellos.
La actual crisis fiscal y la de entonces tienen apenas dos similitudes, seg¨²n quienes han vivido ambas: que en la Casa Blanca hay un presidente dem¨®crata y que los republicanos tienen mayor¨ªa en la C¨¢mara de Representantes.
No obstante, Obama parece haber calcado la estrategia que traz¨® entonces Clinton: definir a sus opositores como individuos cegados por una obsesi¨®n partidista y dispuestos a poner en riesgo el futuro econ¨®mico del pa¨ªs por su propio r¨¦dito pol¨ªtico.
Si Clinton acus¨® en 1995 a los republicanos de "poner la ideolog¨ªa por encima del sentido com¨²n", el actual mandatario ha cargado contra la oposici¨®n por emprender una "cruzada ideol¨®gica" contra la reforma sanitaria de 2010.
"Lo ¨²nico que est¨¢ impidiendo (que se resuelva esta situaci¨®n) es que John Boehner no ha sido capaz de decir 'no' a una facci¨®n del partido republicano que est¨¢ dispuesta a quemarlo todo por una obsesi¨®n con mi iniciativa de salud", lament¨® el mi¨¦rcoles Obama.
Varios altos cargos del gabinete de Obama, entre ellos el secretario del Tesoro, Jack Lew, y su directora de presupuesto, Sylvia Burwell, fueron actores clave en las dos crisis que vivi¨® Clinton, que mantuvieron la Administraci¨®n cerrada una semana en noviembre de 1995 y tres semanas entre diciembre de ese a?o y enero de 1996.
Quiz¨¢ por su influencia, la Casa Blanca est¨¢ aprovechando todas las oportunidades que encuentra para que Obama y sus asesores expliquen los efectos del cierre.
En la crisis de 1995, Clinton enviaba casi a diario a la sala de prensa a su subdirector de presupuesto, John Koskinen, para exponer detalladamente las consecuencias del desacuerdo para los ciudadanos.
Entonces, la disputa se basaba en la demanda republicana de aprobar un presupuesto que permitiera equilibrar el d¨¦ficit en poco tiempo, lo que choc¨® con la negativa de Clinton a permitir recortes en prioridades dem¨®cratas como la educaci¨®n o el medio ambiente.
El Gobierno se reabri¨® en enero de 1996 con un acuerdo para financiar la Administraci¨®n con la condici¨®n de iniciar un proceso para equilibrar el d¨¦ficit federal en los diez a?os siguientes.
Para entonces, las encuestas deparaban pobres ¨ªndices de aprobaci¨®n a los republicanos, exitosamente retratados por la Casa Blanca como los culpables de una crisis que cost¨® alrededor de 1.400 millones de d¨®lares a los estadounidenses.
"Hubo una revuelta (p¨²blica), y (los l¨ªderes republicanos) simplemente no consiguieron controlar a sus correligionarios", record¨® Tom Davis, que entonces era congresista republicano, en declaraciones a la cadena CBS.
A ese factor se sum¨® el temor del entonces l¨ªder de la mayor¨ªa republicana en el Senado, Bob Dole, a que la crisis hundiera sus aspiraciones presidenciales en las elecciones generales de 1996.
Hoy, los l¨ªderes republicanos est¨¢n m¨¢s preocupados por perder sus asientos en las elecciones legislativas del pr¨®ximo a?o, y su principal reivindicaci¨®n no tiene que ver con el d¨¦ficit, como entonces, sino con la reforma sanitaria aprobada por Obama.
Esa diferencia hace dif¨ªcil que la situaci¨®n se resuelva con un "gran acuerdo" como el que hubo entonces, que permita financiar el Gobierno a largo plazo y en el que ambos lados cedan, seg¨²n indic¨® hoy el analista del diario The Washington Post Chris Cilliza.
"Ahora mismo, incluso parece lejano un acuerdo mediano, que combine un poco de reforma tributaria y un poco de reforma en la seguridad social, unida a la reapertura del Gobierno y el alza del techo de la deuda", se?al¨® Cilliza.
Obama puede encontrar consuelo en que, si bien el ¨²ltimo cierre del Gobierno de 1995 acab¨® reforzando la popularidad de Clinton, tambi¨¦n sembr¨® la semilla del esc¨¢ndalo que acabar¨ªa por arrebat¨¢rsela.
Fue en el segundo d¨ªa del cierre del Gobierno de diciembre de 1995 cuando comenz¨® su relaci¨®n sexual con Monica Lewinsky, algo que muchos atribuyen al hecho de que, con el personal de la Casa Blanca reducido, los becarios eran pr¨¢cticamente los ¨²nicos presentes en las oficinas circundantes al Despacho Oval.
El actual mandatario no tiene que preocuparse por ese tipo de distracciones: en esta ocasi¨®n no se permite trabajar a los becarios de la Casa Blanca durante el cierre de la Administraci¨®n.
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