Una carrera permanente entre precios y salarios
Desde 2007 hasta ahora, con la excepci¨®n de 2009, la inflaci¨®n siempre ha superado el 20%
Marcela M. sol¨ªa ir con su marido y sus cinco hijos de compras domingo de por medio. Esta familia del Gran Buenos Aires iba a surtirse de ropa y calzado para toda la familia, sobre todo para los ni?os, a los que la indumentaria les dura poco tiempo. Pero en los ¨²ltimos meses, con la aceleraci¨®n de la inflaci¨®n, que ha impactado sobre todo en los precios de los alimentos, han suprimido esa rutina. ¡°Ahora vamos a comprar ropa cada tanto. El mes que viene iremos de vuelta. Adem¨¢s vamos a la feria. Ah¨ª, de ropa de marca, ni hablar¡±, cuenta Marcela, que vive en una casa de ladrillos con una sola habitaci¨®n, en la que se reparten tres camas, unas sillas, la mesa, la cocina, la nevera, un gran televisor, un ordenador donde juega uno de los m¨¢s peque?os y los estantes del almac¨¦n que atiende desde la ventana.
¡°La inflaci¨®n nos pega re (muy) mal¡±, dice Marcela, aunque admite que el salario de su marido tambi¨¦n ha subido bastante. Su situaci¨®n se asemeja a la de muchos otros argentinos. Desde 2007 hasta ahora, con la excepci¨®n de 2009, la inflaci¨®n anual siempre ha superado el 20%. ?C¨®mo es que los argentinos lo han tolerado? Es que los salarios de media han subido m¨¢s que el ¨ªndice de precios al consumidor (IPC), aunque en los ¨²ltimos 12 meses apenas lo ha superado. La inflaci¨®n sube el 25,5% y las n¨®minas, el 26%. En Argentina los sindicatos tienen un peso fuerte: es el segundo pa¨ªs con m¨¢s afiliaci¨®n en Latinoam¨¦rica (despu¨¦s de Cuba), con un 37% de los trabajadores agremiados. Dos tercios de los argentinos trabaja en el sector formal de la econom¨ªa y los asalariados se benefician de las negociaciones paritarias de n¨®minas y condiciones laborales, que el kirchnerismo ha incentivado en estos diez a?os que lleva en el Gobierno. El otro tercio, en cambio, depende de los vaivenes del mercado, pero un desempleo del 6,8%, uno de los niveles m¨¢s bajos de los ¨²ltimos 22 a?os, tambi¨¦n alienta alzas salariales. Pero son los trabajadores del sector informal y los desempleados los que m¨¢s sufren la inflaci¨®n. Son los que componen ese 24% de pobres cuya canasta de compra se centra sobre todo en los productos que m¨¢s se encarecen, los alimentos. Por eso, desde 2009 el Gobierno de Fern¨¢ndez les provee a unos y otros una asignaci¨®n por hijo que tambi¨¦n se actualiza cada a?o por encima de la inflaci¨®n. El problema radica en que mes a mes el poder de compra de salarios y subvenciones se va deteriorando hasta que llegan los siguientes incrementos.
Roberto, el marido de Marcela, tiene la fortuna de trabajar en blanco en una empresa de alquiler de m¨¢quinas viales. Hasta abril pasado era sereno y ganaba 458 euros. Como gan¨® la confianza de su patr¨®n, fue ascendido entonces al cargo de secretario y ahora cobra 1.261. Tiene solo la escuela primaria completa, pero gana m¨¢s que muchos universitarios. A la que le ha impactado la inflaci¨®n es a su esposa. ¡°Cada fin de semana gasto 2.000 para comprar mercader¨ªa para vender en el almac¨¦n, pero cada fin de semana compro menos cosas con esos 2.000 pesos y tengo que poner plata de mi ganancia para comprar lo mismo¡±, cuenta ella, que tambi¨¦n es ama de casa y cuida de sus hijos, incluido uno que es discapacitado.
¡°Lo que m¨¢s subi¨® de precio fue la comida y la ropa¡±, cuenta Marcela. El aumento emblem¨¢tico ha sido el del pan desde 10 pesos (1,14 euros) en enero pasado hasta incluso 26 pesos (2,98 euros), seg¨²n la panader¨ªa. ¡°El mes pasado compr¨¦ unas zapatillas para un hijo por 350 pesos (40 euros) y ahora est¨¢n a 375 pesos (43 euros)¡±, lamenta Marcela, pero admite que en general no ha recortado su nivel de consumo. ¡°Comida hay siempre en la mesa¡±, se enorgullece, pero admite que cada mes aumenta el precio de los ladrillos con los que su marido planea construir un ba?o mejor y otras dos habitaciones. No han arreglado su moto porque los repuestos tambi¨¦n se han encarecido, cuenta Marcela, con el ¨¢rbol de Navidad a su lado.
La carrera entre salarios y precios se libra cada mes. Mientras tanto, la inflaci¨®n ha impactado en la competitividad de la econom¨ªa, pues desde 2007 hasta 2012 la cotizaci¨®n del d¨®lar, moneda de referencia, subi¨® menos que el IPC. El encarecimiento de los productos y servicios argentinos en t¨¦rminos internacionales ha impactado en algunas exportaciones, pero no en los que abastecen al mercado interno, resguardado con barreras proteccionistas. La devaluaci¨®n del peso del 20% en 2013 ha cambiado la tendencia. El Gobierno de Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner reniega de recetas ortodoxas para bajar la inflaci¨®n, como los ajustes fiscal o monetario, porque considera que traer¨ªan menos crecimiento econ¨®mico (3,4% anual en lo que va de 2013) y m¨¢s paro. A principios de 2013 impuls¨® una congelaci¨®n total de precios en supermercados para moderar las pretensiones salariales de los sindicatos. As¨ª fue como la inflaci¨®n anual baj¨® del 24,1% en febrero al 20,8% en mayo, pero despu¨¦s se acot¨® el acuerdo de precios a 500 productos y la inflaci¨®n volvi¨® a subir. Por eso el poderoso sindicato de camioneros pide un bono especial por Navidad. Para 2014, el Gobierno prev¨¦ otro pacto pero por solo 120 bienes.
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