A tortas por la leche
Las industrias l¨¢cteas se disputan los contratos ganaderos por la falta de oferta
La leche, por ser un producto perecedero y por la debilidad de los peque?os ganaderos para defender sus intereses frente a las industrias, ha sido hist¨®ricamente una de las mechas de las movilizaciones agrarias. Hubo un tiempo en el que los ganaderos tiraban la leche por las cunetas, r¨ªos y veredas ante la no recogida por parte de los industriales como medida de protesta por los bajos precios y cuando las empresas miraban la leche con desprecio o se resist¨ªan a su recogida.
En los ¨²ltimos meses, sin embargo, la leche se ha convertido en un objeto de deseo entre las industrias. Este cambio es consecuencia de un fuerte aumento de la demanda en terceros pa¨ªses, de la estabilidad en la producci¨®n comunitaria desde donde Espa?a cubre su d¨¦ficit de una producci¨®n de 6,4 millones de toneladas frente a una demanda de m¨¢s de nueve millones y de la baja producci¨®n espa?ola. Estas disputas entre las empresas para captar los contratos de nuevos ganaderos han remitido en las ¨²ltimas semanas. Rom¨¢n Santalla, responsable ganadero de la Uni¨®n de Peque?os Agricultores y Ganaderos (UPA), dice que no se puede descartar que las empresas hayan pactado la paz, al igual que hicieran a?os atr¨¢s. En medios empresariales se rechaza haber llegado a esos acuerdos.
Interrogantes sobre un futuro sin cuotas
Las buenas noticias que est¨¢ recibiendo el sector productor todo este a?o, con la subida de los precios de la leche y la bajada de los precios de una parte de las materias primas para la fabricaci¨®n de los piensos, no impide que sobre ese mismo gremio se ciernan nubarrones por lo que pueda suceder a partir de 2015 con la supresi¨®n de las cuotas de producci¨®n. De esta situaci¨®n son conscientes las autoridades comunitarias, que a finales del pasado mes de septiembre pusieron en marcha un grupo de alto nivel, con asistencia de las Administraciones comunitarias y de los diferentes pa¨ªses, industriales y ganaderos, para ver c¨®mo se puede dise?ar otra pol¨ªtica a partir de esa fecha sin hacer sangre a la parte m¨¢s vulnerable de la producci¨®n de leche en el marco comunitario.
En relaci¨®n con esa futura eliminaci¨®n de las cuotas, preocupa, en primer lugar, la posibilidad de que se produzca un desorden en los mercados y una falta de informaci¨®n sobre la evoluci¨®n de la oferta. Frente a ese escenario, una de las principales propuestas comunitarias, a falta de las conclusiones finales, es la constituci¨®n de un observatorio para hacer un seguimiento de las producciones. En segundo lugar, preocupa una deslocalizaci¨®n de las producciones, con zonas que pueden ir a mayor oferta por su capacidad competitiva, mientras en otras, desfavorecidas o con peores estructuras, pueden cerrarse las granjas. Finamente, preocupa el comportamiento de los precios y los posibles mecanismos comunitarios para lograr una estabilidad en los mercados.
Frente a ese nuevo escenario, donde hay pa¨ªses como Alemania o Francia con unas cuotas excedentarias de casi 30 millones de toneladas, mientras que Espa?a cuenta solamente con una cuota de 6,4 millones y una demanda de 9,5 millones, las alternativas que se proponen frente a la supresi¨®n de las cuotas tienen un enfoque muy distinto para cada pa¨ªs, por lo que se trata de un debate totalmente abierto en las instancias comunitarias, y m¨¢s a escasos meses de unas elecciones europeas.
Sobre el futuro del sector de la leche en la UE hay, sin embargo, algunos planteamientos coincidentes: todos est¨¢n de acuerdo en que habr¨¢ un crecimiento mundial de la demanda. Habr¨¢ menos explotaciones en la UE, pero las mismas deber¨¢n ser m¨¢s intensivas y con un mayor tama?o. Debe mejorar la productividad, siempre con el riesgo de que pueda haber un desplazamiento de las producciones entre regiones y pa¨ªses, y utilizar las posibilidades de ayuda que ofrecer¨¢ la reforma de la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n a trav¨¦s de los fondos para apoyar al sector en las zonas menos favorecidas.
