La interminable historia auton¨®mica

Desde el inicio del ajuste fiscal en 2009, las comunidades aut¨®nomas han reducido sus gastos no financieros en un 13% (22.300 millones), descontando el efecto del pago de intereses, o lo que es lo mismo, casi un 2,2% del PIB. El ajuste volver¨¢ a repetirse en el a?o 2014. Los presupuestos detallan que las comunidades recibir¨¢n unos 2.000 millones menos en concepto de entregas a cuenta y liquidaciones de lo que recibieron en el 2013. Estos recursos representan en torno al 80% del total de ingresos auton¨®micos. Esta ca¨ªda de recursos se suma al ajuste exigido para poder cumplir con el objetivo de d¨¦ficit auton¨®mico y la incapacidad cr¨®nica de los gobiernos regionales de generar ingresos propios. Por estas razones, los ejecutivos auton¨®micos se ver¨¢n forzados, de nuevo, a recortar el gasto. La historia interminable.

Las comunidades deben terminar 2014 con un d¨¦ficit del 1% para cumplir con el objetivo marcado por Bruselas. El ajuste que tendr¨¢n que hacer va a depender de cual sea el d¨¦ficit de cierre de 2013. Vamos considerar dos escenarios. El escenario optimista que supone que estas administraciones cumplen con su objetivo de d¨¦ficit para el 2013 (1,3%). Y el escenario pesimista donde se desv¨ªan de este objetivo. A este respecto, seg¨²n nuestras propias estimaciones, las autonom¨ªas podr¨ªan terminar el a?o con un d¨¦ficit del 1,8%.

En el escenario optimista, si asumimos que los ingresos de 2014 son los mismos que este a?o, las comunidades deber¨ªan reducir sus gastos en 3.000 millones. Pero, tal como hemos dicho antes, dado que los ingresos caer¨¢n en 2.000 millones, el ajuste de los gastos ascender¨¢ a 5.000 millones (-0,5 % PIB). En el escenario menos optimista ¡ªcierre de 2013 con un d¨¦ficit del -1,8%¡ª, el ajuste a realizar puede subir hasta los 10.000 millones.

En ambos escenarios, el ajuste deber¨¢ hacerse en un contexto m¨¢s adverso que en el pasado ya que tambi¨¦n en este nivel de la Administraci¨®n hay que hacer frente a un aumento del gasto en intereses como consecuencia del aumento del nivel de deuda. Adem¨¢s, parece imposible reducir significativamente el gasto en inversiones, tras una ca¨ªda del 60% desde el comienzo del ajuste. Esto significa que la mayor parte del recorte caer¨¢ sobre Sanidad, Educaci¨®n y Servicios Sociales. En este sentido, queremos recordar que 10.000 millones es equivalente al recorte que se realiz¨® en 2012 en gasto de Sanidad y Educaci¨®n.

Pero el lector se puede hacer la siguiente pregunta. Si los ingresos tributarios del presupuesto del pr¨®ximo a?o aumentan en un 2,6% (4.500 millones de euros) con respecto al presupuesto de 2013, antes de descontar las participaciones de las administraciones territoriales en IRPF, IVA e impuestos especiales, ?c¨®mo es posible que los recursos transferidos caigan en unos 2.000 millones?

La explicaci¨®n reside en que las subidas de impuestos dise?adas por el Gobierno no han supuesto en la practica m¨¢s ingresos auton¨®micos. Parte de los 4.500 millones se basan en subidas del impuesto de Sociedades, IVA e impuestos especiales. La subida del impuesto de Sociedades no reporta m¨¢s ingresos para las comunidades porque este impuesto no es compartido. Adem¨¢s, la subida del IVA (en 2012) y las de los Impuestos Especiales (en 2012 y 2013), a pesar de que estos impuestos si que se comparten, no se refleja en m¨¢s recursos para las regiones puesto que se ha visto compensado con una reducci¨®n de las transferencias del Fondo de Suficiencia por la misma cuant¨ªa. Este recorte en la cuant¨ªa del fondo esta reflejada en la ley de financiaci¨®n auton¨®mica aprobada en 2009.

As¨ª, podemos concluir que la incapacidad de los ejecutivos auton¨®micos para generar recursos propios, o la falta absoluta de corresponsabilidad fiscal, les obliga a reducir gastos. Dado que el problema del d¨¦ficit espa?ol es principalmente de ingresos, ser¨ªa mejor opci¨®n proveer a las comunidades de mecanismos para aumentar los ingresos y que ¨¦stas fueran las que tomasen la decisi¨®n de aumentar el ingreso o reducir el gasto. Ahora la decisi¨®n la toman otros por ellas.

Jos¨¦ Ignacio Conde-Ruiz, Carmen Mar¨ªn y Juan Rubio-Ram¨ªrez son investigadores de Fedea.