Despu¨¦s de la crisis, ?qu¨¦?
Quiz¨¢ fuese Dionisio Ridruejo a principios de los a?os sesenta del siglo pasado ¡ªun Ridruejo ya no fascista¡ª quien iniciase la consideraci¨®n de ¡°despu¨¦s de Franco, ?qu¨¦?¡±. M¨¢s tarde, el secretario general del Partido Comunista, Santiago Carrillo, public¨® un libro con el mismo t¨ªtulo. Ahora que algunos indicadores a¨²n dispersos permiten deducir que hay s¨ªntomas de una cierta recuperaci¨®n econ¨®mica en el mundo y, en distinto grado, en Espa?a, probablemente se pueda hacer una par¨¢frasis de aquella reflexi¨®n y un an¨¢lisis semejante de ¡°despu¨¦s de la crisis, ?qu¨¦?¡±.
Una de las ideas con fuerza m¨¢s sugerente del libro de Rodr¨ªguez Zapatero (El dilema, editorial Planeta) la desarroll¨® el autor en la presentaci¨®n del mismo ante un grupo de economistas: m¨¢s all¨¢ de la codicia, las subprime, la desregulaci¨®n, el demasiado grande para quebrar, etc¨¦tera, la crisis ha supuesto sobre todo un reequilibrio de la renta y la riqueza en el mundo entre los pa¨ªses m¨¢s desarrollados y los emergentes. Dice ZP: la causa ¨²ltima de la crisis han sido los profundos desequilibrios surgidos de la globalizaci¨®n, unidos a la ausencia de una conciencia colectiva para gobernarla. Seg¨²n el expresidente, la globalizaci¨®n ha generado un enorme desequilibrio entre los pa¨ªses con altos recursos y los pa¨ªses con un alto endeudamiento, siendo los dos polos de esta situaci¨®n asim¨¦trica China y Estados Unidos; la primera potencia del mundo necesita un gran ahorro interno, y China y otros pa¨ªses emergentes se lo financian. ¡°Estos desequilibrios¡±, dice, ¡°son dif¨ªcilmente sostenibles con el grado de desarrollo financiero global que se ha logrado¡±.
Sin embargo, es parad¨®jico que en el an¨¢lisis de lo que ha supuesto la crisis m¨¢s larga y da?ina del capitalismo desde la Gran Depresi¨®n, un dirigente socialista como Zapatero (y tampoco un conservador como Aznar, en sus memorias El compromiso del poder, editorial Planeta) no aborde la otra gran tendencia a largo plazo de las dificultades econ¨®micas: la multiplicaci¨®n exponencial de la desigualdad, desarrollada en los a?os de sus mandatos hasta hoy (1996-2013) y que ser¨¢ su herencia m¨¢s pesada. Pues la primera reversi¨®n que ha producido la Gran Recesi¨®n, al menos en los pa¨ªses desarrollados como Espa?a, ha sido una marcha atr¨¢s en la distribuci¨®n de la renta y la riqueza, quedando los beneficios concentrados en muy pocas manos. Esta distribuci¨®n regresiva se sigue dando con intensidad en los primeros momentos de una recuperaci¨®n muy selectiva e invisible para la mayor¨ªa. Los s¨ªntomas de que Espa?a est¨¢ ¡°ante el inicio de un ciclo de crecimiento¡±, recupera la confianza internacional y resalta ¡°la cantidad de inversores que se dirigen a nuestro pa¨ªs¡±, como declar¨® el pasado viernes un representante del primer banco del pa¨ªs, no son compartidos por la ciudadan¨ªa, simplemente porque no los ven. El balance de la crisis para la mayor¨ªa (familias que disponen de un salario medio o que tienen alg¨²n miembro de la misma en paro; empresas con escaso acceso al cr¨¦dito y que ven c¨®mo parte de su competencia desaparece, sin que funcione la c¨¦lebre ¡°destrucci¨®n creativa¡± de Schumpeter) se mide en t¨¦rminos de desempleo, devaluaci¨®n interna y reducci¨®n de los niveles de protecci¨®n social anteriores al a?o 2007 (sanidad, educaci¨®n, pensiones, seguro de paro, dependencia,¡).
Rajoy pide tiempo para devolver a los ciudadanos lo perdido. Pero ?queda tiempo?
Es por ello por lo que en todos los sondeos se manifiesta una extraordinaria sensibilidad ante el mal funcionamiento de los mercados (del que el laboral es el desider¨¢tum); una desconfianza ante la pol¨ªtica que no corrige los fallos de esos mercados, por lo que se deslegitima con rapidez; y, como conclusi¨®n, un desapego creciente respecto a la econom¨ªa de mercado como sistema econ¨®mico y la democracia como mejor forma de gobierno (el porcentaje de insatisfacci¨®n con el funcionamiento de la democracia se sit¨²a en Espa?a 17 puntos porcentuales por encima de la media europea). Estas son las heridas m¨¢s profundas que deja la crisis, junto a la cr¨ªtica a los partidos pol¨ªticos (hasta el punto de que una gran parte de los encuestados duda ahora de su necesidad), el descenso del europe¨ªsmo o la duda sistem¨¢tica sobre la capacidad del Gobierno y el Parlamento para resolver los problemas p¨²blicos comunes que sufre la ciudadan¨ªa, etc¨¦tera. Hace unos d¨ªas, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, declar¨®: ¡°He pedido mucho a los espa?oles, pero el tiempo se lo devolver¨¢ con creces¡±. ?De cu¨¢nto tiempo disponemos para corregir estas tendencias?
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