En esta batalla de precios por hacerse con un mayor aprovisionamiento de materia prima juega un papel decisivo la situaci¨®n de cada industria, su nivel de diversificaci¨®n con productos de mayor valor a?adido y su grado de dependencia de ventas baratas a una gran distribuci¨®n habiendo comprado m¨¢s caro en el campo. Los esfuerzos de Agricultura para que esos grandes grupos dieran a la leche un mayor valor y subieran los precios de venta de sus marcas propias han arrojado resultados positivos, aunque resta mucho camino por andar.
Tras un largo periodo de precios por debajo de coste, agravado hasta el primer semestre de este a?o con el incremento de los piensos, los precios de la leche iniciaron esta campa?a una escalada desde menos de 39 c¨¦ntimos el litro hasta unas cotizaciones medias reales en octubre en torno a los 40 c¨¦ntimos en las zonas m¨¢s productoras como Galicia y cifras superiores en el resto.
Esta subida de las cotizaciones no ha sido consecuencia, en contra de lo que indicaba el Ministerio de Agricultura, del desarrollo de las pol¨ªticas de contratos obligatorios de forma individual, a trav¨¦s de las organizaciones de los productores o por el funcionamiento de los convenios de esa misma Administraci¨®n con los grandes grupos de la distribuci¨®n para subir los precios al consumo y trasladar esos incrementos en el campo. Se han generalizado los contratos, pero a la hora de su negociaci¨®n, las empresas han seguido teniendo un papel dominante para imponer cotizaciones frente a un sector menos organizado. Y la gran distribuci¨®n, con peque?as excepciones, ha seguido apostando por sus marcas propias a precios bajos o con una m¨ªnima subida.
En este contexto de subidas de precios en Espa?a, y con una producci¨®n al alza con ligeras oscilaciones hasta los 6,4 millones de toneladas, en condiciones normales de los mercados los industriales habr¨ªan acudido ya a las importaciones desde otros pa¨ªses comunitarios, especialmente Francia o Portugal, para cubrir sus necesidades. Hoy en d¨ªa esa opci¨®n es imposible por dos razones. La primera, porque en el conjunto de la Uni¨®n Europea se habr¨ªa estabilizado la oferta. No sobra leche. En segundo lugar, porque est¨¢n tirando muy fuerte las exportaciones a terceros pa¨ªses, especialmente a China. Al final, el resultado fue una pugna de las empresas para hacerse con la oferta de la leche espa?ola a precios elevados, pero incluso m¨¢s bajos que los existentes en otros pa¨ªses comunitarios.
Y se ha roto una especie de regla sagrada del sector como eran los pactos (nunca reconocidos) por parte de los industriales de no robarse ganaderos o no aceptar cambios de ganaderos de unas a otras empresas. Esta situaci¨®n ha llegado a tal punto que, en muchos casos, han sido los intermediarios u operadores en los mercados quienes se han hecho con la leche de los ganaderos a precios m¨¢s elevados que los ofertados por las industrias, para luego revender esa materia prima a precios m¨¢s altos a las propias industrias. As¨ª, empresas que fueron tradicionalmente punta de lanza en las subidas de los precios en origen, como Pascual, hoy con ajustes financieros, se resisten a las subidas que encabezan otros grandes grupos como los franceses de Lactalis (Lauki, Puleva, Prado) o de firmas como R¨ªo que tampoco se caracterizaron en el pasado por subir los precios.
En un escenario donde en el pasado apenas si se mov¨ªan las entregas de leche y donde cada empresa dispon¨ªa de su espacio, en los ¨²ltimos meses son millones los litros que han cambiado de manos simplemente en funci¨®n de quien pague m¨¢s en el nuevo marco de la pol¨ªtica obligatoria de contratos con una duraci¨®n m¨ªnima de tres meses.
La subida de los precios de la leche en origen, junto a una cierta bajada de los precios de los piensos, ha tra¨ªdo un periodo dulce para los ganaderos. Todo lo contrario que para las industrias. Seg¨²n datos manejados por el sector industrial se estima que la subida de los precios en origen viene a suponer para las empresas un aumento en los costes de producci¨®n de unos 200 millones de euros. El reto para el sector industrial es c¨®mo repercutir esos incrementos en los precios de venta de una gran distribuci¨®n que sigue manteniendo una parte de la leche como producto barato o para unas empresas que limitan su oferta casi a la leche fresca en el mercado interior y que no operan con productos derivados en el exterior.
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