Julio Alcaide, nuestro estad¨ªstico de guardia
Desde Funcas, 'Papeles de Econom¨ªa Espa?ola' y 'Cuadernos de Informaci¨®n Econ¨®mica', hizo aportaciones decisivas al estudio de la realidad social y econ¨®mica espa?ola
Con discreci¨®n, como lo hizo todo en su larga vida ¡ªesa clase de discreci¨®n que es atributo ¨¦tico y est¨¦tico¡ª, Julio Alcaide Inchausti, cumplidamente nonagenario, nos dej¨® el lunes pasado. Es injusto tener que dar noticia en medio millar de palabras de una larga vida vivida con plenitud tanto en el plano familiar como en el medio profesional.
Aunque gaditano de nacimiento (1921), fue en Hinojosa del Duque, al norte de la provincia de C¨®rdoba, en el hermoso y f¨¦rtil valle de los Pedroches, donde Julio Alcaide creci¨®. Si bien para la Espa?a rural de la ¨¦poca aquel lugar era relativamente pr¨®spero, la evocaci¨®n que mucho tiempo despu¨¦s hizo Alcaide es muy expresiva tanto del grado de atraso entonces generalizado (¡°Hinojosa en mi infancia era un pueblo t¨ªpico de la Espa?a pobre de aquellos a?os; carec¨ªa de alcantarillado, por ejemplo, aunque ten¨ªa edificios que hablaban de un pasado menos oscuro¡±), como del vertiginoso salto adelante dado por la econom¨ªa y la sociedad espa?olas desde el ecuador del siglo pasado.
El progreso amasado por el trabajo de varias generaciones, comenzando por la de Julio Alcaide: la que en nuestra historia intelectual se conoce como la del cincuenta, agrupando a los nacidos a lo largo del decenio de 1920 y aun en los primeros a?os treinta. Una generaci¨®n repleta de nombres bien conocidos en el campo de la creaci¨®n literaria y art¨ªstica, pero tambi¨¦n en diversos campos de la producci¨®n cient¨ªfica, la econom¨ªa entre ellos. A ella pertenecen, por ejemplo, Fabi¨¢n Estap¨¦ (1923) y Enrique Fuentes Quintana (1924), con quienes Julio Alcaide va a coincidir en m¨²ltiples ocasiones, colaborando muy estrechamente con el segundo.
Se gradu¨® como intendente mercantil en la Escuela Superior de Comercio de Madrid, un centro que, como los de su clase repartidos por las capitales espa?olas, fue un vivero de muy competentes profesionales. La primera fase de su actividad laboral transcurri¨® en el Servicio Sindical de Estad¨ªstica, contribuyendo desde ah¨ª a elaborar dos soportes fundamentales para el mejor conocimiento anal¨ªtico de los componentes de la estructura productiva de la econom¨ªa espa?ola: la primera Contabilidad Nacional de Espa?a y las primeras Tablas input-output, ambas de 1954. Luego, desde los a?os sesenta, se incorpor¨®, como subdirector, al Servicio de Estudios del Banco de Bilbao, donde pone a punto otra contribuci¨®n decisiva para el estudio de la realidad econ¨®mica y social de la Espa?a de nuestro tiempo: las series de la renta nacional y de su distribuci¨®n provincial, series sobre las que todos los economistas espa?oles que lo han sido en el ¨²ltimo medio siglo hemos vuelto una y mil veces. Un trabajo benem¨¦rito como pocos.
La ¨²ltima vuelta de su camino como el gran estad¨ªstico que fue le condujo a la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros Confederadas (Funcas), convirti¨¦ndose a¨²n durante lustros enteros en el colaborador menos ruidoso pero m¨¢s eficaz de Enrique Fuentes, alimentando desde su modest¨ªsimo despacho (y sirvi¨¦ndose solo de una calculadora antediluviana, de esas de manija) la incesante demanda de datos que exig¨ªa publicar puntualmente Papeles de Econom¨ªa Espa?ola, Cuadernos de Informaci¨®n Econ¨®mica y el correspondiente dossier estad¨ªstico de cientos de convocatorias p¨²blicas.
En ese austero despacho yo le visit¨¦ bastantes veces para pedirle ayuda y colaboraci¨®n para algunas de mis obras. Siempre me la dio generosamente, como si fuera lo m¨¢s natural del mundo. Y siempre con cordialidad y cercan¨ªa que inspiraban, adem¨¢s de respeto, profundo afecto.
Jos¨¦ Luis Garc¨ªa Delgado es catedr¨¢tico de Econom¨ªa Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid.
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