A Europa se le atragantan los pactos para las reformas de pensiones
Una veintena de pa¨ªses ha cambiado su sistema desde 2008, la mayor¨ªa sin acuerdo
El Gobierno no tiene f¨¢cil lograr un pacto para reformar las pensiones. Lo pudo comprobar la semana pasada, cuando el Consejo Econ¨®mico y Social rechaz¨® su propuesta y le pidi¨® que empezara de cero. Y lo ha certificado esta semana, cuando se dio de frente con todos los grupos de la oposici¨®n. Pero si no tiene ¨¦xito, desde luego, no ser¨¢ una excepci¨®n en Europa. Desde 2008 hasta ahora 22 pa¨ªses han reformado sus sistemas de pensiones, y en la mayor parte de ocasiones, el pacto entre Gobierno y agentes sociales ha sido imposible.
¡°La fuerte presi¨®n para hacer reformas, debido a la crisis econ¨®mica y la necesidad de reducir el gasto p¨²blico, ha limitado la posibilidad de que los sindicatos lleguen a influir y, en muchos pa¨ªses, ha acabado con el fracaso de las negociaciones y la ruptura del di¨¢logo social¡±, analiza un informe de Eurofound, una fundaci¨®n de la Uni¨®n Europea integrada por sindicatos, empresarios y la propia UE, que est¨¢ en consonancia con im¨¢genes como la de hace un par de semanas en Polonia, donde el Gobierno de Donald Tusk se encontr¨® manifestaciones multitudinarias encabezadas por Solidaridad por su plan de reforma. Y el rechazo no solo se da en los representantes de los trabajadores, antes de la CEOE, ya en 2009 los empresarios suecos se disgustaron por varios ajustes que hizo el Gobierno del pa¨ªs escandinavo.
¡°Es la orientaci¨®n general¡±, explica Jos¨¦ Mar¨ªa Zufiaur, del Consejo Econ¨®mico y Social europeo (CES), ¡°los Gobiernos siguen las orientaciones de Bruselas en temas que no son de su competencia. Da lugar a reformas impuestas sin consenso social¡±. Los mayores desencuentros se han dado en pa¨ªses rescatados, excepto en Portugal, donde la reforma hecha cuatro a?os antes del rescate evit¨® que la troika ¡ªel FMI, el BCE y la UE¡ª impusiera una nueva, aunque eso no le evit¨® una congelaci¨®n de pensiones de 2011 a 2013. Entonces se retras¨® la edad de jubilaci¨®n hasta los 65 a?os y se cre¨® un factor de sostenibilidad ligado a la esperanza de vida.
Portugal se adelant¨® en cinco a?os al Libro Blanco de la Comisi¨®n Europea. En este informe, como en el Ageing Report 2012 tambi¨¦n de la Comisi¨®n, se apunta el problema demogr¨¢fico al que Europa enfrentar¨¢ en las pr¨®ximas d¨¦cadas por su envejecimiento que puede elevar el gasto medio en pensiones en la UE para 2060 hasta el 12,5% del PIB (Italia se sit¨²a ya en torno al 15%). Para contener ese gasto, el Libro Blanco aconseja reformas que ¡°vinculen la edad de jubilaci¨®n a los aumentos de la esperanza de vida¡±, ¡°restrinjan el acceso a la jubilaci¨®n anticipada¡±, ¡°iguale la edad de jubilaci¨®n de hombres y mujeres¡± o se ¡°fomente la constituci¨®n de planes de ahorro privado¡±. La cr¨ªtica que hace Zufiaur, del CES europeo, a este planteamiento es que ¡°se est¨¢ aprovechando la crisis¡± para hacer reformas que ¨¦l considera ¡°ideol¨®gicas¡±.
Esos consejos se siguieron en Grecia, donde hasta el rescate exist¨ªa uno de los sistemas m¨¢s generosos del continente. A pesar del rechazo social, entre 2010 y 2012, los diferentes Gobiernos helenos han ido implementando las condiciones de la troika que suponen elevar de 60 a 65 a?os o aumentar las carreras de cotizaci¨®n para cobrar el 100% de la pensi¨®n hasta los 40 a?os.
Tampoco fue posible el pacto en Irlanda, donde el a?o que viene la edad de jubilaci¨®n se elevar¨¢ a 66 a?os, en 2021 subir¨¢ hasta los 67 y en 2028 se llegar¨¢ a los 68 a?os. ¡°En Irlanda, la consulta tripartita ha sido un instrumento fuerte en el pasado, pero la crisis econ¨®mica ha tra¨ªdo la ruptura del v¨ªnculo de acuerdos de nivel nacional en pol¨ªticas clave¡±, expone Eurofound.
Pero el choque entre Gobiernos y agentes sociales por las reformas de pensiones no se han quedado solo en los pa¨ªses rescatados. Tambi¨¦n en los grandes pa¨ªses de la Uni¨®n con reformas recientes ¡ªalgunas de ellas abortadas en parte, como la de 2010 en Francia¡ª ha sido posible llegar a una entente. En Italia, como en Suecia o B¨¦lgica, lo que hizo imposible el acuerdo social fueron las prisas. ¡°La adopci¨®n de medidas ha tenido un ritmo muy r¨¢pido y los agentes sociales no han tenido suficiente tiempo para expresar su opini¨®n¡±, lamenta Eurofound.
Una de las reformas de mayor calado del Gobierno de Mario Monti fue la de pensiones, en l¨ªnea con muchas de las peticiones de su patronal, Confindustria, pero lejos de los sindicatos. Italia es uno de los pa¨ªses en los que la edad de jubilaci¨®n de hombre y mujer es distinta ahora y donde se prev¨¦ igualarla, concretamente en 2018, donde ambos sexos se retirar¨¢n los 66 a?os. Adem¨¢s, siguiendo el modelo sueco, se cambi¨® sustancialmente la naturaleza del sistema al adoptar las cuentas nacionales: un modelo en el que el trabajador tiene una cuenta personal en la que se anotan sus aportaciones al sistema, a trav¨¦s de las cotizaciones, y se le aplica un coeficiente de rentabilidad. Llegado el momento de jubilarse, la pensi¨®n se calcula seg¨²n lo acumulado en esa cuenta.
La contestaci¨®n social en Francia, probablemente el pa¨ªs de Europa donde hay ahora un sistema m¨¢s generoso, contra los cambios en las pensiones se agot¨® en 2010, cuando Sarkozy sac¨® adelante el retraso gradual de la edad de jubilaci¨®n de 60 a 62 a?os en 2018. Fran?ois Hollande lleg¨® al poder prometiendo una derogaci¨®n de esta reforma, pero solo lo hizo en parte. Ahora el presidente franc¨¦s, siguiendo el dictado de la UE, est¨¢ tramitando un aumento del periodo de cotizaci¨®n exigido que est¨¢ encontrando un d¨¦bil rechazo en la calle.
Las opciones de acuerdo o choque en Europa no acabar¨¢n cuando se acabe la tramitaci¨®n de la reforma que en Espa?a ha comenzado su andadura en el Congreso u Hollande saque adelante la suya. El envejecimiento de la poblaci¨®n en Europa va para largo y, como recuerda Eurofound, ¡°las reformas de pensiones se mantendr¨¢n en la agenda de muchos pa¨ªses¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.