Yellen sit¨²a el empleo como una de sus prioridades en la Reserva Federal
Obama destaca las cualidades profesionales y la sensibilidad personal de la primera mujer que estar¨¢ al frente de la Reserva Federal de EE UU
En un momento en que las principales amenazas sobre la econom¨ªa de Estados Unidos proceden m¨¢s del ¨¢mbito pol¨ªtico que del financiero, Barack Obama ha anunciado este mi¨¦rcoles el nombramiento como pr¨®xima presidenta de la Reserva Federal de Janet Yellen, quien, a sus m¨¦ritos acad¨¦micos y dilatada experiencia como banquera central, suma el hecho de ser la primera mujer en la historia al frente de esa instituci¨®n y el primer dem¨®crata en casi tres d¨¦cadas. Su elecci¨®n, tras meses de dudas y presiones en la Casa Blanca, aleja las sospechas de un inminente cambio en la pol¨ªtica monetaria y acent¨²a el protagonismo de la Fed en el crecimiento econ¨®mico y la creaci¨®n de empleo.
La futura presidenta no era la primera opci¨®n de Obama
Obama present¨® a Yellen como una persona de enormes conocimientos, pero que, al mismo tiempo, ¡°comprende el sufrimiento humano de la gente en busca de un puesto de trabajo¡±. Destac¨® su capacidad para anticiparse a los problemas econ¨®micos. ¡°No tiene una bola de cristal¡±, dijo, ¡°pero s¨ª una excelente capacidad para predecir la actuaci¨®n de los mercados¡±.
En sus primeras palabras como designada para el cargo econ¨®mico m¨¢s importante del mundo, Yellen anunci¨® que sus tres prioridades ser¨¢n ¡°maximizar el empleo, estabilizar los precios y estabilizar el sistema financiero¡±, la combinaci¨®n que, b¨¢sicamente, ha dominado en la Fed durante el mandato actual.
El anuncio del nombre de Yellen, que no ha sorprendido a nadie, fue inmediatamente recibido como una garant¨ªa de continuidad en el banco central norteamericano, donde sirvi¨® desde 2010 como vicepresidenta al lado de Ben Bernanke, cuya labor Obama describi¨® como ¡°una voz de calma en medio de las turbulencias econ¨®micas¡± y ¡°una fuerza de estabilizaci¨®n mundial¡±. Como Bernanke, a quien sustituir¨¢ en enero de 2014 si es confirmada por el Senado, lo que parece muy probable, Yellen cree en el papel que las autoridades monetarias deben jugar en la lucha contra el desempleo y en el est¨ªmulo de la econom¨ªa con inversi¨®n p¨²blica. Pero, mientras Bernanke ha tendido a equilibrar esa funci¨®n con una simult¨¢nea preocupaci¨®n por el control de la inflaci¨®n, los expertos atribuyen a Yellen una vocaci¨®n mucho m¨¢s marcada a aprovechar los instrumentos en su mano para acelerar el crecimiento, aun a costa de asumir algunos riesgos inflacionarios.
Yellen deber¨¢ hacer frente a¨²n a un duro examen en el Senado
Su llegada a la Fed, por tanto, representa una victoria de economistas que creen que se podr¨ªa haber hecho m¨¢s a¨²n desde ese organismo para que la cifra de desempleo fuera mejor que el actual 7,3%. El premio Nobel Joseph Stiglitz ha aplaudido la decisi¨®n. A la vez, puede entenderse como una derrota de quienes temen que el dinero f¨¢cil causar¨¢ a la larga m¨¢s problemas de los que est¨¢ resolviendo y quer¨ªan cambiar la estrategia del banco central, que ahora est¨¢ inyectando en la econom¨ªa 85.000 millones de d¨®lares mensualmente.
Para llegar hasta este momento, Yellen, de 67 a?os, ha tenido que construir una s¨®lida carrera que la ha convertido, junto a su marido, el Nobel de Econom¨ªa George Akerlof, en uno de los puntos de referencia esenciales de una corriente de pensamiento econ¨®mico progresista, y tambi¨¦n ha tenido que sortear una dura oposici¨®n de su principal contrincante para el cargo, el exsecretario del Tesoro, Larry Summers. Entre esos dos principales par¨¢metros, su comparaci¨®n con Summers y su fama como una banquera m¨¢s sensible a las necesidades de la econom¨ªa general que de la econom¨ªa financiera, es preciso inscribir el nombramiento de Yellen. Por un lado, de ser confirmada, empezar¨¢ su gesti¨®n algo debilitada por el conocimiento p¨²blico de que no era ella la primera carta del presidente Obama, quien solo se inclin¨® por Yellen despu¨¦s de que Summers presentara el mes pasado su renuncia a competir, vencido por la resistencia que hab¨ªa encontrado entre los senadores del Partido Dem¨®crata. Los dem¨®cratas reconocen las cualidades de Summers, pero no quer¨ªan correr el riesgo de que su personalidad y su visi¨®n pusieran en peligro el trabajo, decisivo pero discreto, hecho por Bernanke.
La preferencia de Obama por Summers, a quien tuvo en la Casa Blanca durante su primer mandato, puede hacer algo m¨¢s vulnerable a Yellen. El respaldo pol¨ªtico cuenta en una instituci¨®n que tiene que lidiar a diario con las tensiones de Washington. Pero la Fed es un organismo independiente y, como ha demostrado la historia, el prestigio y el poder de sus presidentes se gana durante la gesti¨®n y se puede conservar al margen de quien ocupe la Casa Blanca. Alan Greenspan, que hab¨ªa sido nombrado por Ronald Reagan, fue renovado dos veces por Bill Clinton. Bernanke, designado por George W. Bush, fue igualmente reafirmado por Obama. Eso convertir¨ªa a Yellen, de ser confirmada, en la primera dem¨®crata al frente de la Reserva Federal desde 1987, con la posibilidad de marcar la pauta de esa instituci¨®n durante un largo periodo de tiempo, algo que puede afectar, no solo al rumbo econ¨®mico de EE UU, sino al modelo futuro de los mercados financieros.
Aunque Wall Street no mostr¨® este mi¨¦rcoles s¨ªntomas de preocupaci¨®n por su nombramiento ¡ªm¨¢s bien se mantuvo pasivo¡ª, Yellen ha dejado claro varias veces, tanto como miembro del consejo de la Fed, donde estuvo en los a?os noventa, como al frente de la Reserva Federal de San Francisco, que es partidaria de una mayor regulaci¨®n p¨²blica de los mercados financieros. En una entrevista el a?o pasado, confesaba: ¡°Aunque admiro el capitalismo, tambi¨¦n creo que tiene limitaciones que requieren la intervenci¨®n del Estado en los mercados para hacerlos funcionar correctamente¡±.
Como persona de experiencia, Yellen ha demostrado con creces que es capaz de gestionar con equilibrio y gobernar atendiendo diferentes intereses. Igual que se la identifica con la pol¨ªtica de inversi¨®n p¨²blica, se le reconocen en el pasado algunas llamadas de atenci¨®n para evitar la inflaci¨®n. Por esa raz¨®n, pese a su orientaci¨®n ideol¨®gica, su designaci¨®n parece haber generado una aprobaci¨®n bastante amplia.
Deber¨¢ de responder, pese a todo, a un duro interrogatorio de parte de los republicanos en el comit¨¦ de Banca del Senado, especialmente en estos tiempos de fuerte polarizaci¨®n pol¨ªtica en Washington.
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